Un punt de vista

Recientemente se ha levantado polvareda por un tema que, sin duda alguna, dividirá a la sociedad en tanto no se arregle la situación de crisis que vivimos actualmente. Me refiero a las declaraciones del alcalde de Vic donde anuncia que no empadronará a los inmigrantes sin papeles amparándose en la reciente Ley Orgánica sobre Derechos y Libertades de los Extranjeros. Se supone que el alcalde, que es la persona que está al frente de la administración local, debe velar para que no haya irregularidades en los procesos municipales. De la misma manera Hacienda vigila las declaraciones de los contribuyentes, los agentes de la Guardia Urbana vigilan el cumplimiento de las normativas de circulación, los inspectores de trabajo vigilan el cumplimiento de la normativas en las obras, etc. etc.

En base a estas declaraciones efectuadas, suena en todos los medios de comunicación la palabra “Xenofobia“. Bien, veamos su significado según las páginas de wikipedia:

La xenofobia (Del gr. ξένος xeno = extranjero y φοβία fobia = temor) es el odio y rechazo al extranjero, con manifestaciones que van desde el rechazo más o menos manifiesto, el desprecio y las amenazas, hasta las agresiones y asesinatos. Una de las formas más comunes de xenofobia es la que se ejerce en función de la raza, esto es, el racismo.

Analizando las declaraciones del alcalde en base a esta definición, no creo que se puedan imputar el odio y rechazo al extranjero en las pretensiones del edil dado que en el artículo 25 de la citada Ley se dispone que los extranjeros extra-comunitarios que entren en España deberán estar en posesión de un pasaporte o documenta de viaje que acredite su identidad, además ed un visado, exceto si se dispone de la tarjeta de identidad de extranjero o una autorización de retorno.

Se supone que alguien deberá vigilar el correcto cumplimiento de las normas dictadas. Quién mejor que el alcalde ... 

A mi modo de ver, sencillamente se pretende poner un poco de orden en la situación y regularidad del personal extra-comunitario. Tendríamos que tener asumido que en casi todos los países y regiones del mundo existen unas normas que se deberían tener claras antes de entrar a ellos. Por ejemplo, para entrar en un país ajeno a la CE debemos hacerlo debidamente identificados, bien sea pasaporte o DNI. También nos pueden exigir visados y demás. En definitiva, lo que nosotros pedimos para la entrada a nuestro país.

Si lo que queremos es trabajar, deberemos atender a las normas que rijan en cada país, pero sin duda alguna deberemos seguir unos pasos ya que de lo contrario yaceremos en la total ilegalidad ante instituciones y cuerpos de seguridad.

Resumiendo lo dicho hasta ahora: Los inmigrantes tienen derechos y obligaciones. Un inmigrante que entre ilegalmente ya está faltando a sus obligaciones, pero cuando se empadrona está reivindicando sus derechos. ¿Esto es lógico?.

Entonces, cuando alguien pretende desfacer este entuerto, se escuchan voces variopintas. Y aquí es donde, dependiendo de la orientación política, se pueden oir declaraciones dispares. El PSOE debe ser coherente con su política de “Papeles para todos“ que promovió en su día (bastante  criticada en Europa) y tacha de  ilegal lo que pretende el ayuntamiento . Por su parte el PP, que ha visto lo que clama una importante parte de la ciudadanía española, pretende sacar votos del tema. El resto de partidos políticos apoyan a unos u otros según las necesidades propias.

Pero se me ocurre que, al margen de politiqueos, toda esta gente en situación irregular debe vivir de algún modo. Y para vivir, bien que deben trabajar. ¿Cómo pueden trabajar si están en situación irregular? Alguien les debe dar trabajo... ¿O se dedican al pillaje? ¿Y quién les da trabajo si no están en condiciones de trabajar legalmente? ¿Y nadie vigila a los que les contratan?. Son unas preguntas de difícil respuesta… O quizás ya nos está bien… O a lo mejor, ahora que el cinturón se ciñe, ya nos empieza a preocupar.

Si en su día se hubiesen hecho las cosas bien, seguramente hoy no tendríamos este debate.  Ahora, hagamos lo que hagamos, será parchear lo que se empezó mal y ha empeorado con el tiempo. No existe para este problema una solución favorable a los intereses de ambas partes. Alguien tendrá que salir perjudicado dado que ahora acecha el hambre; las vacas están flacas, muy flacas; las perspectivas para salir de esta crisis pintan bastante oscuras todavía. En definitiva, ya no se vive en una nube de abundancia como hace media década.

Yo no creo en las derechas ni tampoco en las izquierdas. El centro supongo que es el equilibrio. Aunque derechas, izquierdas o centros,  siempre, siempre, con SENTIDO COMÚN. Y a éste apelo para que ilumine las decisiones del futuro, sean del color que sean. Pensemos que debemos sembrar ahora para que nuestros hijos puedan recoger.