Por un cambio radical del PSC

Hace ya cinco años que venimos postulando un cambio a fondo en el PSC. Era el febrero de 2011 cuando con Francesc Vallès redactamos el document “ Un PSC con perfil propio “ que firmaron todas las Ejecutivas locales del PSC de la Federación XVII ( comarcas tarraconenses  ) y que tuvo un amplio eco en la prensa. En la Vanguardia, también en el Punt y en algunos medios digitales. Abogábamos por per un partido netamente “federalista, europeista, de izquierdas, catalanista, feminista y ecologista”.

Las políticas

Creo sinceramente que desde entonces nuestras actuaciones no han destacado precisamente por acentuar aquel perfil propio. Por el contrario, los ciudadanos lo han percibido tan difuminado que hemos dejado de ser la primera opción de izquierdas en las últimas elecciones.

Pocas semanas después de aquella declaración, llegaron las manifestaciones del 15M, llamadas de los indignados, que tenemos que reconocer que nos pillaron desprevenidos a la socialdemocracia en general y a las cuales todavía sólo  hemos dado respuesta parcialmente.

Tres meses después, en agosto, poca gente entendió que nuestros diputados aprobaran en las Cortes la llamada Reforma Exprés de la Constitución. A continuación, los gobiernos  de la derecha en Catalunya ( CiU-PP y CiU-ERC) y en España (PP) acentuaron aún más  la precarización y el agravamiento de los servicios y derechos básicos. Pero los ciudadanos y las ciudadanas no encontraron en nosotros  la contundente respuesta que esperaban, ni en las instituciones ni en el seno de los movimientos sociales y han considerado que no les defendíamos suficientemente.

Por otro lado, en un momento que derivado de la Sentencia del TC de 2010 y de las políticas re-centralizadoras del PP había y hay más sensibilidad en Cataluña por las agresiones a nuestra capacidad de decisión y de autogobierno, el PSC ha renunciado al derecho  a decidir con argumentos como que no figuraba en ningún ordenamiento jurídico, olvidando que ningún derecho sin  excepción ha figurado  siempre en las leyes y que se han conquistado cuando los ciudadanos los han  conquistado cambiando las leyes. O con argumentos aún más débiles y estrechos de miras como que nos impediría ganar en las áreas metropolitanas. Argumento que se ha demostrado débil porque en lkas últimas elecciones ha ganado – también en las áreas  metropolitanas – un partido que defiende el derecho a decidir.

Las formas

Y en cuanto a las formas, reclamábamos un nuevo PSC  “sin prescindir de nadie”, con el esfuerzo individual y colectivo, con nuevas formas de organización, participación y asunción de obligaciones.

Me temo que tampoco en este campo podemos exhibir un balance muy positivo. La activista feminista Teresa Claramunt, escribió en 1931: “Creo que al mundo no se debe venir a vegetar sino a luchar. Sin personas que lucharan, que sintieran la desazón de la perfección, aún viviríamos en la época prehistórica “. Creo que viene muy a cuento si hablamos de esfuerzo individual. No se hace política sólo en las instituciones – públicas o en el partido – de ocho a tres y de lunes a viernes. Ni con 140 caracteres.

Y si hablamos de trabajo colectivo, también tenemos mucho camino a recorrer en nuevas formas de organización, de participación, de asunción de nuevas obligaciones y responsabilidades. Multiplicar reuniones para opinar y criticar mucho a los adversarios – y si conviene a los propios -, el uso de lenguaje radical que no se corresponde después con hechos o acciones concretas, resta credibilidad. Acatar sin más lo que dice el primer secretario o el Alcalde o el PSOE tampoco convence a nadie. En definitiva, la ausencia de iniciativa, de debate, de acción real y constante no es política y los ciudadanos lo ven a la primera.

Tampoco facilitamos ni estimulamos suficientemente la participación y la transparencia, la consulta para los aspectos relevantes como los pactos; no abrimos suficientemente las puertas ni salimos a la calle; no nos zambullimos en los movimientos sociales, culturales, universitarios, deportivos, cooperativos, sindicales y todos los que postulan el cambio por una vida más digna y de donde hay que obtener propuestas y liderazgos nuevos.

Los pactos

Hemos entrado en una nueva era. Y debemos ser conscientes de ello. La fragmentación política, reflejo de la social, ha venido para quedar-se. Debemos asumir una nueva cultura, la de los consensos con los afines. Pero hay que hacerlo bien, con debate, transparencia y sometidos a consulta (Pedro Sánchez lo hace bien). Si es con partidos alejados de nuestra ideología y, peor aún, si los procesos para alcanzarlos son oscuros, se conocen por la prensa y el primero que se lee son los cargos y no las propuestas, también te alejas de la gente . Si el programa común es cubrir el expediente con documentos poco trabajados, sin un proceso de participación ciudadana y se da como hecho sin consultar, seguimos alejados de los ciudadanos, que es lo más grave, y de los propios afiliados.

Quien haya sido capaz de leer hasta aquí, entenderá que el pacto en el ayuntamiento de Tarragona me ha disgustado especialmente. Socios y procedimientos podían ser otros pero el problema no viene de aquí sino de más lejos en el tiempo y es más de fondo como explico en los párrafos anteriores. Si no hay ideas claras y perfil propio en políticas y formas, al final todo se convierte en una chapuza y nada nos diferencia de lo que más crtiticamos.

La diversidad del socialismo: la concepción de Cataluña

Pedíamos en 2011, que no se prescindiera de nadie. Pero por la vía de excluir o por la vía de no contar con quien no comulga exactamente con una sola idea del socialismo en Cataluña, se ha expulsado de facto a miles y miles de afiliados, simpatizantes y votantes que han girado la mirada a otros opciones que creen que los pueden representar mejor.

Y no me refiero sólo a las posiciones en torno al hecho nacional, que quede bien claro. Porque al revés de lo que hacen los nacionalistas, para mí siempre han sido primero las personas y después la nación. Por tanto, que nadie interprete nunca más cuando pido reconocimiento y fomento del pluralismo en el seno del partido que me refiero únicamente a la defensa de Cataluña como nación y el derecho a decidir (que también). Por el contrario, pienso que uno de los errores del PSC en los últimos años ha sido fijarse demasiado en esta cuestión, ha preocupado demasiado la posible fragmentación de España que también es una nación (de naciones o no ya lo discutirá quien quiera, que yo no). Pero no habíamos quedado en que a nosotros nos preocupaban las mujeres y los hombres antes  que las naciones? ¿A qué viene, pues, tanta preocupación por la fragmentación de una o la independencia de la otra? No es, o debería ser, el socialismo el nexo común que nos une en la lucha por unas mejores condiciones de vida de la gente?

Pero es cierto que en el PSC tenemos concepciones diversas sobre el hecho nacional. A otros partidos les pasa lo mismo. ¿Y qué? Los hay que defendemos que el derecho a decidir existe para cualquier nación y Cataluña lo es. De hecho, en el PSC lo hemos defendido hasta el pasado mes de junio y lo seguimos defendiendo muchos que no somos ni seremos nunca nacionalistas porque consideramos que los nacionalismos ponen la nación por delante de las personas y esto ha supuesto, y sigue comportando, muchos desastres a lo largo de la historia.

Creo que la independencia traería más problemas que soluciones al menos durante bastantes años – de hecho ya llevamos unos cuantos desperdiciados – y que hoy es incapaz un solo país de afrontar ningún problema cuando ya son todos globales. Pero si llegara una independencia – forzosamente tan limitada a estas alturas del siglo XXI que no se podría considerar como tal – creo que quienes nos sentimos socialistas continuaríamos luchando por la verdadera independencia y libertad que es la de las personas. ¿O no? ¿ Sería incompatible nuestra lucha con una Cataluña independiente? Entonces, ¿ no puede ser que en el seno del PSC podamos convivir todos los y las que nos reclamamos socialistas? ¿ No es conveniente e imprescindible que tengamos la vocación de trabajar todos juntos en la misma organización pensemos como pensemos respecto al derecho a decidir o la independencia de Cataluña?

La diversidad: la concepción de las políticas de izquierdas

Me molesta especialmente que cuando pido reconocimiento y fomento de la diversidad en el PSC se me responda hablando del derecho a decidir y diciendo que ahora ya hemos encontrado la fórmula que por lo visto es la renuncia al derecho a decidir. Pero no parece que sea ésta la receta salvadora porque otra opción de izquierdas en Cataluña que defiende el derecho a decidir (como nosotros hasta hace ocho meses) nos ha sobrepasado en trescientos cuarenta mil votos. La defensa del derecho a decidir no les ha sido ningún obstáculo pero tampoco el principal motivo para ganar en las áreas metropolitanas de Cataluña, sino porque tiene más credibilidad que nosotros como opción de cambio.

Pero no, cuando pido que se expresen las diferentes posiciones lo digo también y sobre todo desde el punto de vista de la izquierda. Aquí todo el mundo se ha espabilado a confluir menos el PSC. Con otros movimientos nacionalistas unos o de izquierdas otros. ¿ Y nosotros no nos sentimos obligados a hacerlo empezando por la gente que tenemos todavía dentro? Pues si queremos seguir siendo útiles a la ciudadanía lo tendremos que hacer con los de dentro y con mucha gente y colectivos de fuera.

Porque varias son las visiones como diverso es hoy más que nunca nuestro país y el mundo. Por tanto, no es una cuestión de que nos sintamos más cómodos – que también – sino porque no representaremos la diversidad si nosotros no lo somos y no la manifestamos. Y no debería ser tan difícil porque el PSC ha sido siempre una organización unificadora de muchas sensibilidades de izquierda y nadie de izquierdas debería sentirse ajeno al PSC porque lo hemos demostrado siempre. Digámoslo en positivo: quien se sienta persona de progreso, que defiende en primer lugar la dignidad y la igualdad de oportunidades de las personas debería tener cabida en el PSC independientemente de qué políticas de izquierda proponga si acepta las posiciones adoptadas democráticamente . Y tenemos muchas que seguramente no veremos igual: la seguridad y la libertad, la fiscalidad y sus evasiones, enfrentarnos decididamente a los abusos de los monopolios, la lucha contra el cambio climático, la transición energética, las diferencias y la violencia de género , la paz, la vivienda, los servicios básicos que ya consideramos derechos como el acceso a las redes ya la energía, la renta básica, la banca ética y la pública, el nuevo papel del sector público en servicios privatizados y mercantilizados, la participación de los trabajadores en las empresas, la economía circular, el ocio como factor de desigualdad en niños y jóvenes, el cambio tecnológico, las migraciones y tantos otros que tienen como eje central la dignidad y el bienestar de las personas.

Se trata de definir propuestas y programas que conecten con las necesidades de la ciudadanía y con su deseo de cambio y revolución. ¿ Es maximalista? Pues lo dicen hoy Sanders en USA y Corbin en UK, Pérez Tapias en España, Alberto Domínguez en el Consejo Nacional del PSC. Pero también muchos compañeros, afiliados o no, que diariamente en las instituciones o en el seno de los movimientos sociales lo demuestran con hechos. Por eso pienso que en el PSC tenemos cabida y es imprescindible que estemos todos y todas para volver a expresar la complejidad y la pluralidad de la izquierda en Cataluña que deberíamos ayudar a recomponer o unificar al menos en luchas comunes que son hoy imprescindibles.

compromiso optimista

Pues yo no me resigno y lucho contra la pasividad, contra la inercia, contra el hecho de que piensen y decidan sólo unos cuantos. Esto supone mucho trabajo, enfrentarse con los poderosos y defender a los débiles, supone valor, coraje y decisión. Con más ambición y menos inercia por Tarragona que quiere decir por los tarraconenses, por Cataluña que significa para las catalanas y los catalanes y para todos los ciudadanos del mundo porque somos internacionalistas. Porque el PSC nació y tiene sentido para luchar por los ciudadanos de Cataluña y de todo el mundo.

Continuaré trabajando para contribuir modestamente a enderezar una situación tan compleja pero que creo que tiene remedio, no fácil, pero lo tiene. Y no es cuestión de edades ni de relevos generacionales – sería tan fácil si fuera así que lo podríamos solucionar en unas horas – es cuestión de actitud y de ideas.

Esto supone adoptar nuevas maneras y procedimientos, amplitud de miras para volver a contar con aportaciones y sensibilidades diversas, conectar de nuevo con los grupos sociales más dinámicos y buscar allí nuevos liderazgos. No seremos reconocidos como útiles si sólo vamos de visita y no nos ven luchando y trabajando codo a codo, día a día.

Creo que todavía es necesaria una alternativa catalana de izquierdas que piense desde Cataluña y decida desde Cataluña, profundamente transformadora que tenga mentalidad y experiencia de gobierno. De izquierdas, catalanista, ecologista, feminista y europeísta. El PSC cuenta con personas muy valiosas que pueden reavivarlo y reconstruirlo. Pienso ayudarlas para seguir sumando, con orgullo socialista. Y con optimismo que no tienen quienes lo proclaman de palabra sino los y las que lo practican luchando cada día por causas nobles.

(traducción del texto en catalán publicado esta mañana )

Per un canvi radical al PSC

Fa ja cinc anys que venim postulant un canvi a fons al PSC. Era el febrer de 2011 que amb Francesc Vallès vam redactar el document “ Un PSC amb perfil propi “ que van signar totes les Executives locals del PSC de la Federació XVII ( comarques tarragonines ) i que va tenir un ampli ressò a la premsa. Entre altres, a la Vanguardia, també al Punt i a alguns mitjans digitals. Advocàvem per un partit nítidament “federalista, europeista, d’esquerres, catalanista, feminista i ecologista”.

Les polítiques

Crec sincerament que des de llavors les nostres actuacions no s’han destacat precisament per accentuar aquell perfil propi. Ben al contrari, els ciutadans l’han percebut tan difuminat que hem deixat de ser la primera opció d’esquerres a les darreres eleccions.

Poques setmanes després d’aquella declaració, van arribar les manifestacions del 15M, anomenades dels indignats, que hem de reconèixer que ens van agafar desprevinguts a la socialdemocràcia en general i a les quals encara només hem donat resposta parcialment.

Tres mesos després, al mes d’agost, pocs ens van entendre quan els nostres diputats van aprovar a les Corts l’anomenada Reforma Exprés de la Constitució. A continuació, els governs de la dreta a Catalunya ( CiU-PP i CiU-ERC) i a Espanya (PP) van accentuar encara més la precarització i agreujament dels serveis  i drets bàsics. Però els ciutadans i les ciutadanes no van trobar en nosaltres la contundent resposta que esperaven, ni a les institucions ni al si dels moviments socials i han considerat que no els defensàvem prou.

Per altra banda, en un moment en què derivat de la Sentència del TC de 2010 i de les polítiques re-centralitzadores del PP hi havia i hi ha més sensibilitat a Catalunya per les agressions a la nostra capacitat de decisió i d’autogovern, el PSC ha renunciat al dret a decidir amb arguments com que no figurava en cap ordenament jurídic, oblidant que cap dret sense excepció ha figurat sempre en les lleis i que s’han conquerit quan els ciutadans els han guanyat canviant les lleis. O amb arguments encara més febles i estrets de mires com que ens impediria guanyar a les àrees metropolitanes. Argument que s’ha demostrat tan feble que en les darreres eleccions ha guanyat – també a les àrees metropolitanes – un partit que defensa el dret a decidir.

Les formes

I pel que fa a les formes, reclamàvem un nou PSC fet “sense prescindir de ningú”, amb l’esforç individual i col•lectiu, amb noves formes d’organització,  participació i assumpció d’obligacions.

Em temo que tampoc en aquest camp podem exhibir un balanç gaire positiu. L’activista feminista Teresa Claramunt, va escriure l’any 1931: “ Crec que al món no s’ha de venir a vegetar sinó a lluitar. Sense persones que lluitessin, que sentissin el neguit de la perfecció, encara viuríem en l’època prehistòrica “. Crec que ve molt a tomb si parlem d’esforç individual. No es fa política només a les institucions – públiques o al partit –  de vuit a tres i de dilluns a divendres. Ni amb 140 caracters.

I si parlem de treball col.lectiu, també tenim molt camí a recórrer en noves formes d’organització, de participació, d’assumpció de noves obligacions i responsabilitats. Multiplicar reunions per opinar i criticar molt als adversaris – i si convé als propis –, l’ús de llenguatge radical que no es correspon després amb fets o accions concretes, resta credibilitat. Acatar sense més el que diu el primer secretari o l’alcalde o el PSOE tampoc no convenç ningú. En definitiva, l’absència d’iniciativa, de debat, d’acció real i constant no és política i els ciutadans ho veuen a la primera.

Tampoc no facilitem ni estimulem prou la participació i la transparència, la consulta per als aspectes rellevants com els pactes; no obrim prou les portes ni sortim al carrer; no ens capbussem en els moviments socials, culturals, universitaris, esportius, cooperatius, sindicals i tots els que postulen el canvi per una vida més digna i d’on cal treure propostes i lideratges nous.

Els pactes

Hem entrat en una nova era. I n’hem de ser conscients. La fragmentació política, reflex de la social, ha vingut per quedar-se. Hem d’assumir una nova cultura, la dels consensos amb els afins. Però s’han de fer bé, amb debat, transparència i sotmesos a consulta (Pedro Sànchez ho fa bé). Si és amb partits allunyats de la nostra ideologia i, encara pitjor, si els processos per arribar-hi són obscurs, es coneixen per la premsa i el primer que es llegeix són els càrrecs i no les propostes, també t’allunyes de la gent. Si el programa comú és cobrir l’expedient amb documents poc treballats, sense un procés de participació ciutadana i es dóna com a fet sense consultar, continuem allunyats dels ciutadans, que és el més greu, i dels propis afiliats.

Qui hagi estat capaç de llegir fins aquí, entendrà com el pacte a l’ajuntament de Tarragona m’ha disgustat especialment. Socis i procediments podien ser uns altres però el problema no ve d’aquí sinó de més lluny en el temps i és més de fons com explico en els paràgrafs anteriors. Si no hi ha idees clares i perfil propi en polítiques i formes, al capdavall tot esdevé un nyap i res no ens diferencia del que més crtitiquem.

La diversitat del socialisme: la concepció de Catalunya

Demanàvem el 2011, que no es prescindís de ningú. Però per la via d’excloure o per la via de no comptar amb qui no combrega exactament amb una sola idea del socialisme a Catalunya, s’ha expulsat de facto a milers i milers d’afiliats, simpatitzants i votants que han girat la mirada a altres opcions que creuen que els poden representar millor.

I no em refereixo només a les posicions al voltant del fet nacional, que quedi ben clar. Perquè al revés del que fan els nacionalistes, per a mi sempre han estat primer les persones i després la nació. Per tant, que ningú no interpreti mai més quan demano reconeixement i foment del pluralisme al si del partit que em refereixo únicament a la defensa de Catalunya com a nació i al dret a decidir (que també). Ben al contrari, penso que un dels errors del PSC els darrers anys ha estat fixar-se massa en aquesta qüestió, ha preocupat massa la possible fragmentació d’Espanya que també és una nació (de nacions o no ja discutirà qui vulgui, que jo no ). Però no havíem quedat que a nosaltres ens preocupaven les dones i els homes abans que les nacions? A què ve, doncs, tanta preocupació per la fragmentació d’una o la independència de l’altra? No és, o hauria de ser, el socialisme el nexe comú que ens uneix en la lluita per unes millors condicions de vida de la gent?

Però és cert que al PSC tenim concepcions diverses sobre el fet nacional. A altres partits els passa el mateix. I què? N’hi ha que defensem que el dret a decidir existeix per a qualsevol nació i Catalunya ho és. De fet, al PSC ho hem defensat fins al passat mes de juny i ho continuem defensant molts que no som ni serem mai nacionalistes perquè hem vist que els nacionalismes posen la nació per davant de les persones i això ha comportat, i continua comportant, molts desastres al llarg de la història.

Crec que la independència portaria més problemes que solucions al menys durant bastants anys – de fet ja en portem uns quants malbaratats – i que avui és incapaç un sol país d’afrontar cap problema quan ja són tots globals . Però si arribés una independència – forçosament tan limitada a aquestes alçades del segle XXI que no es podria considerar com a tal – crec que tots els qui ens sentim socialistes continuaríem lluitant per la veritable independència i llibertat que és la de les persones. O no? Seria incompatible la nostra lluita amb una Catalunya independent? Llavors no pot ser que al si del PSC puguem conviure tots els i les qui ens reclamem socialistes? No és convenient i imprescindible que tinguem la vocació de treballar tots junts en la mateixa organització pensem com pensem respecte al dret a decidir o a la independència de Catalunya?

La diversitat: la concepció de les polítiques d’esquerres

Em molesta especialment que quan demano reconeixement i foment de la diversitat al PSC se’m respongui parlant del dret a decidir i dient que ara ja hem trobat la fórmula que pel que es veu és la renúncia al dret a decidir. Però no sembla que sigui aquesta la recepta salvadora perquè una altra opció d’esquerres a Catalunya que defensa el dret a decidir (com nosaltres fins fa vuit mesos) ens ha sobrepassat en tres-cents quaranta mil vots. La defensa del dret a decidir no els ha estat cap obstacle però tampoc el principal motiu per guanyar a les àrees metropolitanes de Catalunya, sinó perquè té més credibilitat que nosaltres com a opció de canvi.

Però no, quan demano que s’expressin les diferents posicions ho dic també i sobretot des del punt de vista de l’esquerra. Aquí tothom s’ha espavilat a confluir menys el PSC. Amb altres moviments nacionalistes uns o d’esquerres altres. I nosaltres no ens sentim obligats a fer-ho començant per la gent que tenim encara dins? Doncs si volem continuar essent útils a la ciutadania ho haurem de fer amb els de dins i amb molta gent i col.lectius de fora.

Perquè diverses són les visions com divers és avui més que mai el nostre país i el món. Per tant, no és una qüestió que ens sentim més còmodes – que també – sinó perquè no representarem la diversitat si nosaltres no ho som i no la manifestem. I no hauria de ser tan difícil perquè el PSC ha estat sempre una organització unificadora de moltes sensibilitats d’esquerra i ningú d’esquerres hauria de sentir-se aliè al PSC perquè ho hem demostrat sempre. Diguem-ho en positiu: tothom que se senti persona de progrés, que defensa en primer lloc la dignitat i la igualtat d’oportunitats de les persones hauria de tenir cabuda al PSC independentment de quines polítiques d’esquerra proposi si accepta les posicions adoptades democràticament. I en tenim moltes que segurament no veurem igual: la seguretat i la llibertat, la fiscalitat i les seves evasions, enfrontar-nos decididament als abusos dels monopolis, la lluita contra el canvi climàtic, la transició energètica, les diferències i la violència de gènere, la pau, l’habitatge, els serveis bàsics que ja considerem drets com l’accés a les xarxes i a l’energia, la renda bàsica, la banca ètica i la pública, el nou paper del sector públic en serveis privatitzats i mercantilitzats, la participació dels treballadors i treballadores en les empreses, l’economia circular, l’oci com a factor de desigualtat en nens i joves, el canvi tecnològic i tants altres que tenen com a eix central la dignitat i el benestar de les persones.

Es tracta de redefinir propostes i programes que connectin amb les necessitats de la ciutadania i amb el seu desig de canvi i revolució. És maximalista? Doncs ho diuen avui Sanders a USA i Corbin a UK, Pérez Tapias a Espanya, Alberto Domínguez als Conselles Nacionals del PSC. Però també molts companys i companyes, afiliats o no, que diàriament a les institucions o al si dels moviments socials ho demostren amb fets.  Per això penso que al PSC hi tenim cabuda i és imprescindible que hi siguem tots i totes per tornar a expressar la complexitat i la pluralitat de l’esquerra a Catalunya que hauríem d’ajudar a recompondre o unificar al menys en lluites comunes que són avui imprescindibles.

Compromís optimista

Doncs jo no em resigno i lluito contra la passivitat, contra la inèrcia, contra el fet que pensin i decideixin només uns quants. Això suposa molta feina, enfrontar-se amb els poderosos i defensar els febles, suposa valor i coratge i decisió. Amb més ambició i menys inèrcia per Tarragona que vol dir pels tarragonins i tarragonines, per Catalunya que vol dir per les catalanes i els catalans i per tots els ciutadans del món perquè som internacionalistes. Perquè el PSC va néixer i té sentit per lluitar pels ciutadans de Catalunya i de tot el món.

Continuaré treballant per contribuir modestament a redreçar una situació tan complexa però que crec que té remei, no fàcil però el té. I no és qüestió d’edats ni de relleus generacionals – seria tan fàcil si fos així que ho podríem solucionar en unes hores – és qüestió d’actitud i d’idees.

 

Això suposa adoptar noves maneres i procediments, amplitud de mires per tornar a comptar amb aportacions i sensibilitats diverses, connectar de nou amb els grups socials més dinàmics i cercar allí nous lideratges. No serem reconeguts com a útils si només hi anem de visita i no ens veuen lluitant i treballant colze a colze, dia a dia.

Crec que encara és necessària una alternativa catalana d’esquerres que pensi des de Catalunya i decideixi des de Catalunya, profundament transformadora que tingui mentalitat i experiència de govern. D’esquerres, catalanista, ecologista, feminista i europeista. El PSC compta amb persones molt valuoses que poden revifar-lo i reconstruir-lo. Penso ajudar-les per continuar sumant, amb orgull socialista. I amb optimisme que no tenen els qui se’n proclamen de paraula sinó els i les qui el practiquen lluitant cada dia per causes nobles.