Mil años antes de que fueran construidas las pirámides de Egipto, una civilización antigua extraía oro y practicaba el tratamiento de metales en el que es hoy el territorio de Bulgaria.

 El descubrimiento lo hizo un grupo de arqueólogos búlgaros que en los últimos 4 años estudian monumentos rupestres en la parte oriental de los Montes Ródopes, Bulgaria del Sudeste.
 

 
 Fotografías de las piezas halladas en estas exploraciones fueron presentadas en tres exposiciones. La última, que acaba de ser inaugurada, lleva por título “Misterios rupestres, la Antigüedad empieza a hablar”. Mediante esta muestra los científicos presentan los primeros resultados del análisis de la información que han recopilado e investigado.

En las fotos se ven figuras rupestres de hombres y animales, cuevas artificiales, círculos concéntricos tallados en la roca, escaleras que no llevan a ninguna parte, tronos, albercas.

 Los arqueólogos están convencidos que la construcción de estas estructuras de piedra comenzó ya a finales del Neolítico. Algunos de los santuarios rupestres aparecieron ya a finales del VII y comienzos del VI milenio a. C. y no tienen análogo en ninguna parte del mundo. Las formaciones rocosas se ven en lugares tan altos y casi inaccesibles que parecen no haber sido hechas por mano humana.

Los estudiosos están seguros que los nichos, horadados a gran profundidad en las rocas, son una especie de información que nos han dejado los antiguos.

 La Dra. Stefanka Ivanova, arqueóloga del Museo Nacional de Arqueología adscrito a la Academia de Ciencias de Bulgaria, ha participado en las exploraciones desde su comienzo, hace cuatro años. La estudiosa comenta los nichos horadados en las rocas en los siguientes términos.

 “Los nichos están organizados por filas, columnas y grupos. Con seguridad podemos decir que contienen información muy importante sobre la sociedad de aquella época. Parte de esta información se refiere a la extracción de oro. Se trata de una actividad sacra, profundamente religiosa, practicada por los hombres de aquel entonces. La realizaban grupos muy reducidos, con los correspondientes ritos, puesto que el oro era un don de los dioses y sólo unas cuantas personas escogidas podrían tener acceso a esta información”.

 “Estos nichos, continúa diciendo la arqueóloga búlgara, fueron cincelados en las rocas durante varios milenios, con la idea de que se quedaran para sus descendientes. Por ello, los nichos fueron horadados bajo cornisas, para que el agua no penetrara en su interior, fueron pulidos por dentro para que no los afectara la erosión, y fueron hechos en sitios muy altos, en las cimas de las rocas. De tal modo, los signos rupestres se veían desde lejos, porque desde el valle se descubre una amplia vista hacia los montes Ródopes y, además, era difícil alcanzarlos y destruirlos”.

 Los estudiosos reconocen que aún no se explican cómo los antiguos conseguían cavar esos complejos rupestres a una altura tan grande. Pero es seguro que fueron los primeros seres humanos en extraer y obtener oro y elaborar objetos del noble metal.

 Han sido descubiertas también muchas piezas de cerámica. Esos hombres poseían considerables conocimientos en el dominio de la astronomía y tenían una intensa vida espiritual.

 Pasaron más de mil años después del ocaso de aquella civilización antigua antes de que los tracios empezaran a instalarse en esta zona y descubrir los santuarios prehistóricos.

Los científicos aún tienen por delante mucho trabajo para descifrar todos los mensajes codificados en los monumentos rupestres que nos dejaron los antiguos.

 Noticia BNR 29-1-2009

http://www.cilniana.org/node/536