La historia se reescribe en Siria
Investigadores de la Facultade de Humanidades de Ferrol descubren restos asirios en el valle del Éufrates ·
· El jefe del equipo, el profesor Juan Luis Montero, recupera un almacén de la Edad de Bronce ·· Fortalezas destruidas en la cuna de la civilización
En tiempos oscuros, un incendio podía destruir un imperio. Pero el fuego también se convertía en talismán para el futuro: nos legó retratos congelados de civilizaciones sorprendidas por la tragedia. Así ocurrió con Pompeya, el mejor vestigio de la vida romana conservado gracias a la acción sorpresa de la lava. Y así pasaá con el descubrimiento deun equipo ferrolano en Siria. La comitiva del profesor Juan Luis Montero ha encontrado restos asirios en el valle del Éufrates.
Durante su cuarto verano de excavación en Siria, los investigadores de la Facultade de Humanidades se han caído literalmente sobre "un edificio, una especie de almacén de 2.000 metros cuadrados, destruido por un violento incendio". Sus habitantes habían escapado por temor al fuego, dejando a sus espaldas todo un ajuar de cerámica: copas, grandes jarras para el vino, el aceite o la cerveza, coladores para el reciclaje de antaño... Y esas escenas de pánico se vivieron en el período 1275-1200 a.C., con el reinado asirio del Período Medio. Aunque el conjunto de los hallazgos pertenece al III milenio a.C., Edad de Bronce.
¿Qué sale ahora a la luz? Según el profesor Montero "por primera vez tenemos pruebas arqueológicas de que los asirios llegaron hasta el Éufrates y no se quedaron en los afluentes, ya estaban asentando sus fuertes para extenderse al Norte y crear su primer imperio mientras se frenaba a los hititas del Sur". El yacimiento encontrado este verano es nada menos que un puesto fronterizo, "un lugar estratégico en el río en un mundo de grandes civilizaciones emergentes".
Se bautizó hace miles de años como Tall Qubr Abu al-Atiq, "la columna de la tumba del abuelo de Atiq" para los profanos. Y ayudará al equipo de Ferrol a "reescribir páginas de la historia de las civilizaciones". Y lo que queda: el edificio alberga un archivo administrativo. Los investigadores van a la caza de "textos de gran valor histórico".
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