Cultura y Turismo impulsa un plan
para restaurar el patrimonio y darle aprovechamiento económico. El
programa durará 10 años y su presupuesto es de 150 millones
J. L. AROCA J. L. A.
Obras actuales en la Alcazaba árabe de Mérida. / J.M.ROMERO
Dieron cobijo y seguridad a campesinos
y guerreros. Vieron desfilar a todos los ejércitos, hacia el norte y el
sur, este y oeste. Atraen magnéticamente todas las miradas de rendido
respeto. Ahora van a prestar otro servicio dando empleo y quizá
riqueza. Los castillos.
Según los entusiastas de estos edificios, en Francia al referirse a
algo imposible se dice que es como querer «construir castillos en
España». Porque hay tantos que no resulta fácil encontrar un
emplazamiento.
La Junta de Extremadura prepara el plan Castillos. Una operación
muy ambiciosa que dura 10 años, hasta 2018, y pretende dedicar esta
próxima década 150 millones de euros al arreglo de 43 fortalezas para
darles luego un uso cultural y turístico.
El programa va a proporcionar la creación de 1.000 empleos entre
directos e indirectos; directos en las obras y los que queden luego en
las instalaciones a montar en el interior de los edificios.
El objetivo y la oportunidad es triple, como explica Esperanza
Díaz, directora general de Patrimonio Cultural: conservar este legado
arquitectónico-histórico tan importante; darle un aprovechamiento
turístico y social mediante la confección de rutas de visita; y
utilizarlo, en tercer lugar, como un potente recurso de obra pública
que dará empleo y especialización a centenares de trabajadores en unos
momentos en que la crisis de la construcción de viviendas les está
dejando en el paro.
De propiedad pública
De los casi 200 edificios defensivos históricos diseminados
por la región, la Consejería de Cultura y Turismo ha seleccionado 43 en
los que intervenir en mayor o menor grado, todos ellos de propiedad
pública (ayuntamientos, Junta, Gobierno central), y otros ocho, la
mayor parte privados, en los que habrá actuaciones de apoyo para dar
más contenido a los circuitos turísticos que se creen.
La idea surge de la necesidad de actualizar los estudios y datos
disponibles sobre el estado real de las construcciones. No existe,
según la responsable de Patrimonio, ningún catálogo e inventario
oficial de castillos propiamente dichos (recintos defensivos y
residenciales).
«No están muy estudiados, vamos a hacer ahora un buen catálogo.
Existen trabajos previos hechos por ejemplo desde la Universidad, pero
es la primera vez que se hará un estudio completo e integral». Por eso
Esperanza Díaz no se pronuncia por el estado actual general de estas
fortalezas: «Hay de todo, desde los que están muy bien conservados
hasta los que se encuentran en ruina».
22 a fondo
A lo largo de este año están haciéndose estudios completos que
son los que van a determinar dónde intervenir, qué hay que hacer, y qué
posibilidades de uso tiene cada uno de los castillos.
Hay un primer grupo de 21 en los que las obras van a ser más profundas porque «nunca se han restaurado según nuestras noticias».
En esos casos lo más necesario y primer trabajo es consolidar el
edificio para evitar que se siga viniendo abajo; en una segunda fase
procede la restauración, excavaciones si son necesarias (de las que
saldrán nuevos datos históricos), y el arreglo de los accesos,
actuación esta última que recibirán todos los del programa.
Dependiendo de la información que den los estudios, la Consejería
de Cultura y los propietarios del castillo deciden el uso posterior; si
se limita a la visita y en qué zonas por motivos de seguridad, o
procede pensar en algo más como «cafetería, biblioteca, museo o centro
de documentación».
Actuaciones secundarias
En el segundo grupo de fortalezas generalmente bajomedievales,
22, la actuación del programa Castillos será menor porque están «medio
recuperados» y han sido objeto de obras anteriores. Una de las
necesidades frecuentes es tener mejores accesos.
Queda por último un conjunto de ocho castillos o recintos
defensivos en los que las actuaciones públicas van a ser sólo de
«apoyo», como por ejemplo Zafra.
Entran secundariamente en el programa a fin de dar más contenido a
las rutas turísticas que se creen en el futuro. «Se les va a ofrecer a
los propietarios entrar en el circuito de visitables».
Circuitos turísticos
Y es que todas estas obras tan costosas no deben quedar en
balde sino que la idea es crear circuitos turísticos comarcales
aprovechando la renovación y mejora que van a experimentar las
construcciones.
Se trata de unos circuitos 'integrales' en colaboración con la
Dirección General de Turismo. 'Paquetes' que se ofrecerán con el
atractivo de ver por dentro y por fuera los castillos, pero también
otros recursos patrimoniales de la zona (iglesias, puentes, palacios,
centros de interpretación, etc.), y también naturales.
En las rutas la idea es incluir posibilidades de alojamiento y restaurantes.
Es en este aspecto donde el plan Castillos ejerce su aspecto más
social. El criterio para la selección de los edificios incluidos,
además de su propiedad pública, es el de que estén suficientemente
repartidos por el territorio regional a fin de que los circuitos
turísticos puedan dejar dinero por todas partes y en especial por las
zonas turísticamente 'segundonas'.
Oficio con futuro
Escasean los trabajadores especializados en la restauración de
casas señoriales y edificios históricos. «Nos hemos ido dando cuenta y
con esto intentamos remediarlo», argumenta Esperanza Díaz otra de las
finalidades del plan, la laboral.
No se encuentran canteros, ni albañiles capaces de trabajar con
bóvedas o arcos. Son dos pájaros de un tiro: reducir el efecto del paro
creciente en la construcción, y aprovechar para enseñarles esas
técnicas y materiales tradicionales y valiosos.
De eso se encarga el programa Alarife anunciado días atrás.
Empresas de la construcción con cualificación en rehabilitación, y
domicilio social en Extremadura, van a poder formar a 400 albañiles en
esas especialidades. Son las primeras candidatas a adjudicarse luego
las obras de restauración.
Como se ha dicho, en total el plan Castillos estima crear 1.000
empleos a lo largo de los 10 años de funcionamiento. La mayoría de
ellos, 800, directos durante la duración de las obras, y algunos en las
instalaciones permanentes que queden (guías de visita, bibliotecas o
museos).
Los otros 200 son los indirectos a lo largo de estos años en
restaurantes locales, almacenes de materiales, transportistas,
alojamientos...
«El programa Castillos», sentencia la directora general de Patrimonio, Esperanza Díaz, «va a ser muy importante».
«Cualquier inversión que se haga en el patrimonio es de aplaudir»
José Calvo Cordón ve desde las casas del pueblo del que
es alcalde, Burguillos del Cerro, la iglesia de Santa María de la
Encina en un alto, y en otro risco más elevado, el castillo. La primera
ya fue recuperada a punto de derrumbarse por el programa Alba Plata, y
ahora el segundo se va beneficiar del plan Castillos.
«Yo sólo puedo aplaudir este programa de la Junta. Cualquier
inversión en patrimonio es plausible porque es conservar y recuperar
nuestras raíces». Las obras en edificios históricos de este tipo son
muy caras «pero -matiza- es un dinero que se rentabiliza, primero en
eso que comento de las raíces que dejamos a nuestros hijos, luego en
las empresas de la construcción, y al final, mediante el turismo, es un
complemento para las rentas del pueblo».
Riqueza histórica no falta. Donde haya un castillo, apunta Calvo con acierto, «es raro que no haya restos romanos y visigodos».
El de Burguillos se habría venido también abajo si no llega a ser
por la intervención preventiva de la Junta, su propietaria. Forma parte
del grupo de 21 que van a ser objeto de las restauraciones principales
junto a los de Alange, Alburquerque, Belvís, Benquerencia de la Serena,
Brozas, Cabañas del Castillo, Capilla, Magacela, Medellín, Mirabel,
Montemolín, Portezuelo, Puebla de Alcocer, Romangordo, Santibáñez el
Alto, Trevejo-Villamiel, Villalba, Villagarcía, Villanueva del Fresno y
Zarza de Granadilla.
Obras menos importantes, de señalización, arreglo para visita, y
apoyo para uso posterior, tendrán lugar en 22 conjuntos defensivos:
Reina, Jerez, Fregenal, Feria, Medina de las Torres, Mérida, Badajoz,
Zahínos, Alconchel, Zalamea, Montánchez, Plasencia, Olivenza, Galisteo,
Valencia del Ventoso, Valverde de la Vera, Trujillo, Torrejón el Rubio,
Barcarrota, Orellana la Vieja, Segura y Eljas.
Las intervenciones de apoyo, en tercer lugar, son en el entorno de
Cáceres, Almorchón, Zarza la Mayor, Herrera del Duque, Jarandilla,
Zafra, Monroy y Coria.
En zonas tradicionalmente poco visitadas, la organización de rutas
basadas en castillos reformados y visitables, junto a otros recursos de
los pueblos, pueden dar lugar a unos recorridos muy interesantes por
estas localidades encantadoras, desconocidas para el viajero, y más
cómodas y baratas que los destinos monumentales tradicionales.
«Mi opinión a todo esto es favorabilísima porque nuestro interés es
la conservación de los castillos», manifiesta Luis Pla y Ortiz de
Urbina, presidente provincial en Badajoz de la Asociación Española de
Amigos de los Castillos.
«Restaurarlos está muy bien pero o se les da una utilidad
posterior, o volverán a venirse abajo», advierte su secretario
provincial Juan Zuleta. Y no es nada fácil, añade, mantener una
utilización permanente. Económicamente «esto se traga todo lo que le
echen».
http://www.hoy.es/20080705/regional/arreglo-castillos-proporcionara-empleos-20080705.html