Científicos de Rusia y Kirguizistán durante una expedición arqueológica
submarina en el lago Issyk-Kul, en Asia Central, descubrieron indicios
de una civilización desconocida de al menos 2.500 años de antigüedad,
tan importante como la cultura helena o la egipcia.
Los descubrimientos obtenidos durante la expedición en 2007, indican
la existencia de una importante ciudad antiquísima cuyos restos
actualmente yacen en el fondo del Issyk-Kul, el segundo lago de montaña
más grande del mundo después del lago Titicaca, en la cordillera de los
Andes, en Suramérica.
Los recientes hallazgos, que actualmente estudian especialistas,
suponen un hito importante a una meticulosa labor realizada por
científicos durante varios años en ese lago, localizado en territorio
kirguís, en la parte nororiental de la cordillera de Tian Shan, en la
frontera con China.
Según expertos, la existencia de restos de una civilización desconocida
en el fondo del Issyk-Kul, a 1.620 metros sobre el nivel del mar,
aportará una valiosa información referente a la historia de la
humanidad en tiempos remotos, y ampliará la comprensión de los procesos
etnográficos que marcaron el desarrollo de las culturas más notables
del mundo antiguo.
Con 182 kilómetros de largo, 60 kilómetros de ancho y una profundidad
máxima de 702 metros, el Issyk-Kul es un embalse natural de
6.280 kilómetros cuadrados de extensión con agua ligeramente salina que
permanece libre de hielo durante el invierno boreal.
Exploraciones submarinas realizadas por buzos a profundidades de entre
5 y 10 metros, en la zona norte del lago, revelaron la existencia de
una enorme pared de más de un kilómetro y medio de larga, que
probablemente formó parte de una ciudad de varios kilómetros cuadrados
de extensión, que en los tiempos remotos de su existencia debió ser una
urbe de dimensiones colosales.
En el fondo del lago, también se descubrieron montículos funerarios
(kurganes), hachuelas, dagas y adornos de bronce escitas en buen
estado, y también piezas idénticas de oro labrado que pudieron ser
formas rudimentarias de dinero.
Los descubrimientos arqueológicos en Issyk-Kul tienen especial
relevancia para los antropólogos porque la zona del lago fue un punto
geográfico donde confluyeron muchos pueblos y culturas antiguas durante
siglos.
Por lo visto, la ciudad sumergida fue una urbe de población
heterogénea, y sus gobernantes toleraron la práctica de casi todas las
confesiones, porque del fondo del Issyk-Kul los buzos encontraron
objetos de culto pertenecientes al zoroastrismo, budismo, judaísmo,
cristianismo, y el Islam.
Expertos de Kirguizistán y China suponen que la ciudad sumergida puede
ser la mítica Chigu, capital del gran estado de las tribus nómadas de
Isunai, descrita en diferentes crónicas chinas antiguas.
Desde tiempos remotos, hasta el siglo XVIII, el lago Issyk-Kul fue uno
de los puntos clave por donde pasó la famosa Ruta de la Seda, y en las
aldeas vecinas al embalse natural donde habitan descendientes de los
conductores de las caravanas, todavía circulan leyendas memorables
relacionadas con las largas travesías de mercancías desde Asia hasta
Europa.
Entre esos relatos se destacan los relacionados al célebre Tamerlán o
Timur el Cojo, sanguinario conquistador nómada turco-mongol que pasó a
la historia porque sus huestes arrasaron ciudades enteras como Dehli,
Damasco y Bagdad.
Según diversas fuentes y leyendas, en una isla del Issyk-Kul, Timur el
Cojo erigió una inexpugnable fortaleza con mazmorras destinadas a
príncipes y princesas capturados prisioneros, y un depósito
subterráneo donde ocultó tesoros fabulosos acumulados durante sus
conquistas.
Desde el lago Issyk-Kul en el siglo XIX comenzaron sus viajes los
expedicionarios rusos, Nikolai Prjevalski, y Piotr
Semiónov-Tianshanski, célebres por sus importantes descubrimientos
geográficos, biológicos y etnográficos en Asia Central.
Oficial de la guardia cosaca del Zar y miembro de la Sociedad
Geográfica de San Petersburgo, Prjevalski, a partir de 1870 encabezó
las primeras expediciones científicas a Asia Central describiendo por
primera vez variedades de camellos y caballos salvajes asiáticos, entre
ellos el caballo mongol o Equus Prjevalski, considerado como el
ancestro común de todos los caballos domésticos.
Además de sus valiosas investigaciones etnográficas sobre los pueblos
de Asia Central, el expedicionario y académico Semiónov-Tianshanski
también es famoso porque supuestamente encontró la pista para desvelar
uno de los enigmas notables del cristianismo.
Durante un viaje a Venecia en 1850, en un atlas catalán elaborado en
1375, Semiónov-Tianshanski encontró referencias sobre la existencia de
un monasterio cristiano a orillas del Issyk-Kul.
Según ese atlas, probablemente elaborado en base a relatos de
comerciantes venecianos que traficaban en la Ruta de la Seda, el
monasterio estaba habitado por monjes de la Iglesia Apostólica Armenia,
la más antigua de la comunidad cristiana, dedicados a la custodia de la
tumba de San Mateo, uno de los cuatro evangelistas y apóstol de
Jesucristo.
Según su biografía, Semiónov- Tianshanski buscó inútilmente hasta su
muerte el monasterio cristiano cuya existencia en el lago kirguís
también ha sido mencionada por otras fuentes y también citado en muchas
leyendas.
Hasta el momento, la comunidad cristiana ha establecido el lugar donde
yacen las tumbas de once de los doce apóstoles de Jesucristo, y la
ubicación de la tumba de San Mateo, considerado autor del primer
evangelio canónico, sigue siendo un enigma.
De acuerdo a las versión cristianas más difundida, en los últimos años
de su vida San Mateo emprendió una misión evangelizadora a China, y sin
llegar a su destino, murió en el actual territorio kirguís, donde fundó
varios monasterios cristianos.
La existencia del monasterio donde puede estar la tumba de San Mateo
supuestamente fue corroborada hace pocos años por una expedición de
científicos estadounidenses y europeos al Issyk-Kul.
Canales de televisión difundieron imágenes filmadas por los científicos
de ruinas en el fondo del lago, que por sus características
arquitectónicas y otros indicios, corresponden a las edificaciones
construidas en los primeros siglos de la cristiandad.
Científicos rusos y kirguís dedicados al estudio del Issyk-Kul durante
décadas consideran que en el fondo de sus aguas pueden encontrarse
ciudades antiguas enormes, monasterios cristianos y otros monumentos
antiguos debido a fenómenos naturales que ocurren en el lago.
A consecuencia de procesos tectónicos cuya naturaleza no se ha
estudiado de forma completa, el Issyk-Kul experimenta aumentos y
disminuciones del nivel de agua y en consecuencia, cambios de la
configuración de sus orillas.
Según observaciones hechas durante años, el cauce del Issyk-Kul puede
aumentar o disminuir de forma gradual o imprevista, y territorios que
estaban en su orilla, en plazos de 500 a 700 años pueden quedar
cubiertos por el lago.
Exploraciones hechas en el fondo del lago desde los tiempos soviéticos
ha permitido establecer la ubicación de decenas de asentamientos
humanos, aldeas y ciudades de culturas y épocas diferentes.
Algunos hallazgos han desconcertado a los expertos, como una caldera
ritual de bronce de más de 2.500 años de antigüedad fabricada con una
tecnología para forjar metales desconocida.
Para obtener en la actualidad la calidad y firmeza de las piezas
soldadas a la calera se requiere la aplicación de tecnologías muy
modernas con la aplicación de gases inertes.
Desde el punto de vista artesanal y artístico, todavía causa asombro la
exactitud e imaginación de los orfebres y artesanos que fabricaron
espejos de bronce, joyas, elementos de culto, monturas para jinetes y
otros elementos de caballería utilizados en ceremonias especiales.
Etnógrafos estudian con especial atención trozos hexagonales labrados
de oro y anillos del mismo metal que por lo visto, pudo ser una de las
primeras formas de dinero que utilizaron los pueblos en la antigüedad.
Junto a las ruinas de ciudades, ladeas y fortalezas, en el fondo del
Issyk-Kul también yacen complejos fúnebres y otros tipos de
edificaciones para la cría de cabellos, fabricación de armas,
depósitos de alimentos y medicinas, que serán objeto de estudio en
expediciones posteriores.
A partir del material recopilado, los expertos opinan que en la región
del Issyk-Kul existió una forma de organización social muy específica y
desconocida que compaginó elementos etnográficos característicos de las
tribus nómadas y los pueblos sedentarios.
Esa forma social sufrió transformaciones paulatinas o probablemente
dejó de existir a consecuencia de una catástrofe originada por un
crecimiento del lago, como confirman algunas leyendas.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDIRÁ OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
http://sp.rian.ru/analysis/20080111/96250572.html