ECUADOR - La parroquia Caranqui guarda valiosas joyas bajo tierra - 05.07.08
La zona alberga restos del que pudo ser un templo habitado por Atahualpa, el único inca del actual territorio ecuatoriano. Están cerca del Camino del Inca.

El hallazgo arqueológico de Inka Huasi. El sitio está ubicado en la
Foto:EL COMERCIO
Redacción Cultura
Una de las rutas arqueológicas de mayor importancia en Ibarra empieza en Socapamba y culmina en Caranqui. Sin embargo, el abandono, los huaqueros y la falta de recursos para las investigaciones la mantienen en riesgo.
Cinco
km al norte de Ibarra, a un costado de la Panamericana, se encuentra
Socapamba. Según José Echeverría, arqueólogo del Fondo de Salvamento
del Patrimonio Cultural del Cantón Ibarra (Fonsalci), allí se han
encontrado 60 tolas o montículos durante los últimos 35 años.
Investigadores extranjeros y del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC)
han trabajado en esa zona. “Probablemente fue el asentamiento de algún
cacique, quien controlaba el acceso a los valles subtropicales
aprovechados en la época prehispánica para los cultivos de algodón, ají
y hoja de coca. El lugar está muy cerca al Capacñan o Camino del Inca”,
manifiestan los expertos.
A 8 km de ahí, hacia el oriente, en
ascenso por un estrecho camino de tierra desde el pueblo de
Yahuarcocha, a un extremo de la laguna, se encuentra El Tablón.
“Encontramos 14 montículos en un mirador espectacular, desde el cual se
domina la laguna. el Imbabura y el Cotacachi. Seguramente fue un sitio
sagrado para ceremonias y ofrendas. Suponemos que también funcionó como
un granero”, añadió el arqueólogo.
En el 2006, el Fonsalci
descubrió, en el centro de la parroquia Caranqui, un segmento de la
Inca Huasi (Casa del Inca). Los investigadores creen que se trata del
templo utilizado por el único inca ecuatoriano: Atahualpa. “Es una
estructura de 10 por 20 metros con piedra tallada y almohadillada. Esto
demuestra la alta jerarquía de quienes la habitaron.
De
acuerdo con un documento de 1559, enviado al Fonsalci por la
historiadora Tamara Estupiñán, ese año un español solicitó autorización
para buscar tesoros en Caranqui. Lo que llamó la atención de los
arqueólogos es que el español aseguró que la estructura incaica cubría
unas 20 cuadras, cada una con 80 metros cuadrados. “Lamentablemente, la
acción de los huaqueros y las ladrilleras destruyeron el 98% de la Inca
Huasi. Hay áreas que se salvaron de la devastación y hay esperanzas de
encontrar más vestigios”.
A César Guerrero, gerente del
Fonsalci, le preocupa que de los USD 33 millones ofrecidos por el
Gobierno para proyectos arqueológicos, USD 20 millones serán para
Quito y el resto se repartirá de modo que a Ibarra llegarán unos USD
200 000. “Con ese monto esperamos construir el cerramiento y la
cubierta de policarbonato de la Inca Huasi para definir el museo de
sitio que se pretende construir allí. Necesitamos financiar las
indagaciones, pues hay algo extraordinariamente grande enterrado allí”,
asegura Guerrero.
La recuperación de los vestigios
Especialistas de EE. UU.
llegarán el verano al sitio con equipos de última tecnología para
determinar si hay túneles –como sostienen los ancianos del lugar- y
tumbas en el hallazgo.
Muchas piezas halladas
en las tolas yen el Inca Huasi se exhiben desde marzo del 2007 en el
museo Atahualpa, en el centro de Caranqui. Es un edificio de piedra de
forma trapezoidal.
La acción de huaqueros y
ladrilleras destruyó el 98% del Inca Huasi. Hay áreas que se salvaron
de la devastación y quedan esperanzas de hallar más vestigios”.
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200718&id_seccion=7