BARCELONA - Desmontado pieza a pieza el barco medieval hallazo en la Barceloneta para trasladarlo a Girona - 20.05.08
en unas obras en el barrio de la Barceloneta, en Barcelona / Efe / Xavier Bertral
Tal que un puzzle, las partes de la nave, serán reconstruidas cuando lleguen al Centro de Arqueología Subacuática
Barcelona. (EFE).- Los restos del barco medieval hallado hace unas semanas en una excavación en el barrio de la Barceloneta, en una zona que en el siglo XIII fue mar, viajarán entre hoy y mañana, numerados y desmontados como un puzzle, hasta el Centro de Arqueología Subacuática de Girona, donde serán restaurados.
Los concienzudos trabajos de desmontaje manual y "pieza a pieza"
de cada uno de los elementos de esta nave de origen atlántico -de la
que se conserva un casco de unos seis metros de largo y tres de
ancho- han resultado más complicado de lo previsto por el equipo de
arqueólogos, ya que los tablones tenían una sujeciones muy fuertes.
El barco, que según las primeras estimaciones debió de hundirse
entre los siglos XIII y XIV, fue encontrado a unos siete metros por
debajo del nivel del mar en unos terrenos donde se está construyendo
un aparcamiento, junto al Baluard del Migdia, punto en el que
apareció boca abajo el casco de madera de esta nave, que demuestra
que Barcelona mantenía ya entonces relaciones no sólo con puertos
del Mediterráneo, sino también del Atlántico. El director del servicio
de Arqueología del Museo de Historia de Barcelona, Ferran Puig, ha
explicado que cada una de las piezas de madera del barco (las cuadernas
y las tracas que conforman el casco) están siendo envueltas,
manteniendo el necesario grado de humedad para su traslado, tras su
documentación gráfica.
"Es un proceso que está necesitando de mucha gente y de mucha
paciencia para que no se rompa nada", ha indicado Puig, quien señala
que el principal riesgo en este tipo de operaciones es "no cometer
errores irreversibles" y hacer compatible la "celeridad con la
seguridad".
La nave está construida con el sistema denominado tingladillo
-habitual de todo el perfil atlántico, desde Portugal a
Escandinavia- y aunque su origen exacto no se ha podido determinar,
se espera poder obtener datos reveladores por medio del Carbono 14.
Los restos llegarán a Girona por carretera, y allí se tratarán en
inmersión en unas bañeras de acero, con agua a una temperatura de
unos 60 grados, primero para su desalado, a la que más tarde se le
añadirán resinas para estabilizar la madera del casco -en un proceso
que durará 3 o 4 años- para a partir de ahí poder remontarlo.
"Cuando todo esto sea una realidad se montará en el Museo de
Historia de la ciudad, donde se convertirá en una de las piezas
principales de las colecciones de la época medieval", ha explicado
Puig, quien recalca la singularidad de este tipo de hallazgos
"tierra adentro".
Las tareas las están realizando los equipos de arqueólogos y
restauradores de las empresas ABC y Codex, del Museo de Historia de
la Ciudad y del Centro de Arqueología Subacuática de Girona.
Puig confía en que la investigación que se lleve a cabo en los
próximos meses permita desarrollar una recreación infográfica
virtual del conjunto de la nave, ya que ahora no se sabe si la zona
del casco hallada pertenece a la proa o la popa, "un asunto que
tendrán que determinar los expertos navales".
Los restos del barco se encontraron en los antiguos terrenos de
Cercanías Renfe, donde la empresa Sacyr Vallehermoso está
construyendo, desde julio de 2006, una promoción de pisos.
El director del Servicio de Arqueología cree que "difícilmente"
se van a encontrar más piezas del barco porque los fondos marinos
tienen movimiento que suelen impedir la conservación de este tipo de
restos, "pero la esperanza nunca se pierde".