VERDU - Descubren un molino del siglo III a.C. en el yacimiento íbero de Verdú
Verdú (Lleida). (EFE).- La séptima campaña de excavaciones en el yacimiento ibérico de "Els Estinclells", en Verdú, ha permitido poner al descubierto un molino, prácticamente completo, de la época íbera del siglo III antes de Cristo.
Las excavaciones comenzaron el pasado 15 de septiembre y, según
su director, el arqueólogo Jordi Morer, "es este un hallazgo
excepcional puesto que se trata de los restos de unas instalaciones
conservadas 'in situ', y que hasta ahora no han aparecido en ningún
yacimiento de Catalunya, Valencia, Andalucía ni del sur de Francia".
Según Morer, en el habitáculo donde se ha hallado el molino, que
podría estar destinado a la extracción de vino o de aceite, se ha
descubierto al completo la gran piedra de prensar.
A partir de ahora se efectuarán los análisis de laboratorio para
saber con exactitud qué tipo de producto se molturaba en esta
instalación.
"Será un referencia para poder hacer todo tipo de analíticas y
profundizar sobre estas actividades de la época ibérica del siglo
III a.C.", ha agregado el arqueólogo.
El arqueólogo ha explicado: "un incendio provocó la caída del
tejado de este molino y cubrió totalmente sus instalaciones que han
llegado hasta nuestros días, y de las que hemos encontrado también
restos de sus elementos de madera".
En este yacimiento se ha descubierto una gran balsa de forma
ovalada excavada en el terreno, con una longitud de 8 metros por 3,5
metros de ancho y 5 de profundidad, que por sus características la
convierten en un singular hallazgo en el mundo de las tribus de esta
zona.
En el fondo de la balsa los arqueólogos también encontraron gran
cantidad de cerámicas íberas, así como ánforas cartaginesas, objetos
de barniz negro y ánforas púnicas, lo que demuestra la existencia de
un comercio de intercambio potente en este yacimiento, según el
arqueólogo.
El poblado íbero de 'Els Estinclells', situado en un promontorio
de un cuarto de hectárea, consta de una veintena de casas de planta
trapezoidal de 50 metros cuadrados cada una, además de una muralla
perimetral defensiva de 45 metros y un foso.
Este yacimiento íbero es excepcional para los arqueólogos al
tratarse de un asentamiento que no duró más de un siglo, y cuyas
construcciones mantienen intactas sus estructuras iniciales, al no
existir superposiciones posteriores de otras etapas constructivas o
de invasiones lo cual permite un estudio muy completo.
http://www.lavanguardia.es/lv24h2007/20081017/
53561625588.html