BADAJOZ - Todos los asentamientos romanos de la ciudad han sido arrasados o expoliados
Antes que los musulmanes en Badajoz había romanos. Y fueron dejando su
rastro en lugares hoy conocidos como Valdepasillas, San Roque,
Lusiberia, la urbanización Río Caya, frente al campus universitario o
detrás de la gasolinera Top Oil de la carretera de Madrid. Lo saben los
historiadores y arqueólogos, pero ¿qué transferencia de información ha
habido hacia el resto de los pacenses? Exceptuando a los asistentes de
algunas conferencias puntuales, ninguna. No existe señalización,
promoción o protección de cualquiera de los asentamientos de la época
romana que los expertos han ido catalogando. Que Mérida acapare
prácticamente toda la atención en yacimientos romanos o el interés
suscitado en los últimos años por el pasado árabe de la ciudad gracias
a eventos como Al-mossassa ha eclipsado cualquier indicio de presencia
romana o prerromana en la capital pacense, ignorados por las
administraciones competentes en patrimonio a la hora de proyectarlos al
público.
Célticos, lusitanos, romanos, ... todos aprovecharon la cuenca de
las Vegas Bajas del Guadiana para prosperar. Distintas publicaciones
confirman que en Badajoz ha habido una población continuada desde hace
más de 3.000 años. La presencia romana en la capital pacense y
alrededores se produjo principalmente en forma de villas, lo que
equivaldría actualmente a cortijos cuyos habitantes vivían del ganado y
la agricultura, algunos con construcciones que abarcaban más de una
hectárea. Unos restos han sido arrasados, incluso hace sólo cinco o
seis años, y lo poco que queda en pie ha sido presa del expolio.
Carlos Lara, un padre de familia aficionado a montar en bici por
caminos, muestra desde hace años cada vez que pasa por la Finca La
Cocosa, a 16 kilómetros de Badajoz por la carretera de Valverde, lo que
fue una villa romana. «Es una verdadera pena cómo está y lo más curioso
es que todo el que viene no tenía ni idea de que esto podía estar a
quince minutos de Badajoz», señala este trabajador de la banca
acompañado por su hijo de 13 años mientras señala una vasija rota y las
teselas de un mosaico esparcidas por el suelo que alguien colocó
meticulosamente hace unos quince siglos.
En este yacimiento se observa perfectamente cómo estaban
distribuidas las estancias: patios rectangulares o cuadrados
ornamentados con columnas, complejo termal con un pequeño acueducto,
dependencias dedicadas a la vivienda, al almacenamiento y
transformación de productos agrícolas o una zona de culto con
baptisterio y capilla que revelan que la fe cristiana llegó a convivir
en Badajoz con el culto oficial al Estado. La comunicación publicada
por la Real Sociedad Económica de Amigos del País bajo el título
'Badajoz romano' cuyo autor es el profesor de Historia Luis Alonso
Rubio Muñoz lo califica de «referente obligado en el estudio del
fenómeno de las villas romanas». De hecho, muchos de los materiales
encontrados allí han ido a parar al Museo Arqueológico de Badajoz.
Excavada en los cuarenta
La villa de La Cocosa fue excavada en los años cuarenta y los
resultados fueron divulgados por José de Calasanz Serra y Rafols en
1952, lo que ha servido como guía de otras villas romanas halladas en
España. Allí vivió gente desde el siglo I al VIII d.C., pero salvo las
piezas del Arqueológico y un mosaico donde aparece un tritón que hoy
día luce en la Diputación Provincial, lo que queda de esta villa está
totalmente abandonado a su suerte.
Cuenta el gerente de esta finca, Manuel Diestro, que cuando La
Cocosa fue adquirida por la Diputación Provincial en 1993 «allí ya no
quedaba nada de valor porque mucha gente ha pasado ya con los
detectores».
Debido a la importancia que atribuyeron los estudiosos a lo que
queda de esta singular construcción, la Junta de Extremadura como
competente en Patrimonio ordenó hacer una excavación, pero nunca más
mostró interés por aquellos restos. De hecho, en los Servicios
Territoriales de la Consejería de Cultura en Badajoz se limitan a
indicar que pertenecen a la Diputación.
De momento, la villa sólo está precariamente vallada, lo que impide
que el ganado de la zona coma las bellotas de las encinas, que han ido
germinando, lo que provoca que la raíces estén destrozando varios muros
parcialmente enterrados.
La Asociación Amigos de Badajoz ha realizado visitas a este enclave
y elaboró hace tres años un documento para conseguir fondos -sin éxito-
con los que limpiar el yacimiento, ponerlo en valor y hacerlo
visitable, explica su presidente Antonio Manzano.
«De esta forma se salvaría un yacimiento de gran valor y se pondría
en manos de la ciudad un destacado testigo de un periodo oscuro y poco
conocido en la zona como el romano. Su injustificable y triste abandono
hace que se esté perdiendo un pedazo de la historia y una pieza clave
de nuestro patrimonio histórico-artístico, sin contar con que el
yacimiento es objeto de expolios al carecer de la más mínima
vigilancia», explica en el texto con el que la asociación reivindicaba
recientemente crear allí un espacio didáctico y visitable.
http://www.hoy.es/20080113/badajoz/todos-asentamientos-romanos-ciudad-
20080113.html