Mosaicos romanos de Siria. Pintura de piedra -
El Museu Egipci de Barcelona expone mosaicos antiguos de Siria • Las 40 piezas de la colección del Hotel Villa Real adornaron villas romanas entre los siglos II y VI
Una
interesante colección de mosaicos restaurados que hace siglos adornaban
las villas romanas e iglesias de la antigua Siria se exhibe hasta el 19
de marzo en el Museu Egipci de Barcelona. Mosaicos romanos de Siria.
Pintura de piedra sumerge al visitante en otra época a través de 40
piezas datadas entre el siglo II y el VI y procedentes de la colección
de arte y arqueología del Hotel Villa Real de Madrid.
Mosaico de la colección con una escena de caza, que destaca
por su gran dinamismo. Foto: EL PERIÓDICO, MARTA CERVERA
Algunas
de ellas se muestran por primera vez, como el mosaico figurativo de más
de tres metros de largo con una escena de caza que enfrenta a un ñu y
un león. Otra gran creación, con un elefante como protagonista, pesa
300 kilos. "No habían salido del fondo de la colección hasta ahora
debido a su gran tamaño y peso", explica Carlos Buenacasa, comisario de
la exposición y profesor de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).
Su
colocación en la planta baja del museo fue muy delicada y obligó a
desmontar parte de la barandilla de la escalera, entre otras maniobras.Los
mosaicos pavimentaban las zonas nobles de las casas de las familias
pudientes de la Antigua Roma cuyo imperio se extendía por todo el
Mediterráneo. "Eran elementos ormamentales de lujo que que decoraban
los suelos y paredes de las estancias nobles donde se recibía a los
invitados", señala Buenacasa. "Se consideraba mucho más importante que
la pintura, un arte que era visto como complementario al del mosaico",
añade.
Las
piezas abarcaban un amplio abanico de temas: mitología, escenas de la
vida cotidiana, animales y elementos geométricos y vegetales. Con el
cristianismo los mosaicos empezaron a utilizarse con fines didácticos
en las iglesias. Algunas de estas piezas religiosas presentes en la
exposición, llevan inscripciones en diferentes idiomas. "Como provienen
de Siria, algunas incluyen textos escritos en griego, que era la lengua
oficial en Oriente, y en siríaco".
Había
grandes talleres de artistas del mosaico en Antioquía, capital de la pr
ovincia romana de la rica Siria, que abarcaba desde los territorios de
la Siria moderna hasta las partes limítrofes de la actual Turquía, el
Líbano y Jordania.
Entre
las piezas más destacadas de la exposición figura una estilizada medusa
y una escena de caza en la que un león atrapa a un cérvido. "Ambas
destacan por el gran trabajo realizado porque el artista coloca las
teselas pequeños cubos de piedra tallada de casi un centímetro hechos
con materiales diversos combinando perfectamente líneas curvas con
líneas rectas para dotar de dinamismo y gran realismo a las obras",
comenta Buenacasa.
Entre
las piezas con motivos geométricos sorprende el efecto óptico de
tridimensionalidad conseguido con una retícula romboidal del siglo III
que configura un pavimento de cubos en relieve a través de la
combinación de rombos de tres colores: blanco, rojo y rosa. "Según
Plinio, este diseño se utilizó por primera vez en Roma en el templo de
Júpiter Capitolino, tras el inicio de la tercera guerra púnica".
Aparte
de mostrar una variada selección de piezas, la muestra ofrece al
visitante una breve historia de este arte que entró en decadencia con
la caída del Imperio Romano. A partir de entonces, la pintura, más
fácil y rápida de reproducir y menos costosa, se convirtió en la
técnica decorativa predominante.
Fuente: El Periódico, 17 de noviembre de 2006
MUSEU EGIPCI DE BARCELONA
FUNDACIÓN ARQUELÓGICA CLOS
C/ Valencia 284
Barcelona
Horario:
De lunes a sábado de 10h a 20h sin interrupción.
Domingos de 10h a
14h.
“Mosaicos
romanos de Siria. Pintura de piedra”
En
esta exposición se presenta una selección de mosaicos de la «Colección
Jordi Clos». Se trata de piezas perfectamente restauradas provenientes,
todas ellas de distintos yacimientos de Siria.
Las medidas van desde los más pequeños de 50 x 50 cm., hasta mosaicos de 2 x 2 metros e incluso más.
Todos
ellos se exponen sobre sus correspondientes soportes de hierro, sólidos
y sobrios, que realzan todavía más la belleza de estas piezas.
Cada
mosaico va acompañado de una ficha identificativa del mismo, con el
motivo, procedencia, época y dimensiones de cada uno de ellos.
Además
la exposición se completa con nueve paneles explicativos de 170 x 60
cm., agrupados en tres torres de tres carteles cada una. Dichos
plafones explican la historia, desde sus orígenes hasta su época de
máximo esplendor, de esta técnica y arte decorativo.
La
colección de mosaicos Jordi Clos se compone de unos ciento treinta y
cinco mosaicos procedentes de Siria, una de las regiones en donde se
alcanzó un mayor perfeccionamiento en la técnica de la musivaria.
La provincia romana de Siria era una de las zonas más ricas e importantes del Imperio,
pues abarcaba desde el Mediterráneo hasta el Eufrates y limitaba con el
desierto. Además, era un crisol de culturas, como consecuencia de la
importante red comercial que la atravesaba y que se centraba, sobre
todo, en torno a su capital, Antioquia, ciudad que destaca por la
excelencia de sus mosaicos.
El
griego era la lengua oficial, como en todo el Oriente y, por ello, no
resulta extraño que esta lengua aparezca abundantemente en los
mosaicos, especialmente, en las lápidas funerarias. Ahora bien, junto a
ella, la colección Jordi Clos también cuenta con ejemplos de otras
lenguas indígenas, como el arameo.
Todos
los mosaicos de la colección Jordi Clos son policromos, es decir,
composiciones en color, una característica más que habitual en la
musivaria siria, e, igualmente, demuestran un gran apego a la tradición
del mosaico helenístico tanto en las concepciones como en la temática.
En
cuanto a las concepciones, los mosaicos de esta colección –como todos
los sirios, en general– tratan de jugar con la perspectiva y de crear
la idea de dimensión y de tridimensionalidad. Sin embargo, al faltar
los elementos arquitectónicos de referencia con los que simular esa
idea de profundidad, los resultados no siempre son técnicamente
perfectos.
En
lo referente a la temática, los mosaicos de la colección Jordi Clos
utilizan unos repertorios muy conocidos que se inician con temas
geométricos sumamente variados: círculos, meandros, cuadros,
laberintos, ondas, rombos, espirales, octógonos, exedras y líneas
quebradas en ángulos diversos.
Junto a este tipo de decoraciones, cabe señalar el uso abundante de otros motivos, tales
como los florales (hojas de hiedra y de palma) y los vegetales y, sobre todo, los figurativos.
Sin embargo, en esta colección de mosaicos tan sólo hay un ejemplo de representació n humana
(un amorcillo vestido como un guerrero) que se explica perfectamente
por la predilección de los mosaicos sirios por las temáticas de tipo
mitológico.
En
cambio, en este conjunto musivo son mucho más habituales las
decoraciones con animales, seguramente, inspiradas en lo que debía ser
la fauna corriente en la Siria
de aquel entonces. Así, junto a los pajaritos y las aves de corral
(patos, pavos reales y gallos) aparecen representados animales no
domesticados (perdices, leones, jabalís y ciervos) e, incluso, algún
animal exótico, como un elefante.
Asimismo, la colección Jordi Clos se enriquece y completa con un pequeño número de mosaicos cristianos: una cruz, dos
alegorías de la vida eterna y algunas inscripciones funerarias.
En
lo que a la cronología se refiere, tanto por la temática y como por la
técnica empleada, los mosaicos de esta colección se pueden datar entre
los siglos I y IV d.C., como mínimo, aunque la difícil datación de los
mosaicos cristianos (tan sólo decorados con cruces o con inscripciones
muy simples) podría alargar la cronología de este conjunto hasta el
siglo V o, incluso, más allá.