BOLIVIA - Tiwanaku vuelve a excavarse
La tercera fase de recuperación de la pirámide tiwanakota se inauguró ayer con $us 500.000 de la cooperación venezolana. La Unar también restaurará los templos de Putuni y Q’hantatallita.
Un centenar de entierros rituales, dos de ellos sólo con cabezas que podrían ser trofeos de guerra, fueron hallados durante los trabajos de recuperación de la pirámide de Akapana. Ayer se inició la tercera fase de excavación del monumento más grande del complejo de Tiwanaku.
En un acto que contó con la presencia de autoridades del Ministerio de Cultura y del gobierno municipal de Tiwanaku, mallkus y comunarios, ayer se dio la “primera estocada” a la excavación en el sitio arqueológico. La Unidad Nacional de Arqueología (Unar) también inauguró trabajos en Putuni, el “templo de los sarcófagos”, y Q’hantatallita.
“Desde hace seis años el proyecto de Akapana ya ha excavado 8.000 metros cuadrados de la pirámide y este año se planea hacer 3.000 metros cuadrados; también se hace trabajos de restauración y conservación”, explicó Javier Escalante, director de la Unar.
En estas excavaciones no fueron pocas las sorpresas: se halló miles de cerámicas y piezas líticas talladas, túneles de conexión; cientos de entierros con cuerpos de adultos y niños con evidencias de muerte por sacrificio y hasta la tumba de un joven noble que preservaba una diadema.
“El último hallazgo son dos cistas sólo con cabezas humanas, no hay cuerpos. En una hallamos seis cráneos y en la otra, 14”, explicó la arqueóloga Vianey Villegas. La hipótesis de la especialista es que “en su etapa expansiva Tiwanaku fue guerrera y éstas eran cabezas de los enemigos ofrendadas como trofeos”.
“Akapana fue un templo ceremonial; eso es indudable, falta deducir cuál era su función específica, si es que la tuvo”, explica el Director de la Unar.
“Para nosotros Akapana es la prueba de nuestra cultura y un orgullo que trae turismo y trabajo al pueblo, por eso nuestro apoyo”, explicó la alcaldesa de Tiwanaku, Eulogia Quispe.
Los trabajos en Akapana se iniciaron con el financiamiento de Soboce y la CAF y este año continúan con el aporte venezolano de $us 500.000. “Hay mucho por hacer; por ejemplo queremos iluminar el complejo para recuperar las prácticas astrológicas de Tiwanaku”, finalizó Escalante.
Dos templos por descubrir
Los templos tiwanakotas de Putuni y Q’hantatallita se restaurarán y, según prevé la Unar, se entregarán hasta fin de año. “Ambos cumplían funciones distintas: uno era funerario y otro tenía fines astrales”, dijo el arqueólogo Javier Escalante.
Putuni (que deriva su nombre del vocablo aymara putu que significa agujero) fue bautizado como “el palacio de los sarcófagos” por su descubridor, Carlos Ponce Sanjinés. Consta de una planta cuadrangular, patio interior escoltado por sillares. “En él hay varios sarcófagos que aún hay que desenterrar”, apunta el Director de la Unar.
Q’hantatallita —que significa en castellano “luz del amanecer”— fue construido probablemente con fines astronómicos, pues, por su ubicación estratégica al este del complejo arqueológico, es el primer templo en recibir los rayos del sol. “Pudo ser más que un lugar de ceremonias al sol”.