La
conservación del complejo arqueológico se ha convertido casi en una
cuestión de estado -Tiahuanaco
es una de las fuentes de ingresos
turísticos más importantes de Bolivia- en la que sin embargo hay alguna
controversia.
Víctor Sancho
La
Paz, (EFE).- El enclave de Tiahuanaco, en el altiplano de Bolivia a más
3.800 sobre el mar, es uno de los lugares más visitados del país
gracias a sus ruinas preincaicas, pero la amenaza de un parásito
vegetal a la conservación de sus piedras milenarias ha puesto "en
jaque" a las autoridades.
Uno
de los monumentos más emblemáticos y más afectados por este "ataque"
parasitario es la "Puerta del Sol", un bloque de piedra de tres metros
de altura y casi 10 toneladas de peso decorado con iconografía y
relieves de la misteriosa cultura tihuanacota que floreció entre los
años 1580 a.C y el 1172 de nuestra era.
Esos
bajorrelieves, que representan a un dios rodeado con cabezas humanas y
cóndores que miran hacia él, pueden desaparecer completamente si no se
actúa contra esa flora parásita.
Ya
el pasado mes de diciembre, el jefe de la Dirección Nacional de
Arqueología, Javier Escalante, advirtió de que a los iconos de la
Puerta del Sol les quedan 10 ó 20 años de vida si no se tratan
adecuadamente.
La
conservación del complejo arqueológico se ha convertido casi en una
cuestión de estado -Tiahuanaco es una de las fuentes de ingresos
turísticos más importantes de Bolivia- en la que sin embargo hay alguna
controversia.
El
Gobierno de Bolivia apostó inicialmente por trasladar los monolitos más
deteriorados al interior del museo arqueológico que se encuentra en la
zona, para poder realizar tareas de conservación bajo supervisión
constante.
Pero
al otro lado están los habitantes del municipio de Tiahuanaco, que bajo
ningún concepto quieren que la Puerta del Sol se mueva de su
emplazamiento original. Sólo en caso de "extrema necesidad" accederían
a ello.
Pero
no a un museo cualquiera. La alcaldesa tihuanacota, la joven aimara
Eulogia Quispe, dijo esta semana a Efe que un monumento como éste debe
estar en "un museo real, de los que no existen en Latinoamérica".
Anunció que exigirá a las autoridades que se construya uno adecuado si finalmente se decide el traslado.
De
hecho, el municipio de Tiahuanaco ha convocado un concurso
internacional para poder conservar "como lo hacen en Egipto o en
México": "in situ", allí donde el monumento se colocó hace miles de
años.
"Los estudios actuales sólo nos proponen el traslado al museo, pero trasladar no es una opción", insistió Quispe.
Desde
el Gobierno se insiste en que es necesario un estudio completo de la
situación para tomar decisiones, aunque la posibilidad de iniciar la
conservación en su emplazamiento va ganando enteros.
"No
se va a hacer ningún traslado, de ninguna de las ruinas, sin que se
tenga un estudio técnico o científico que dé paso a la viabilidad para
tal acción", dijo a Efe el viceministro de Turismo, Ricardo Cox.
Asimismo,
el viceministro Cox apuntó que se tendrá que tomar "la decisión más
racional y la que justamente vaya en bien de la actividad turística".
Si
finalmente se optara por el traslado, Cox insinuó la posibilidad de
poner "una réplica a escala de la Puerta del Sol y llevar la auténtica
a una parte importante del museo", opción que pierde peso con el avance
de los estudios y análisis por la oposición de los vecinos del
municipio.
Trabajadores
del complejo aseguraron a Efe que la decisión está "casi tomada" en
favor de mantener la Puerta del Sol en su lugar originario, y que los
responsables de Tiahuanaco han empezado a adquirir los productos
necesarios para eliminar los parásitos y conservar las ruinas
precolombinas en su emplazamiento natural.
Además,
se habla de cubrir los monolitos más deteriorados, como la Puerta del
Sol, para que el desgaste sea más lento que en la actualidad.
Pese
a eso, la decisión final no se tomará hasta finales de año. Entonces se
sabrá si la Puerta del Sol seguirá viendo al astro rey de forma directa
o, por el contrario, verá la luz desde el interior de un museo.
Tiahuanaco,
a unos 16 kilómetros del Lago Titicaca y a 71 de la ciudad de La Paz,
constituye un complejo arqueológico que abarca más de cuatro kilómetros
cuadrados llenos de enormes estructuras de piedra como la Puerta del
Sol, la pirámide de Acapana o el templete semisubterráneo de Kalassaya.
Representa
un lugar sagrado para los aimaras y aún hoy siguen celebrando allí, en
el mes de junio, la llegada del Año Nuevo, según el calendario de esta
cultura.
El
21 de enero de 2006, el propio Evo Morales, un día antes de su
investidura como presidente de Bolivia, recibió en Tiahuanaco el bastón
de mando de los pueblos indígenas.
edwin2
http://www.elperiodicodemexico.com/nota.php?id=224040