Pues yo, sí. Yo sí voy a cambiar mi vida.
Publicat per jbravo | 7 Abr, 2020Hay mucho escéptico por ahí, diciendo que, cuando toda esta epidemia acabe, volveremos a ser tan egoístas como antes. Pues yo, no. Yo, como muchos otros, también voy a cambiar mi forma de ver la vida y de vivirla.
Cuando vuelva a ver a mi médico,
para mí será como ir ver a Messi: una estrella, ¡un crack! No malgastaré dinero
en idioteces de Amazon que no necesito para nada, sino en ir a ver conciertos, obras
de teatro, espectáculos y exposiciones, y así devolveré a los artistas y a los músicos
todo lo que nos han dado estos días con su alegría, que ha sido brutal. Seguiré
comprando en las tiendas de mi barrio o mi pueblo, y agradeceré a los vendedores
su amabilidad y su dedicación. Saludaré a mis vecinos cuando me los encuentre en
la escalera o por la calle y reconoceré el trabajo de quienes se esfuerzan para
que mi entorno sea mejor, porque su trabajo es tan importante como lo pueda ser
el mío. Reservaré parte de mi tiempo para tomar unas cañas con los amigos, pero
con los de verdad; a los demás, los dejaré ahí en su mundo de ignorantes, tan
ajenos a mí como yo a ellos. Si me dejan mis alergias, volveré a tener un perro,
pero no para cuidarlo y sacarlo a la calle, sino para que viva conmigo y sea
parte de mi familia. Buscaré tiempo para ocuparlo en mi familia, le diré más
veces a mi madre que la quiero e intentaré ser el mejor padre que merecen mis
hijos.
Leeré más libros, escribiré poemas, reiré y lloraré más veces, haré el payaso sin preocuparme si alguien mira y, esta vez sí, me tomaré muy en serio aprender a tocar el piano. Cuando vaya al trabajo, lo haré con la satisfacción de tener un trabajo, de tener unos compañeros y de tener un salario que me permita vivir, pero sin grandes pretensiones, y rezaré para que todo el mundo pueda conseguir un trabajo. Pero rezaré a Dios, como cuando hice el Camino, no a las iglesias de estos tipos que ni saben respetar la Palabra que predican. No permitiré que la política, la religión o la raza me ponga fronteras y no juzgaré ni dejaré que me juzguen. Cuidaré mi cuerpo, que me ha traído hasta esta etapa de la vida y me ha de llevar hasta el final. No me preocupare si tengo unos kilos de más o si llevo una ropa bonita: me preocuparé más en cuidar como soy por dentro.
Y viviré la vida como he querido hacerlo hasta ahora. Sin recelos, rencores ni envidias. Miraré cada día al cielo y respiraré el aire que nos han regalado. Me equivocaré otra vez, pero por error, y seré responsable de mis fallos. No volveré a quedarme encerrado en mi mundo. Me esforzaré en todo ello, porque esta corta vida es única, así que mejor aprovechar la oportunidad de vivirla de un modo mejor, con los demás y conmigo mismo. Y lo voy a hacer ya: no voy a esperar a que Borges me lo vuelva a recordar, porque quizá, la próxima vez, sea demasiado tarde. A partir de ahora, cada momento suma.