«Si los políticos supiesen más historia no se repetirían los errores del ayer» ISABEL RODÁ, DIRECTORA DEL INSTITUTO CATALÁN DE ARQUEOLOGÍA CLÁSICA
LETICIA DÍAZ
- Su intervención en Reinosa ha versado sobre el mensaje y la propaganda en el mundo romano. ¿Considera que la antigüedad clásica sigue siendo un referente en muchos aspectos para la sociedad actual?
- No sólo es un referente, sino que es nuestra base, y sólo tenemos que mirar nuestra lengua, el derecho, la ingeniería o la arquitectura. Tenemos un derecho actual basado en el derecho romano, una manera de ver y enfocar el mundo y un sistema de infraestructuras que nos vienen de las antiguas ciudades romanas. Los gobernantes querían hacer un funcionar un gran imperio de la mejor manera posible, y por ello tenían la idea de intentar dar el máximo de servicios.
- ¿Qué estrategias empleaban los emperadores romanos para conservar el poder?
- Fueron evidentemente evolucionando y adaptándose. Augusto, el primer emperador romano, fue el que dio forma a una propaganda política muy completa y acertada, basada en su propia persona y su familia.
- Y en este contexto, ¿qué papel jugó la propaganda?
- La propaganda es importantísima, porque la creemos, nos influye, y nos dejamos comprar. Las ideas publicitarias actuales muchas veces recurren a los mismos soportes que usaban los romanos. En el Imperio tenían clarísima la idea de que para vender una idea tenían que tener una propaganda, tanto escrita y como a través de imágenes.
- ¿Qué instrumentos manejaron los diferentes emperadores romanos para hacer su propaganda política?
- Usaban diversos soportes: inscripciones, textos, carteles; y a pesar de que todo el mundo no sabía leer, había mucha cultura y capacidad de compresión. También hicieron propaganda a través de monumentos, estatuas, pinturas, monedas de bronce , cosas que todo el mundo tenía o veía a diario.
- ¿En lenguaje de la política actual el mensaje de los emperadores estaba cargado de ideología o simplemente había un ejercicio para mantenerse en el poder?
- El poder sin ideología es efímero. Se tenía que vender el producto, dar una ideología de estabilidad, de marco social importante, de que los avances conseguidos por la civilización romana no lo habían conseguido con otras. En fin, hacer creer que la gente que viviese en este mundo tendría unas ventajas indiscutibles, y funcionó. Roma tuvo la gracia de saber dar uniformidad a un mundo intercultural, y respetar sus costumbres. No impusieron una ideología privada, pero si una ideología publica en la que supieron integrar al pueblo y hacer atractivo su mundo. Deberíamos aprender de ellos para hacer una integración bidireccional con los inmigrantes, basada en el respeto y la tolerancia.
- ¿También los emperadores se preocupaban de su imagen?
- Claro que la imagen era una preocupación, era importantísimo venderla bien. El peinado, el vestido y la pose elegida para cada ocasión eran cosas perfectamente estudiadas. Por ejemplo Pompeyo Magno no sólo tomó su nombre del primer Magno de la historia occidental, Alejandro, sino que incluso se peinaba como él, imitando su característico remolino de rizos sobre la frente.
Las modas se difundían con una celeridad asombrosa en el Imperio; y se seguían fielmente las tendencias marcadas desde la casa imperial.
Asesores de imagen también existían, con la diferencia de que si ahora se encargan de eso empresas privadas, entonces lo hacían las propias familias.
- ¿Cómo ve la propaganda política contemporánea?
- Creo que actualmente los políticos nos intentan vender más imagen que otra cosa. Estamos perdiendo nuestra memoria y las bases de nuestra sociedad. Estas elecciones han tenido una abstención del 50% y si yo fuese política estaría preocupada. Los dirigentes viven en un terreno alejado de la sociedad, no pisan el suelo que pisamos el resto de los ciudadanos. Deberían aprender a crear ilusión por ir a votar; y en vez de esto, cada día nos encontramos en los telediarios con políticos corruptos y pactos contranatura para obtener el poder No se está gestionando ni vendiendo bien el producto.
- En la actualidad es relativamente fácil gracias a las nuevas tecnologías, hacer llegar a la sociedad cualquier mensaje, pero ¿cómo podían en la Antigüedad conseguirlo los emperadores del vasto Imperio Romano?
- Contaban con otros medios, como los campamentos en las fronteras o las torres de control con contacto visual. Además tenían unos medios de comunicación desarrolladísimos tanto por mar como por tierra: rutas marítimas, una red viaria que es la madre de nuestras autopistas, túneles Eran conscientes que para tener un Imperio con buena salud, éste debía estar bien comunicado.
- ¿Fue Augusto quien sentó las bases de la propaganda política en el Imperio?
- Sí, él montó todo este tinglado declarando a su padre divino, lo que le diviniza instantáneamente a él. Más estructura propagandística que esta no la hay. Para reforzarla aún más, dice también que Venus era su antepasado, y había estatuas de ella por todos los foros, con lo que el mensaje quedaba claro para el pueblo.
- ¿Qué emperador fue la más hábil en materia de propaganda?
- Augusto seguramente, pues fue la persona indicada en el momento y lugar indicados. También Trajano lo hizo bien, llevó al Imperio a su máximo esplendor: buen militar y buen gobernante. Basó su imagen en el buen gobierno, distribuyendo alimento entre las clases menos pudientes. Nerón no lo hizo mal tampoco, pero al final se puso en contra del Senado y de las clases populares. Fue degenerando, no respondió a las expectativas y lo pagó. El problema es que no supo gobernarse ni a sí mismo, era muy inestable; quiso ser muy helenístico y filósofo, pero un gobernador debe gobernar.
- ¿Y el menos afortunado?
- El primer menos afortunado fue Calígula, con 4 años en el gobierno, que ha pasado a la Historia como un medio loco que se casó con su hermana, mató a sus hermanos
- ¿Cambiaron las cosas al final del Imperio Romano cuando los emperadores adoptaron la religión católica?
- Claro que las estructuras cambiaron. A partir del siglo III todo empieza a ir mal, porque era un hecho real que oriente y occidente eran dos mundos muy distintos. Los obispos se convierten en senadores, la religión se hace una masa tan importante que se la tiene que hacer caso. Además acepta a las mujeres, una gran herramienta de márketing. A partir del siglo IV se convertirá en la única religión reconocida.
- ¿Está en crisis en España la investigación en la Antigüedad clásica?
- Esperemos que no, y si lo está, que al menos sea una crisis saludable, para mejorar. Lo que está en declive son las disciplinas humanísticas. Ahora tenemos tanta tecnología que produce ganancias inmediatas que nos estamos olvidando de ser personas. No podremos ser felices si nos convertimos en máquinas que hacen funcionar máquinas. Hay que volver a la buena cultura, a saber más idiomas... En España nadie aprende las lenguas como se debería, nuestra enseñanza no funciona en una cosa tan elemental como ésta.
- ¿Hay salidas laborales para los estudiantes universitarios que se especializan en los estudios clásicos?
- Nos estamos cargando el país, se está creando la 'España de ladrillo', pero hay mucha política de protección de arqueología, con lo cual auguro que los estudiantes de Arqueología sí tendrán trabajo. Menos oportunidades hay para las lenguas clásicas, porque ya no se enseñan ni en los institutos.
- ¿Cree que el Tratado de Bolonia proporcionará soluciones a las debilidades de la formación universitaria?
- No, porque hasta que no sepan contar hasta cinco no se resolverá nada. Después de tanto tiempo y millones invertidos no se ha llegado a la convergencia europea, algo que me gustaría que funcionase.
- ¿Por qué cree que los políticos actuales apoyan más la organización de actos folclóricos que la investigación científica? ¿El futuro nos deparará más panem et circenses (pan y circo) que otra cosa?
- Si los políticos supiesen más historia no se repetirían los errores del ayer. Están haciendo un montón de cosas para salir en los medios, usando una demagogia pura. Deberían recuperar el sentido común, ya que parece que algunos han perdido el norte, venden pan para hoy y hambre para mañana. Se debe invertir en actividades lúdicas, pero no se pueden convertir en lo único.
- ¿Y los nacionalismos excluyentes actuales tienen algún precedente conocido en la Antigüedad?
- Hay personas y fanatismos excluyentes, pero no creo en los nacionalismos excluyentes, y creo son malos en todos sitios. Eso sí, si no quiero lo mío, como voy a querer lo de los demás. Lo malo es que no se dan márgenes de acción, y cuando le pisas el callo al vecino ya sabes lo que te espera. Tiene que haber juego para todos.
http://www.eldiariomontanes.es/prensa/20070708/sociedad/
isabel-roda-directora-instituto_20070708.html