Tom Dillehay, el arqueólogo norteamericano
mundialmente conocido por haber descubierto -junto a su equipo de la
Universidad Austral- el asentamiento humano más antiguo de América, en
Monte Verde, anda por estos días investigando los kueles, verdaderas
pirámides mapuches descubiertas hasta ahora principalmente en la zona
de Lumaco y Purén. Dillehay identificó allí docenas de estos túmulos de
uso funerario que superan en algunos casos los 40 metros de altura y
que serían una minimalización de los volcanes cordilleranos.
A principios de marzo, Dillehay visitó los que serían los primeros
kueles de gran tamaño al norte del Biobío: uno en Coyanco cerca de Los
Ángeles, en el sector llamado precisamente Kuel, y otro en la zona de
Los Notros, de Santa Bárbara hacia la cordillera, justo donde el río
Huequecura se junta con el Biobío.
Es allí precisamente donde la empresa Colbún tiene intenciones de
construir una represa hidroeléctrica llamada Angostura, de 305 MW, que
implicaría inundar la zona adyacente al kuel, donde habrían importantes
restos arqueológicos y una antigua cancha de nguillatún. No es todo.
Allí también vive un grupo de familias pehuenches, cuyas tierras
debieran estar protegidas por ley.
Sin embargo, están siendo abordados regularmente, desde hace casi un
año, para decirles que tendrán que relocalizarse sí o sí por la
construcción de una represa. Se trata de 43 familias, entre ellas nueve
que llegaron a la zona tras ser sacadas de sus tierras -a mediados de
los ’90- por la construcción de otra central: Pangue.
"Están diciendo que nos van a sacar de nuevo. No sabemos como va a
ser. Según ellos se va a hacer la represa y que ya está aprobada"
cuenta Juana Méndez Curriao, miembro de una de las familias pehuenches
que fueron trasladadas prácticamente sin compensación y cuando recién
tomaba fuerza la campaña del Biobío, que después convulsionó al país
por la relocalización de cientos de pehuenches para construir el
embalse de Ralco.
Pese a que en ese entonces el Estado se comprometió ante la OEA a no
realizar más proyectos en la zona, la realidad dice otra cosa. Endesa,
empresa dueña de Pangue y Ralco no lo ha hecho. Pero sí lo está
haciendo Colbún, su flamante socio en el controvertido proyecto
Hydroaysén en la Patagonia.
¿KUEL PEHUENCHE?
En el sector de la confluencia del Biobío con el Huequecura, muchos
saben del valor religiosos e histórico del cerrito puntudo que mira en
todas direcciones.
En ese sitio habrían sepultados un importante número de habitantes.
La historia oral cuenta que los cerritos que se ven arriba de la loma
se habrían hecho a mano y que fue rellenado por muchas manos pehuenches
con significados políticos y funerarios y construidos alrededor de los
siglos XIII y XIV, poco antes de la llegada de los españoles.
José Purrán, que habitan allí hace años, recuerda incluso haber
participado en nguillatunes en la cancha ubicada en una planicie del
sector. Un dato que le entregó al arqueólogo norteamericano en su
reciente visita, donde observó desde abajo el montículo puntiagudo que
hoy se conoce como El Calvario y reconoció en la planicie inferior -que
sería inundada si se implementara la central- una parte vital del
complejo del kuel: "Me imagino que toda esta terraza, la planicie,
tiene sitios domésticos que están asociados
con el cerro sagrado. Ése es el patrón que hemos encontrado en muchos
lugares", dijo el arqueólogo para quien, "es muy importante conservar
los kueles, porque son parte del patrimonio del Estado, de la etnicidad
mapuche. Puede cambiar la identidad histórica cultural de los mapuche",
agregó.
Lo mismo piensa Osvaldo Cáceres, del consejo consultivo del Consejo
Nacional de la Cultura. "Hay que salvar al Huequecura de la
inundación", agregando que la zona es "un lugar de encuentro
ceremonial, de límite entre mapuches y pehuenches, tierra donde
renacerán las identidades de estas culturas que dan riqueza a nuestro
diversificado y heterogéneo país".
PUEBLO SE OPONE
La oposición en Santa Bárbara se debe en gran parte a que el río
Huequecura es la zona de mayor desarrollo turístico. En este afluente
del Biobío que lleva al sector interior de Lo Nieves y Quillaileo se
ubican magníficos pozones que en el verano se usan para bañarse. En la
confluencia existe además un hermoso cañón que cruza el Punte Piulo, y
que tiene sentido histórico para las víctimas del ’73 que allí fueron
eliminadas. Al lado del imponente cañón hay un antiguo puente colgante
ferroviario, O sea, la zona toda, tiene claramente un gran potencial
turístico que recién se comienza a desarrollar y que se esboza como
parte del plan estratégico de la comuna.
Podría verse fuertemente alterado, así como los planes de
investigaciones arqueológicas del kuel y su alrededores, si se llegase
a aprobar y se terminara implementando la represa Angostura.
La Evaluación de Impacto Ambiental estaría a punto de ser presentada
a la Corema de Concepción. La empresa sigue avanzando a full, apostando
a que su proyecto se haga. La táctica imitará la que tuvo Endesa en el
Alto Biobío a mediados de los ‘90: trasladar gente antes de obtener los
permisos necesarios, con el fin de debilitar el rechazo a la
iniciativa. De hecho, el 24 de marzo de este año estuvieron en la
notaría de Selim Parra, Bernardo Larraín Matte, ingeniero comercial y
Emilio Pellegrini, ingeniero civil, ambos en representación de Colbún
S.A. con el fin de adquirir en 55.300.000 pesos un predio de 12,04
hectáreas con algunos derechos de agua por los que se pagaron 2.300.000
pesos.
La parcela Resto del Lote B Dos A "Rucapequén" era de Nelson
Herminio Labrín y queda en el sector de La Paz, a cerca de un kilómetro
de donde se piensa en levantar un muro. Podría perfectamente ser
destinada para los relocalizados, quienes ya están siendo llevados a
ver terrenos.