El cambio energético imprescindible en la logística

El cambio copernicano que se está produciendo en el sector energético  y que tanto afecta al sector logístico sólo acaba de empezar. Es tal el volumen de las inversiones que se necesitan así como las nuevas actividades de investigación y desarrollo, que cuesta todavía disponer de aproximaciones que coincidan. Estamos ante un cambio de era histórico. Tenemos que cambiar buena parte del sistema eléctrico pero además aumentarlo muy considerablemente para sustituir los combustibles de casi todo el transporte y buena parte de los que utiliza la industria y los residenciales.

En el escenario final vamos a hablar – ya debemos considerarlo así ahora para preparar adecuadamente l futuro – sólo de energía discontinua que paradójicamente será la mayoritaria y de continua de la que podremos disponer en todo momento pero que junto con el almacenamiento será minoritaria en el mix energético.

El sector logístico tiene ahí grandes retos y al mismo tiempo numerosas oportunidades. Las empresas logísticas ya no serán meras consumidoras sino que podrán intervenir en el negocio energético si así lo desean y aumentarán su competitividad  si eligen bien los tramos del negocio energético en el que quieren estar presentes.

No hay recetas únicas y cada empresa tiene ya hoy, oportunidades específicas no generalizables. Así que lo primero que hay que hacer es integrar el negocio energético en nuestras prioridades sabiendo que día que pasa sin haberlo hecho, es una cuestión pendiente que aplazamos y que lo restamos de nuestra cuenta de resultados.  No es fácil porque estábamos acostumbrados a ser meros consumidores. Pero ahora ya podemos ser protagonistas generando energía, compartiéndola con nuestros vecinos, almacenándola y distribuyéndola o asociándose para consumirla. En algunos casos podremos intervenir en todos los tramos de la escala de valor. En otros solo en algunos. Pero pronto será difícil encontrar una empresa logística que no intervenga en la cadena de valor de la energía.

Necesitamos por otra parte de sistemas diferentes de gestión, empresas que ofrezcan nuevos productos multi-oferta porque las casuísticas son muy diversas y también lo son las soluciones. Nuestros polígonos logísticos tienen la particularidad de disponer de tejados que han pasado a tener un valor que hasta ahora desconocíamos en un país que siempre ha presumido de sol pero solo para nuestras playas. Mientras tanto países con mucho menos potencial de aprovechamiento solar y eólico como Alemania nos multiplicaba por diez – y todavía hoy tenemos esa situación – su capacidad fotovoltaica.

Es también una oportunidad para poner en orden miles de hectáreas de nuestras cubiertas que requieren actualización. No hay estudios precisos pero algunas estimaciones hablan de más del 50 %. Un aprovechamiento energético  de esas cubiertas pueden ayudar a financiar su reparación revalorizando así nuestras naves y obtener precios energéticos más competitivos.

La mayoría pueden generar mucha más energía de la que necesitan. Ahí tenemos oportunidades para compartir energía en comunidades energéticas y/o smart grids, para venderla mediante PPA ( Power Purchase Agreement ), para almacenarla en baterías o hidrógeno o para convertirnos en una figura que va a tomar relevancia cada vez mayor como es la de gestores de la demanda y recibir ingresos por ceder al sistema nuestra energía sobrante si es que todavía la hubiera.

Y todo ello requiere también de sistemas inteligentes de gestión de la energía que tendremos que instalar para aprovechar al máximo cada kilowatio que generemos y consumamos.

Por último, hay que romper con un concepto demasiado extendido en estos albores de la transición energética: la creencia de que sólo se trata de instalar paneles solares y de que una vez instalados ya hemos hecho lo suficiente. Los paneles no son lo más importante. Ni  tan solo las inversiones necesarias para el cambio de modelo. La cosa es más compleja y no por ello difícil de abordar. Se trata de conjugar diferentes tecnologías, agentes energéticos, financieros y gestores finales. Pero ello no nos debería desanimar. Se trata de que incorporemos a nuestras prioridades en la logística, la de la gestión de la energía sabiendo que a partir de ahora es una parte más de nuestro negocio de la que nos tenemos que ocupar aunque sea cediéndola a un tercero o, aún mejor, compartiéndola. Se trata en definitiva, de poner inteligencia a la gestión de la energía en nuestras empresas para hacerlas más competitivas.

De paso, contribuiremos a la lucha contra el cambio climático. El representante del CSIC inició la ronda de comparecencias en la tramitación de la Ley de Cambio Climático hace pocas semanas con esta lapidaria frase: “ El cambio climático mata”. Y si se acostumbra a decir que cada uno de nosotros a nivel individual puede contribuir a la lucha por un planeta más saludable y los humanos también estamos incluidos en esa salud, el sector logístico tiene ahí muchas posibilidades de intervención.

Porque el consumo de energía ha sido en estos dos siglos pasados uno de los causantes de la modificación del clima. Las buenas noticias son dos: la primera es que podemos revertir esa situación y la segunda, que si lo hacemos adecuadamente , mejoramos la competitividad de nuestras empresas

Ir despacio ya no es posible.  Sustituir toda la energía fósil y contaminante para el 2050 no se va a poder hacer ni despacio ni el año antes.

Tenemos que tomar decisiones ya. Quien no lo haga ahora, pierde el tren de ponerse en situación de afrontar el futuro en condiciones.

El canvi energètic imprescindible en la logística

Alimerka «siembra» 7.500 paneles fotovoltaicos en su centro logístico de  Llanera

El canvi copernicà que s’està produint en el sector energètic i que tant afecta el sector logístic només acaba de començar. És tal el volum de les inversions que es necessiten així com les noves activitats de recerca i desenvolupament, que costa encara disposar d’aproximacions que coincideixin. Estem davant d’un canvi d’era històric. Hem de canviar bona part de el sistema elèctric però a més augmentar-lo molt considerablement per substituir els combustibles de gairebé tot el transport i bona part dels que utilitza la indústria i els residencials.

A l’escenari final parlarem – ja hem de considerar-ho així ara per preparar adequadament l futur – només d’energia discontínua que paradoxalment serà la majoritària i de contínua de la qual podrem disposar en tot moment però que juntament amb l’emmagatzematge serà minoritària en el mix energètic.

El sector logístic té aquí grans reptes i al mateix temps nombroses oportunitats. Les empreses logístiques ja no seran meres consumidores sinó que podran intervenir en el negoci energètic si així ho desitgen i augmentaran la seva competitivitat si trien bé els trams del negoci energètic en el que volen estar presents.

No hi ha receptes úniques i cada empresa té ja avui oportunitats específiques no generalitzables. Així que el primer que cal fer és integrar el negoci energètic a les nostres prioritats sabent que dia que passa sense haver-ho fet, és una qüestió pendent que ajornem i que el restem del nostre compte de resultats. No és fàcil perquè estàvem acostumats a ser mers consumidors. Però ara ja podem ser protagonistes generant energia, compartint-la amb els nostres veïns, emmagatzemant i distribuint o associant-nos per consumir-la. En alguns casos podrem intervenir en tots els trams de l’escala de valor. En altres només en alguns. Però aviat serà difícil trobar una empresa logística que no intervingui en la cadena de valor de l’energia.

Necessitem d’altra banda de sistemes diferents de gestió, empreses que ofereixin nous productes multi-oferta perquè les casuístiques són molt diverses i també ho són les solucions. Els nostres polígons logístics tenen la particularitat de disposar de teulades que han passat a tenir un valor que fins ara desconeixíem en un país que sempre ha presumit de sol però només per a les nostres platges. Mentrestant, països amb molt menys potencial d’aprofitament solar i eòlic com Alemanya ens multiplicava per deu – i encara avui tenim aquesta situació – la seva capacitat fotovoltaica.

És també una oportunitat per posar en ordre milers d’hectàrees de les nostres cobertes que requereixen actualització. No hi ha estudis precisos però algunes estimacions parlen de més del 50%. Un aprofitament energètic d’aquestes cobertes poden ajudar a finançar la seva reparació revaloritzant així les nostres naus i obtenir preus energètics més competitius.

La majoria poden generar molta més energia de la que necessiten. Aquí tenim oportunitats per compartir energia en comunitats energètiques i / o smart grids, per vendre-la mitjançant PPA (Power Purchase Agreement), per emmagatzemar-la en bateries o hidrogen o per convertir-nos en una figura que prendrà rellevància cada vegada més gran com és la de gestors de la demanda i rebre ingressos per cedir al sistema la nostra energia sobrant si és que encara n’hi hagués.

I tot això requereix també de sistemes intel·ligents de gestió de l’energia que haurem d’instal·lar per aprofitar al màxim cada kilowatt que generem i consumim.

Finalment, cal trencar amb un concepte massa estès en aquests inicis de la transició energètica: la creença que només es tracta d’instal·lar panells solars i que un cop instal·lats ja hem fet prou. Els panells no són el més important. Ni tan sols les inversions necessàries per al canvi de model. La cosa és més complexa i no per això difícil d’abordar. Es tracta de conjugar diferents tecnologies, agents energètics, financers i gestors finals. Però això no ens hauria de desanimar. Es tracta que incorporem a les nostres prioritats en la logística, la de la gestió de l’energia sabent que a partir d’ara és una part més del nostre negoci de la qual ens hem d’ocupar encara que sigui cedint a un tercer o, encara millor, compartint-la. Es tracta en definitiva, de posar intel·ligència a la gestió de l’energia en les nostres empreses per fer-les més competitives.

De passada, contribuirem a la lluita contra el canvi climàtic. El representant del CSIC va iniciar la ronda de compareixences a la tramitació de la Llei de Canvi Climàtic fa poques setmanes amb aquesta lapidària frase: “El canvi climàtic mata”. I si s’acostuma a dir que cada un de nosaltres a nivell individual pot contribuir a la lluita per un planeta més saludable i els humans també estem inclosos en aquesta salut, el sector logístic té aquí moltes possibilitats d’intervenció.

Perquè el consum d’energia ha estat en aquests dos segles passats un dels causants de la modificació del clima. Les bones notícies són dues: la primera és que podem revertir aquesta situació i la segona, que si ho fem adequadament, millorarem la competitivitat de les nostres empreses

Anar a poc a poc ja no és possible. Substituir tota l’energia fòssil i contaminant per al 2050 no es podrà fer ni a poc a poc ni l’any abans.

Hem de prendre decisions ja. Qui no ho faci ara, perdrà el tren de posar-se en situació d’afrontar el futur en condicions