México. Identifican a monotilo como diosa Tlaltecutli -terrantiquae-
La escultura mexica localizada el 2 de octubre pasado en el conjunto La Ajaracas, de esta ciudad, representa “sin lugar a dudas” a la diosa Tlaltecutli o Señora de la Tierra, que los antiguos pobladores veían como una “insaciable devoradora de los cuerpos de los sacrificados y de los cadáveres”.
Así lo dio a conocer hoy el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, coordinador del proyecto Templo Mayor, quien agregó que el monolito corresponde a una “deidad telúrica y nocturna del sexo femenino que porta un faldellín adornado con cráneos y huesos cruzados, además de lucir un adorno dorsal con tiras y caracoles, exclusivo de las deidades femeninas.
El arqueólogo explicó que la pieza de 12.5 toneladas tiene elementos “únicos”, como son cráneos en codos y rodillas, y banderas de papel en el pelo que simbolizan a la muerte y el sacrificio.
De acuerdo con las primeras hipótesis, agregó Matos, los especialistas han llegado a la conclusión de que el monolito del predio Las Ajaracas podría ser la lápida mortuoria de Ahuizotl, quien en su calidad de ser solar descendió muerto al Mitlán donde transmitió el poder a su sucesor Moctezuma II.
El arqueólogo agregó que la pieza corresponde a la séptima etapa constructiva del Templo Mayor, de 1502 a 1521, y que se encontró en su posición original que ocupó entre el Templo Mayor y el Tzompantli, en un lugar que estaría junto a un edificio llamado Cuauhxicalco, como lo describe Fray Bernardino de Sahagún en la obra “Primeros memoriales”.
Según fuentes históricas, en este edificio fueron colocadas las cenizas de algunos gobernantes como Axayácatl y Tizoc, pues era práctica común la de incinerar a los “Tlatoque” (reyes mexicas en una gran pira al pie del Templo Mayor.
Los mexicas, dijo, “creían que la diosa Tlaltecutli era una insaciable devoradora de los cuerpos sacrificados y de los cadáveres de los muertos, también engullía cotidianamente al sol en cada atardecer”, por lo que fue representada con los labios descarnados y un torrente de sangre emanando de su boca”.