Un punt de vista

El pasado domingo por la noche dieron por televisión en la segunda cadena de TVE un reportaje sobre la “Obsolescencia programada” que recomiendo ver a todo el que pueda.

A grandes rasgos, en dicho programa se analizaba la manera en que muchos fabricantes diseñan sus productos pero primando la corta vida de estos en base a cualquier otro factor.

Esta estrategia viene proviene del famoso crac del 29, cuando Bernard London puso en marcha el concepto de “fecha de caducidad “ para los productos pensando que se animaría el consumo y a su vez, la producción.

Parece ser que uno de los primeros productos que sufrieron esta premisa fueros las bombillas. Estas se fabrican para que, de ninguna manera, puedan tener una vida superior a las 1000 horas de uso. En el reportaje se mostraban recortes de periódico antiguos en los que se anunciaban bombillas garantizadas por mas de 2500 horas. Incluso había algunas que más. La lógica del fabricante es la siguiente: Yo fabrico bombillas como churros y necesito venderlas. Si una bombilla dura 5000 horas, durante este largo período de tiempo no soy necesario para esta persona que me ha comprado . Pero si solamente le doy una vida de 1000 horas, seré 5 veces imprescindible para este consumidor.  El cártel PHOEBUS unió a todos los fabricantes de bombillas del planeta, en los 5 continentes, y consiguió que se vieran con buenos ojos sus intenciones. Y aunque una sentencia del año 1953 revocó esta práctica, nada cambió al respecto.

Existe una bombilla de las primeras que se fabricaron en el siglo XX que aun hoy sigue en funcionamiento en un parque de bomberos. Ya se ha cargado tres Webcams desde que la decidieron colgar en Internet. ¡¡ Tiene más de 100 años de funcionamiento ininterrumpido !! Puede verse en la siguiente dirección http://www.centennialbulb.org

Si lo miramos fríamente, que una bombilla dure 1000 ó 5000 horas a nosotros, la sociedad occidental, no nos importa mucho. El precio de una bombilla ronda 1 € aproximadamente, con lo que podríamos decir en clara alusión a nuestros políticos, que representa el coste de un café cada 1000 horas .

Pero hay una cosa que si tendríamos que empezar a tener en cuenta y se trata del impacto medioambiental que supone la sobre-fabricación debido al sobre-consumo. 

Y si lo miramos detenidamente, no deja de ser el pez que se come la cola. Me explico:

Hay una fábrica montada que necesita X personas para su funcionamiento. Si se vende lo que se fabrica, la plantilla permanece inalterable. Ahora bien, si resulta que el mercado se satura debido a una vida excesivamente alta del producto fabricado, la fábrica en cuestión deberá preparar una disminución del número de elementos fabricados para adecuarlo al número de ventas, con lo que seguramente se deberá de prescindir de parte del personal de la fábrica.

En definitiva, se debe consumir para que la rueda siga rodando. Ah!, y al Medioambiente, que le den…

Pero volviendo al tema que nos ocupa, que es el reportaje que dieron en televisión, me dejó muy impactado el hecho de que por ejemplo en una marca concreta de impresoras, incluyan un chip mediante el cual pasado un cierto número de impresiones envíe una señal de error para que se visite el servicio técnico. Ya en el servicio técnico te convencen que lo que tienes que hacer es comprar una impresora nueva en vez de reparar la vieja. Te venden la jugada como que te saldrá más barato lo nuevo que lo reparado. Menos mal que gracias a Internet se puede contactar con un señor de Rusia que sabe como “tunear” la impresora para que no de la orden de “error”. Se ve que a este ruso le mosqueó mucho lo del error y se lió a buscar y a comprobar hasta que descubrió el puñetero chip. Esto que parece un verdadero timo, se sostiene debido a que el fabricante prevee que la tinta que se va almacenando del sobrante de los cabezales  puede dar lugar a un deterioro de la calidad de impresión. Juzgad vosotros mismos.

También me chocó mucho una patente que obtuvo la firma de hilo Dupont por el duro trabajo de sus ingenieros. Consiguieron fabricar un nylon prácticamente irrompible. Con aquel hilo, las medias no sufrían “carreras”. Pues bien, el mencionado fabricante tuvo que pedir a sus mismos ingenieros que buscaran una manera de hacer más vulnerable el hilo debido a que se enfrentaban al boicot de los fabricantes de medias. Éstos veían peligrar el ritmo de ventas del producto si éste no tenía una vida menos longeva.

Supongo que hay un largo etcétera de casos como los que se detallan en el reportaje.

Y pienso que lo que más debería preocuparnos es la sobre-explotación de recursos y de energía que se emplean para el exceso de fabricación. Por desgracia, el apartado de reciclaje es costoso, y hoy por hoy lo más fácil es enviar buques llenos de chatarras tecnológicamente desfasadas a países tercermundistas donde, sin duda disponen de suficiente espacio para amontonar toneladas y toneladas de productos obsoletos o irreparables. Ya se lo encontrarán otros…

Aunque crece la conciencia medioambiental en países avanzados, en países emergentes esto se lo pasan por el forro todavía.

En mi opinión, Internet nos abre las puertas a que ya hoy, podamos comprar artículos longevos que en los canales de compra habituales sería imposible de encontrar. Tanto en ropa como en electrodomésticos, pasando por las mencionadas bombillas aunque con una vida muy superior a las 1000 horas (que por cierto fabrica el biznieto del fundador de Philips).

Y en contraposición al reportaje, me venían a la cabeza unos comentarios que me hizo un tío mío que fue a Cuba de vacaciones, y  dado que allí hay muchas restricciones, cuando se estropea algo no se tira, se repara. Se ve que hay frigoríficos que hace 40 años que funcionan. Y de 3 hacen 1 cuando ya no se puede reparar. Lo mismo con los coches, bicicletas, etc.etc. Lo que hacen, lo hacen para que dure. Me pregunto si cuando salgan del bache en el cual los tiene metidos el clan Castro, también se subirán al carro de la “Obsolescencia programada” .

Veremos si se consigue cambiar la tendencia.