Hallazgo: Chacabuco y Montecaseros.
Los restos óseos estaban entre los cimientos del templo franciscano, ubicado en Chacabuco y Montecaseros.
Miguel Títiro mtitiro@losandes.com.ar
Los
restos de una Mendoza colonial y poscolonial, de hace más de 250 años,
siguen apareciendo a la luz del estudio, la excavación y el rastreo del
equipo de arqueólogos de la Municipalidad de Capital, un trabajoso
empeño que ya lleva 15 años de labor.
Ese grupo humano, que conduce Horacio Chiavazza, actual director del
Área Fundacional de la Ciudad, acaba de descubrir en los fondos de la
escuela primaria N° 1-028 José Federico Moreno, rastros de un templo
que primero fue de los franciscanos, y que, con los años, pasó a manos
de los hermanos de la Caridad, hasta que lo destruyó el terremoto de
marzo de 1861.
El hallazgo de esa antigua construcción no se produjo de buenas a
primeras, ya que su existencia era conocida desde hace mucho tiempo por
los especialistas. Pero nunca antes el terreno había podido ser
explorado, ya que los arqueólogos carecían de la autorización
pertinente, que comenzó a tramitarse en 2004 y se concretó hace algunas
semanas. Desde entonces, arqueólogos y estudiantes, conducidos en el
terreno por la licenciada Cristina Prieto y la profesora de Historia
Valeria Zorrilla, hallaron restos de muros y otras partes del templo
franciscano, luego transferido a la Caridad, una orden que ya no está
en el medio.
"Disponíamos de información muy amplia y coordenadas seguras, por lo
que luego de cavar un tiempo prudencial, apareció lo que buscábamos",
contó Chiavazza, quien lidera un programa científico del Área
Fundacional, que encara el Centro de Investigaciones Ruinas de San
Francisco (Cirsf), dependencia del municipio capitalino.
La intervención de los profesionales se produjo en el predio trasero de
la escuela primaria José Federico Moreno. Precisamente en la esquina
sureste (Chacabuco y Montecaseros). El lugar corresponde a la traza del
área fundacional de Mendoza, a dos cuadras de la plaza Pedro del
Castillo. Es un terreno arbolado, cerrado, sin uso actualmente. En el
pasado colonial (desde fines del siglo XVII en adelante), la orden de
los franciscanos construyó allí su iglesia y un convento.
Posteriormente, cedieron el templo a la Hermandad de la Caridad y el
convento a las autoridades de la época. En el terremoto de marzo de
1861, esas instalaciones, como otras de la Mendoza vieja, cayeron al
suelo.
El entusiasmo del equipo, compuesto por integrantes con edades entre 20
y 35 años, fue in crescendo. A poco de empezar la búsqueda supieron que
habían acertado en las excavaciones. La tierra, a un metro de
profundidad, dejó ver un muro que revelaba una parte de los cimientos
del antiguo templo. Y luego surgió material colonial muy temprano,
compuesto por elementos de cerámica rojo pulido y mayólica Panamá.
Confirmando otro aspecto previamente evaluado, los pesquisas del pasado
dieron con entierros. Se trata de restos óseos dispersos y
fragmentados, aunque en una de las trincheritas abiertas en el suelo
había dos osamentas articuladas, probablemente pertenecientes a
individuos adultos. Uno de los esqueletos, sobre el que ayer trabajaba
la estudiante Lorena Puebla, tenía como ajuar un collar de pequeñas
cuentas de cobre, que fue derivado para su estudio al equipo de
conservación. Una idea que está en la intención del equipo es tratar de
integrar un patio arqueológico, como se hizo en una escuela vecina, la
Mariano Moreno. Y además planean que los primeros visitantes al sitio,
externos a la investigación, sean los propios alumnos de la Federico
Moreno, establecimiento que en 2011 cumplirá un siglo de existencia.
http://www.losandes.com.ar/notas/2008/4/24/sociedad-355528.asp