Expertos
internacionales consideran que el pecio descubierto en el año 2000
frente a la costa de la Vila Joiosa (Alicante) constituye uno de los
yacimientos arqueológicos submarinos más importante del Mediterráneo
Occidental y una 'una joya del mundo antiguo'.
Así lo explicó Carlos de
Juan, uno de los arqueólogos que han dirigido la primera campaña de
intervención en los restos y cuyos resultados preliminares fueron
presentados en las quintas Jornadas Internacionales de Arqueología
Subacuática celebradas esta semana en Gandia (Valencia).
Las
excavaciones han concluido que el pecio Bou-Ferrer, que debe su nombre
a los submarinistas aficionados que descubrieron el barco, es 'uno de
los más importantes del Mediterráneo occidental, por sus dimensiones
(30 metros de eslora), 400 toneladas de porte, y por su interés
científico.
Interés
que reside tanto en el cargamento de ánforas como en los análisis de
fangos donde está naufragado el barco, que ha permitido que toda la
madera enterrada en el fango se conserve', explicó De Juan.
'Tenemos
un auténtico barco romano bajo el agua, en muy buen estado de
conservación, una joya del mundo antiguo', añadió el arqueólogo.
De
Juan, arqueólogo subacuático de la dirección general de Patrimonio
Cultural de la Comunidad Valenciana, y Franca Cibercchini, experta
internacional y profesora en la universidad de Pisa (Italia), son los
responsables del proyecto científico de investigación del pecio, que
impulsa la Conselleria de Cultura.
En
la primera campaña de intervención, en julio pasado, se realizó una
cata de sondeo, en la que se observaron 'tres capas de cargamento, de
ánforas, y recuperamos del mar 40 ánforas completas, que llevaban unas
salsas, derivadas del pescado, muy caras y apreciadas en época
antigua', y se han contabilizado hasta 1.200 ánforas conservadas en el
interior del barco.
Los
responsables de la intervención arqueológica datan el barco en torno a
la mitad del siglo I (en los años 40-50 después de Cristo), y lo
relacionan con el comercio del emperador de Roma, 'en la época
tumultuosa de emperadores como Tiberio, Claudio o Nerón, en la que se
empieza a articular el sistema para que la población romana tenga
asegurado el alimento por parte del estado romano'.
En
cuanto a las circunstancias del hundimiento de la embarcación en la
costa de la Vila Joiosa, los investigadores mantienen la hipótesis de
que 'el barco hacia una ruta directa, de puerto principal a puerto
principal, desde un puerto situado en torno a la bahía de Cádiz hasta
el puerto de Roma' y debió encontrarse con 'algún temporal o problema
técnico que le impidió continuar su ruta', añadió el arqueólogo que ha
dirigido las excavaciones.
'Los problemas derivados del temporal debieron ser de tal importancia que los mismos marinos de
ciden abandonar la empresa y enfilar a tierra', hacia la costa alicantina, donde se hundiría, subrayó.
Añadió que 'en toda la costa española no conocemos en estos momentos ningún pecio de las características del Bou-Ferrer'.
Los
responsables del programa de estudio de la embarcación romana no
descartan la posibilidad de realizar un proyecto que permita la
exposición de parte de los restos del pecio, para su mayor difusión
pública.
Fuente: Terra Actualidad – EFE, 12 de noviembre de 2006