TARRAGONA - La historia sumergida de nuestras costas, un patrimonio muy rico
por eva rolduà |
Tras el hallazgo por parte del barco norteamericano Odyssey Explorer de un valioso botín compuesto por 17 toneladas de monedas de oro y plata, valorado en 400 millones de euros, ha salido a la luz la importancia de la conservación y propiedad del patrimonio subacuático. Resulta que, en éste caso, los norteamericanos trasladaron, por aire, de Gibraltar hacia los EEUU parte del botín abriendo un complejo contencioso jurídico entre la compañía propietaria de la embarcación y el Gobierno español. No es imposible que en Catalunya se repita una circunstancia similar, puesto que durante las últimas décadas los adelantos técnicos han permitido el acceso a los restos arqueológicos subacuáticos. «El incremento de la presión del hombre en las costas, y sobretodo en los fondos marinos ha acelerado el proceso de destrucción del patrimonio sumergido», decía Gustau Vivar, arqueólogo del Centre d'Arqueologia Subaqüàtica de Catalunya (CASC). «Nuestra tarea es la de llevar a cabo un inventario, proteger, conservar, estudiar y difundir el patrimonio arqueológico que se halla sumergido» (tanto en aguas costeras como interiores).
¿Hay tesoros?
«Todo el mundo cree que si alguien encuentra un tesoro bajo el agua puede quedárselo pero en realidad es un patrimonio que gestiona la administración pública», decía Vivar, «desde el Departamento de Cultura de la Generalitat del que depende el CASC entendemos que no existen tesoros», así que para este experto en fondos acuáticos aquello que está bajo el agua debe de protegerse y, para ello, existe un inventario que, año tras año, se incrementa. Para hacer frente a los nuevos hallazgos y proteger los existentes la Generalitat de Catalunya creó en 1992 el Centre d'Arqueologia Subaqüàtica de Catalunya que, desde el 1996, forma parte del Museu d'Arqueologia de Catalunya.
Las costas de Tarragona, y muy especialmente las de Les Terres de l'Ebre ocultan mucho patrimonio bajo sus aguas. La razón es evidente, puesto que las aguas del mediterráneo fueron durante mucho tiempo la principal vía de comunicación entre gentes y culturas. Las aguas catalanas hace más de 2.500 años posibilitaron la llegada hasta Empúries de los navegantes griegos desde el otro extremo del Mediterráneo. Siglos más tarde, las mismas aguas hicieron posible el desembarco romano que culminaría con la romanización de la Península Ibérica, y más tarde, en la Edad Media, permitieron la expansión catalana hasta Grecia. «En este contexto se explican muchos de los naufragios y hallazgos de objetos, piezas que forman parte de museos y otros muchos que seguirán bajo el agua».
Una carta detallada
En 1992 se inició la redacción de la carta arqueológica subacuática de Catalunya. «Empezamos por una punta de Catalunya y la cruzamos de norte a sur para localizar, datar y detallar el patrimonio oculto bajo las aguas», decían las mismas fuentes. En total, se han catalogado unas 800 zonas con alto valor patrimonial a lo largo de Catalunya.
Las sucesivas exploraciones al fondo de las aguas llevadas a cabo desde el Tethis, la embarcación que surca los mares con equipos de submarinistas, expertos y arqueólogos, han ido incrementando el número de yacimientos. Según Vivar «el Camp de Tarragona y Les Terres de l'Ebre son una zona muy rica en yacimientos». Todo esto está directamente relacionado con la historia de los pueblos. «En la costa tarraconense existen distintos barcos que desgraciadamente han sido expoliados, pero hemos encontrado ánforas, objetos de la tripulación», etc. Hasta hay un avión de la segunda Guerra Mundial, comentaba el arqueólogo y «mucho por descubrir».
Campañas de ayuda
«Hemos puesto en marcha una campaña de S.O.S que pretende que todo aquél que encuentre alguna pieza nos llame al 972 20 66 31 y nosotros nos encargaremos de valorar el hallazgo» decía Vivar. Y es que según el arqueólogo «entendemos que se ha invertido la tendencia y que, cada vez más, la gente nos llama en vez de quedarse con el hallazgo». «Es más gratificante ver el nombre de uno en un libro por la repercusión que tiene que tener en secreto la pieza encontrada».