Egipto exige la devolución de tesoros a quien quiera excavar
Si alguien en el mundo se considera el heredero de
Indiana Jones, ése es Zahi Hawass. El secretario general del Consejo
Superior de Antigüedades de Egipto no ceja en su empeño de ver las más
preciadas reliquias nacionales en suelo patrio, aunque sea de forma
temporal. Y Hawass apuesta por todo lo alto. El obstinado egiptólogo ha
anunciado esta semana que el Ministerio de Exteriores egipcio enviará
cartas al Reino Unido, Francia, Alemania y EE.UU. para pedir en
préstamo las más importantes piezas egipcias que guardan en sus museos,
entre ellos la Piedra Rosetta y el busto de la reina Nefertiti.
Hawass quiere que las piezas se exhiban en la
inauguración del nuevo Museo Egipcio, prevista para el año 2011, que se
situará en los aledaños de las pirámides de Giza, o en el museo Atum,
que abrirá sus puertas en la ciudad de Minia (en el delta del Nilo) en
2010. La batalla será complicada.
Ésta no es la primera vez (ni será la última) que Egipto
emprende tamaña empresa. Recientemente, el mediático arqueólogo exigió
al gobierno alemán que la bella reina policromada, que actualmente se
expone en el Museo Antiguo de Berlín, viajara durante tres meses a
Egipto. Hawass quería que la valiosísima pieza hiciera una gira por su
país natal antes de ser trasladada al Museo Nuevo de la capital
alemana, prevista para 2009, donde las autoridades germanas quieren que
la reina descanse eternamente. Pero la negativa fue rotunda: Nefertiti
no está en condiciones de viajar.
El busto de la reina, de 3.000 años de antigüedad, fue
descubierto en 1912 por un egiptólogo alemán, y desde entonces se
encuentra en Alemania.
El Museo Británico tampoco parece estar por la labor de
ver una de sus más valiosas piezas, la Piedra Rosetta, en tierras
faraónicas. La estela de granito negro, descubierta en 1799 por las
tropas napoleónicas en el delta del Nilo, sirvió para descifrar la
escritura jeroglífica y su valor es incalculable. El Reino Unido se ha
negado siempre a prestar una de las piezas estrella de su museo de arte
antiguo.
Pero Hawass también quiere contar con el zodíaco del
templo de Déndera, un valioso bajorrelieve que se situaba en el techo
de este santuario egipcio y que hoy se muestra en el museo del Louvre
de París. Y con las esculturas de los arquitectos de las pirámides de
Keops (Hemiunu, en el Museo Roemer-Pelizaeu de Berlín) y de Kefrén
(Anchhaf, en el Museo de Bellas Artes de Boston).
La cruzada por recuperar sus tesoros expoliados tiene
mucho de nacionalista. El mes pasado, un Hawass triunfador sacaba pecho
tras conseguir recuperar un mechón de pelo del mismísimo Ramsés II que
un incauto había intentado vender a través de Internet.