PATRIMONI HISTORIC i ARTISTIC

Los arqueólogos descubrieron recientemente las ruinas de una antigua ciudad, siguiendo la línea media del río Yangtze.  El 565500-metros cuadrados ciudad se calcula que se remontan 5000 años.

  La ciudad, seis kilómetros al sudeste de la ciudad de Xiaogan, provincia de Hubei, fue construido durante la Nueva Edad de Piedra.  Liu Hui, jefe del equipo de arqueólogos, dijo que la ciudad, que mide 870 metros de largo por 650 metros de ancho, estaba bien preservado en sus partes septentrional y meridional.

  La forma de un rectángulo, la ciudad ofrece bloques residenciales, zonas tumba y tierras de cultivo.  A juzgar por el barro en las ruinas, la tierra se ha plantado con los arrozales. Los arqueólogos también descubrieron piezas de cerámica, utensilios de cocina y contenedores.

  Junto con la ciudad, más de 10 reliquias También se encontraron en medio del río Yangtze.

El Archivo Provincial de Zaragoza conserva documentos procedentes de las baronías leridanas de Erill, Guimerà, Mur, Orcau, Peramola, Pinós y la Portella. Se trata de unos papeles –aunque por poco numerosos no menos importantes– que llegaron a Zaragoza con la donación del Archivo Ducal de Híjar. La colección agrupa documentos de esta casa nobiliaria aragonesa que poseyó diversos dominios en Lleida en época moderna. Como en el caso del Museu de Lleida, las fronteras no tienen nada que ver con la unidad de archivo, una cuestión que no admite ninguna duda.

El Museu de Lleida no es la única institución que cuenta con obras que no pertenecen estrictamente a los límites geográficos de sus comarcas. El de Lleida, como la mayoría de museos, exhibe obras que proceden de lugares que ahora ya no forman parte de sus fronteras. Y es que las colecciones artísticas y documentales responden a razones muy dispares, como demuestra el Archivo Provincial de Zaragoza, que entre sus fondos cuenta con documentos procedentes de las baronías leridanas de Mur, Guimerà, Orcau, Erill, Peramola, Pinós y La Portella.
La legitimidad de este centro es indudable, una duda que muchas veces sí que se cierne sobre el museo fundado en 1893 por el obispo Messeguer para salvaguardar el arte de sus parroquias. Es más, aunque los documentos que forman parte de este centro –aunque no muy numerosos– son un elemento importante para estudiar la vida económica de las baronías leridanas, los papeles llegaron al archivo de forma totalmente legítima. Los legajos forman parte del Archivo Ducal de Híjar, un fondo que agrupa los documentos relacionados con las actividades de esta casa nobiliaria aragonesa que, en época moderna, tuvo posesiones en los señoríos de Erill, Guimerà, Mur, Orcau, Peramola, Pinós y La Portella, ya fuera por la compra de dominios en otras zonas o a través de enlaces matrimoniales. En el año 1987, don Jesús Aguirre y Ortiz de Zárate, duque consorte de Alba y de Híjar, donó este fondo al Archivo Provincial de Zaragoza, que lo presenta como un patrimonio válido para estudiar no sólo la historia de Aragón “sino para la de otros muchos lugares cuyos fondos, en mayor o menor medida, conserva”.
La mayoría de los documentos de Lleida que se conservan en este archivo son censos de época moderna que permiten reconstruir gran parte de la vida económica en el mundo rural de estas zonas. En algunos casos, como los documentos procedentes de Erill, Guimerà, Mur, Orcau y Pinós, también se citan papeles que se remontan hasta los siglos XI y XII.
La coherencia en temas de archivística aconseja que los documentos se agrupen en colecciones. La unidad señorial del ducado de Híjar –entre los que se encuentran los papeles procedentes de algunas baronías de Lleida– no admite discusión, independientemente de que las fronteras no sean las mismas. Y es que la historia ha dado casos como el del Archivo Provincial de Zaragoza o del Museu de Lleida, ambos legítimos y muy habituales en todos los archivos y museos.

Diocesà

Si el Archivo Ducal de la Casa de Híjar se confeccionó a través de los documentos que formaban parte de sus posesiones, el Museu de Lleida también se formó de manera similar. Y es que fue el obispo Messeguer quien salvó el patrimonio de su diócesis –también el de las parroquias de la Franja– del expolio y de las ventas fraudulentas a los anticuarios.
El obispo Messeguer, como se refleja en su diario de visitas pastorales que en setiembre publicará Pagès Editors, visitaba sus parroquias y compraba obras de arte y retablos que los sacerdotes habían reconvertido, a veces, en puertas de sacristía. Lo hacía con dos objetivos: salvaguardar el arte sacro y utilizar estas obras como fórmula para explicar la historia sagrada a los seminaristas, siguiendo las directrices del Papa de Roma.
En algunos casos, el obispo Messeguer también superaba las ofertas económicas de los anticuarios que acudían a las parroquias en busca de unas obras que, por aquel entonces, a nadie parecían importar. Fruto de este trabajo, Messeguer confeccionó un importante museo que se ha convertido en un referente del arte sacro.

Algunes restes del Triunfante han estat recuperades is'exposen actualment al

Museu Marítim de Barcelona, com aquest tros de roda. Foto: MUSEU MARÍTIM DE BARCELONA

Algunes restes del Triunfante han estat recuperades is'exposen actualment al

Museu Marítim de Barcelona, com aquest tros de roda. Foto: MUSEU MARÍTIM DE BARCELONA

 

Autor de la imagen: Meliton Tapia

 

Arqueólogos mexicanos hallaron numerosos restos de origen azteca y colonial durante una excavación en el populoso barrio de Tepito, en el centro de Ciudad de México, informó hoy el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

 La institución indicó que entre los restos aztecas localizados están un entierro infantil, platos y recipientes, sahumadores (instrumentos para ahumar), fragmentos de navajas de obsidiana y hueso e instrumentos musicales.

El INAH indicó que estos hallazgos fueron localizados durante las obras de construcción de un centro comunitario en un terreno de 7.000 metros cuadrados del barrio de Tepito, una zona popular y comercial donde se distribuyen productos de contrabando y piratas y conocida por su inseguridad

 El arqueólogo Francisco Ortuño Cos, subdirector de protección de la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA), precisó que uno de los objetos más importantes es el entierro infantil con su ofrenda, que consta de dos cajetes (cazuelas pequeñas) y tres cuentas, una de ellas de obsidiana pulida en forma de cabeza de pato y otros materiales.

Añadió que los restos del niño son analizados por antropólogos forenses para determinar su edad y sexo. Entre los demás hallazgos están fragmentos de cajetes y molcajetes (matraz de piedra para moler especias); cuencos y platos con diseños zoomorfos y fitomorfos que representan águilas, serpientes, flores y grecas; malacates para hilar; figuras de distintas deidades de la cultura azteca, y fragmentos de sahumadores e instrumentos musicales como flautas y sonajas.

También se han encontrado núcleos y navajas pequeñas de obsidiana, manos de metate (piedra para moler) y agujas hechas de hueso o espinas de pescado, de la época que va de 1100 a 1521 y estructuras arquitectónicas de uso residencial con cimentaciones de piedra y lodo con apisonados de tierra.

Respecto a las piezas del periodo colonial, destacan recipientes de arcilla utilizados para líquidos en hospitales y conventos, de los cuales, algunos presentan monogramas con letras del alfabeto griego, flores y figuras geométricas.