El expolio de los museos rusos
fOTO.- http://www.hermitagemuseum.org/html_En/index.html
Un estudio revela que han desaparecido más de 160.000 piezas de sus fondos estatales
Eduardo Bajo - Moscú
Lo que está ocurriendo con el patrimonio ruso es algo difícil de explicar.
Miles de obras de arte desaparecen de los museos del país burlando los
sofisticados sistemas de alarma y haciéndose invisibles ante la
impenetrable mirada de sus custodios. Lo que hasta hace unos meses era un
incómodo rumor que ponía en duda la honestidad de los gestores culturales
rusos, ayer se convirtió en un auténtico escándalo. Según un inventario
encargado por el Kremlin, alrededor de 160.000 obras de arte han
desaparecido de los museos rusos durante los últimos 80 años. La noticia
fue dada ayer a conocer por el vice primer ministro primero de Rusia,
Dimitri Medved, ante la incrédula mirada de los periodistas congregados en
la cita. El famoso inventario fue encargado tras descubrirse, el verano
pasado, que faltaban nada menos que 226 piezas, valoradas en unos
363.000 euros, del museo estatal del Ermitage, en San Petersburgo. El
suceso, que se convirtió en un auténtico culebrón veraniego, fue
protagonizado por una
funcionaria del museo y su marido, quienes
robaron, entre 1999 y 2005, todo lo que pudieron acaparar, desde iconos a
joyas de los siglos XVII, XVIII y XIX. Tras comprobar con vergüenza que la
honestidad de los funcionarios rusos
quedaba a la altura del betún
en medios de comunicación de todo el mundo, el Gobierno decidió hacer un
nuevo inventario de las obras de arte conservadas en los principales
museos de Rusia. Un balance que resultaría extremadamente útil, ya que los
últimos recuentos oficiales databan de la época soviética.
El nuevo inventario, realizado durante los seis primeros meses del año en
más de quinientos museos rusos, ha confirmado los temores del más
pesimista. Lo peor de la historia es que los museos registrados en el
recuento sólo albergan una cuarta parte de los fondos artísticos del país,
por lo que el número total de piezas desaparecidas podría multiplicarse.
Medvedev, que ha calificado la situación como de «alarmante», afirmó que
la mayor parte de las piezas desaparecidas corresponden a los años 20 y 30
del siglo XX y no se mostró demasiado optimista a la hora de clarificar el
destino de lo expoliado, ya que será «muy difícil» llevar a cabo una
investigación completa.
Colecciones privadas
Lo que sí está claro es que las obras sustraídas no deben encontrarse
en contenedores de basura como las localizadas el año pasado, sino en los
lujosos hogares de la emergente clase alta rusa, muy aficionada a
coleccionar objetos de gran valor. El Gobierno federal espera poder poner
en marcha en breve unas medidas de choque que alejen para siempre la fama
de «pupas» a las grandes pinacotecas que gestionan, hartas ya de soportar
robos y atentados contra
sus obras de arte, teniendo claro que los
enemigos a combatir están dentro de casa.