ARQUEOLOGÍA CHILENA: CULTURA CHINCHORRO - 03.07.08
A partir de noviembre las momias más
antiguas del mundo resucitarán en Chile. Podrán ser visitadas en su
ambiente subterráneo, hasta ahora sólo accesible a iniciados, en el
Museo de San Miguel de Azapa, en el kilómetro 9 de la carretera al
valle. Y, en 2009, los visitantes del Morro las verán tal como fueron
enterradas hace milenios por los primitivos habitantes de Arica. |
Las dos iniciativas museográficas de la Universidad de Tarapacá (UTA)
conectan el presente con el legado de la cultura Chinchorro (6000 a
2000 AC).
Con una inversión de $565 millones, en su mayor parte, aportes del Fondo Nacional de Desarrollo Regional, los milenarios restos arqueológicos se instalarán como eje de desarrollo económico de la nueva Región de Arica y Parinacota. Anualmente, 27 mil visitantes, de ellos 7 mil extranjeros, concurren al museo de Azapa atraídos por la que serían las primeras muestras de momificación en la historia, dos milenios antes del Egipto faraónico. Hasta ahora los visitantes pueden sólo apreciar las correspondientes a dos adultos y dos niños, en una vitrina del museo. Con sus rostros cubiertos con máscaras de barro crudo conforman una impresionante tumba familiar, pero que no da cuenta de la complejidad de una práctica que se prolongó por más del doble de la actual era cristiana. Las 200 momias exhumadas no responden a una técnica y arte similares. Algunos cuerpos fueron desarmados, rellenados y vueltos a armar, en tanto que otros están cubiertos de barro o vendados con la piel del difunto. Pintadas de rojo, negro o con diseños de bandas, siguen siendo un enigma para la ciencia. La nueva sala Chinchorro del museo penetra en las estribaciones de la ladera norte de la quebrada de Azapa. No sólo por estética. Dentro del cerro, las condiciones ambientales son parecidas a las que permitieron a las momias preservar sus frágiles máscaras de arcilla y sus miembros articulados. Es que el aire, la luz, la humedad y los temblores son sus enemigos desde que fueron exhumadas. Arpones, chopos mariscadores y estólicas (especie de hondas) ambientarán la presencia de hombres en Chinchorro, a través de fibra de vidrio, en su rutina: recolectando mariscos, tejiendo faldas de totora y preservando a sus muertos. Videoramas transportarán al pasado en medio de un ambiente con el eco de olas y gaviotas. El contacto directo del visitante con las momias se dará por dos vías: 6 de ellas estarán en la sala principal, descansando en un ambiente de luz mortecina, como un crepúsculo eterno, con falsas estrellas de luz LED. Pero también podrá introducirse en un largo pasillo para recorrer la colección de 200 momias exhumadas. |