La transición energética no acaba de arrancar en Cataluña como lo está haciendo en otros sitios. Si tomamos el ejemplo de Holanda que ya cuenta con 4,6Gw de energía eólica instalada y tenemos en cuenta que su gobierno acaba de autorizar 10,7 GW eólicos en el mar que se añadirán a los 11 GWs ya previstos , contrasta con la situación de Cataluña donde todavía no llegamos a 1,3 Gw y cuando se habla de instalar sólo 0,5 Gw en la costa gerundense hay quien pone el grito en el cielo.
Por suerte hay excepciones y el polígono de Constantí – el segundo mayor de Cataluña – es una. Las empresas y el Ayuntamiento lo hacen porque saben que es inevitable el cambio energético y se quieren avanzar y no quedarse atrás; pero también porque es rentable económicamente y pueden ahorrar gastos energéticos del orden del 30%. Por tanto, sus empresas serán más competitivas y los vecinos y vecinas del municipio también saldrán beneficiados. También lo hacen –puedo asegurarlo- para contribuir a la lucha contra un cambio climático que acabará con todo si no le hacemos frente, también con nuestro tejido productivo y con la propia vida.
Los apoyamos haciendo de coordinadores o como nos gusta decir en Barcelona Centro Logístico Cataluña “alineadores” poniendo en contacto a los diferentes agentes que intervienen en una operación como esta.
No se trata de aprovechar los tejados de las naves para producir fotovoltaica sólo para los usos actuales sino generar más electricidad de la que ahora se consume a fin de sustituir los combustibles fósiles de los procesos industriales que se desarrollan, de la maquinaria, de flotas de vehículos y aplicando también una parte de la energía a usos residenciales.
Si cada empresa dimensionara el proyecto únicamente para sus necesidades individuales actuales, una parte del tejado sería suficiente en la mayoría de los casos y no habría excedentes. En cambio, si se plantea el autoconsumo de forma compartida y sumando una buena cantidad de energía excedente, podemos ser más ambiciosos y plantear el uso de baterías o hidrógeno o constituirse como agregadores de demanda cuando esta figura esté regulada próximamente.
Se trata de pasar de consumidores a prosumidores, una nueva posición en la que las empresas y la ciudadanía ya pueden ser agentes activos en todo el ciclo de la energía desde la generación hasta el consumo o en una parte del proceso. Especialmente en los 118 días no laborables en los que los excedentes pueden ser considerables. Se trata de buscar la máxima eficiencia para no tener que verter energía a la red y satisfacer al máximo las necesidades energéticas del polígono. Y que participe el ayuntamiento para que también se pueda beneficiar la ciudadanía. Si el negocio energético se puede realizar en el propio polígono y lo quieren llevar a cabo los propios empresarios y el ayuntamiento en beneficio del sector empresarial y de la ciudadanía ya estamos hablando de pro-sumidores.
No todos los consumos energéticos serán eléctricos (el PROENCAT 2050 hecho público recientemente por el Gobierno de la Generalitat habla de un 76% del conjunto de los consumos energéticos). Y aunque acabaremos ahorrando mucha respecto a la que consumimos ahora –entre un 30% y un 40%–, necesitaremos mucha renovable para sustituir gas, petróleo y uranio. Y como la renovable no siempre está disponible, deberemos guardarla en baterías, en proyectos de energía gravitatoria – agua y otros materiales pesados que elevaremos y dejaremos caer – . Deberemos también producir el máximo de biogás con residuos orgánicos que ahora desperdiciamos y otros combustibles sintéticos.
Y, naturalmente, podremos generar otros vectores energéticos como el hidrógeno verde a partir del agua. El Ayuntamiento de Constantí ha sido desde el inicio del Valle del Hidrógeno Verde un observador atento que ahora ha decidido también pasar a la acción. Si calculamos que un 20% de los 5 Mw ya comprometidos – seguro que se apuntarán más empresas – pueden ser excedentes de energía eléctrica, puede quedar 1 Mw que puede destinarse a generar hidrógeno contribuyendo así a la posibilidad de que maquinaria y transportes del propio polígono puedan beneficiarse. El polígono de Constantí puede convertirse así en el primero de Cataluña en generar hidrógeno verde añadiendo así a su buena situación, un nuevo valor para hacerlo aún más competitivo, más atractivo y con un nuevo servicio de excelencia
El polígono de Constantí da ejemplo planteando este concepto de tratamiento global de la energía y asumiendo los propios empresarios y el ayuntamiento un nuevo papel protagonista y más provechoso para los intereses locales. En una primera etapa hemos llegado ya a cerca de 5Mw sumando todas las empresas que voluntariamente han manifestado su deseo de participar en la operación; pero esperamos que se añadan más.