MERIDA, - Las evidencias arqueológicas señalan que la iglesia de Santa Catalina data del XVII
No hay claras evidencias de que la iglesia de Santa Catalina sea
anterior al siglo XVII, ni de que se asentase sobre un edificio de una
época más antigua o de que en el solar se encontrase en su día una
sinagoga judía. Así, al menos, lo indica la investigación que han
llevado a cabo miembros del Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida
en el lugar donde se encontraba el edificio cristiano.
La excavación de este espacio forma parte de los trabajos de
construcción de un nuevo edificio y de adecuación del entorno del
Templo de Diana, una actuación que promueve la Consejería de Cultura y
Turismo de la Junta de Extremadura con el objetivo de «convertir el
antiguo templo romano en una gran plaza que pueda ser transitable».
Centrada en perímetro
Según indica el informe preliminar facilitado por la
Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura, desde el pasado 4 de
diciembre del año 2008 el Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida
está realizando la intervención arqueológica pertinente centrada
básicamente en el perímetro del templo romano y en los nuevos solares
adquiridos y derribados, incluida la excavación de la propia calle
Santa Catalina.
De esta forma, se completa la investigación de todo el solar que será objeto de la actuación que se realiza.
Entre las zonas en las que se está llevando a cabo la intervención
se encuentra el espacio ocupado por la antigua iglesia de Santa
Catalina, un espacio en el que algunas fuentes sitúan una sinagoga
judía.
En concreto, la actuación se centra en una banda de tierra paralela
al muro oriental que sujetaba el retablo del templo cristiano.
Los resultados
Como recoge el citado informe, «se ha podido documentar la
fosa de cimentación del paramento de la iglesia que aparece cortando a
contextos anteriores (tanto de época romana como tardoantigua y
andalusí) y, sobre todo, aparece relleno por tierra ennegrecida suelta
y ripios donde hay, entre otros materiales, abundante cerámica,
principalmente vidriadas con decoración y loza blanca».
«Este material cerámico es fechado claramente a partir del siglo
XVII, siendo fundamental para datar los muros del edificio», añade.
A partir de este dato los investigadores sitúan el origen del
templo cristiano en esa época. «Basándonos en este irrefutable dato
arqueológico, los muros conservados de la iglesia de Santa Catalina
obedecen a una obra realizada a partir del siglo XVII y no forman parte
de ninguna edificación, religiosa o civil, anterior a esa fecha».
Al no existir estructuras de épocas anteriores, se da por hecho que
el edificio fue construido en el siglo XVII. En caso de que se hubiese
levantado aprovechando elementos reutilizados, se cree que aparecería
algún vestigio, pero por el momento no ha sido así.
«No obstante, dentro del proyecto de adecuación del entorno de la
zona del monumento del Templo de Diana se contempla la conservación e
integración del muro de la iglesia», con lo que los restos del antiguo
retablo permanecerán disponibles para que puedan ser contemplados en un
futuro.
Fue el pasado mes de marzo cuando tuvieron lugar las obras de
derribo definitivo del muro de la parte sur de la Iglesia de Santa
Catalina. Las máquinas acabaron con ese cerramiento, cosa que ha
permitido ampliar el espacio que se ha incorporado a la plaza del
Templo de Diana.