CHINA - Descubren un edificio de 30 metros en el mausoleo de Xian
Dicho mausoleo se conoce como la tumba de los guerreros de Xi´an, debido a las más de 1.500 figuras en terracota que, como si un ejército de arcilla se tratase, custodiaban el féretro del emperador.
En la parte principal de la tumba imperial se alza una estructura de pirámide con 51 metros de altura, en el centro se localiza el edificio descubierto por investigadores del instituto de arqueología de Shaanxi, provincia del noroeste de China que alberga la tumba.
Aún así, la colocación de la estructura, escondida dentro de la pirámide, impide que de momento sea posible realizar un estudio pormenorizado del descubrimiento
Duan Qingbo, miembro del equipo de investigación, explicó que, de acuerdo con las teorías religiosas de la antigua China, las terrazas escalonadas del edifico (nueve por cada uno de sus cuatro muros) servirían de plataforma para los paseos del alma del emperador de China.
Las investigaciones en el interior del mausoleo, iniciadas en 2002, se han realizado con equipos de detección a distancia, al estar prohibido excavar en el interior del enterramiento, considerado Patrimonio de la Humanidad.
Situado cerca de la antigua capital de Xian (actual capital provincial de Shaanxi), ocupa un área de 65 kilómetros cuadrados.
En los años 70, unos 1.500 guerreros y caballos de terracota que formaban el ejército del emperador Qinshihuang, fueron desenterrados en las cercanías del complejo, pero a pesar de los descubrimientos de las últimas décadas, el mausoleo continúa siendo un misterio.
El complejo monumental se compone de varias estructuras: el centro está constituido por el enorme túmulo sepulcral, una auténtica colina artificial. El historiador Sima Qian escribió que la tumba contenía maravillas increíbles; el techo de la cámara fúnebre era de bronce salpicado de gemas; en el suelo había ríos de mercurio, que se hacían fluir mecánicamente, y que representaban el río Amarillo y el río Azul. Según el historiador, alrededor había maquetas de palacios y de torres y espléndidos tesoros. El primer emperador quiso que los artesanos instalasen en la entrada de la cámara del sepulcro ballestas accionadas automáticamente para herir a cualquiera que se atreviera a profanar la tumba.