Un punt de vista


ETAPA 6ª ARCA - SANTIAGO DE COMPOSTELA

Camino de Santiago — Escrito por ebm @ 23:02

No se bien la causa de mi madrugón, pero me desperté a las 04:40 de la mañana y no pude volver a dormir. El caso es que a las 6:00 ya estaba vestido y con la mochila a punto de marcha. Me chocó mucho que a las 5 de la mañana la mitad de los peregrinos ya estuvieran levantándose. Por ejemplo, el vecino de arriba de mi litera a las 5:30 ya bajó de la cama listo para caminar. El caso es que dado que ya estaba a punto, decidí salir y dar comienzo a la última etapa.

Cuando salía de la sala de literas, en la que por cierto, alguien ya estaba con el vídeo  de Harry Potter el Bananero, los del BST me empezaron a increpar con consejos del tipo:

-   Cuidado con los coches parados, no vayan a atropellarte.

-   No cojas caramelos de los desconocidos.

-   Lávate las manos antes de comer.

-   Y algún otro que no transcribo de momento.

En fin, que teniendo en cuenta que la mitad de la sala estaba en la cama todavía, más de un@ vi como reía.

Ya en la calle, y para mi desesperación, no había ningún bar abierto, con lo que me quedé sin café.

Atravesé el pueblo y a casi al final, a mano derecha, ya había el mercado celta medio montado del día anterior.

Justo dejar Arca, el camino discurría entre unos bosques de eucaliptos, y por la pereza de no buscar entre la mochila y sacar la linterna, me adentré unos metros éllos completamente a oscuras; tétrico y lleno de ruidos misteriosos. Duró poco mi marcha hasta que una bifurcación me hizo detener. En menos de un minuto ya había unos cuantos peregrinos que, armados con sus frontales, me indicaron el camino a seguir. Como iban muy rápido para mi ritmo, a los pocos minutos me volví a quedar a oscuras de nuevo, pero detrás volvían más linternas con las que seguir. Así, poco a poco se fue levantando el día, que según el iPhone anunciaba agua, y a tenor de las nubes, posiblemente tuviese razón.

El camino se me hizo largo y pesado, quizás por la inminente finalización de mi anhelada aventura.  Había dormido poco y se me había contagiado lo gris del día a mi estado de ánimo.

Y, hay que decir que la etapa no me gustó mucho. Yo creo que es la más “fea” de las que he hecho.

Paré en un bar para tomar café y lo cierto es que había tanto peregrino y tan poco camarero que a los 5 minutos de esperar, salí sin café, sello ni nada. Por surte, a menos de 25 metros había una capilla donde sellé la credencial. Y además, el cura resultó ser el italiano que dio misa ayer en Arca. Me comentó que tenía a su cargo 5 iglesias de pueblecitos cercanos a Pedrouzo.

Allí, a los pies de la pequeña ermita, había un chiringuito de souvenirs donde además de recuerdos, te alquilaban un traje de peregrino de los de antaño  para poder hacerte una foto: Gorro de cuero con el ala frontal levantada y concha en lo alto, capa de fieltro y bastón con calabazas.

A partir de este punto, el camino se hizo cuesta arriba por altimetría y por moral, ya que allí empezó a lloviznar y me intenté poner el poncho. Menos mal que no cayó mucha agua ya que la prenda demostró que solamente vale para ir a Port Aventura en las atracciones acuáticas. El poncho de excursionista tiene otro corte que se adapta a la mochila y este no me sirvió de mucho.

El paso por delante de Televisión de Galicia fue quizás el peor tramo de todo el recorrido, ya que a parte del asfalto a un lado teníamos alambrada y al otro cerca metálica. Pero, bueno, como todo el Camino, lo que a mi me parece feo a otros puede parecer bonito.

Por alguna extraña razón, la cerca que bordea el aeropuerto y la autopista, está llena de cruces de madera o de hierbas secas que los peregrinos se afanan en solocar entre el tejido metálico. Me pregunto a que se debe este fenómeno.

Después de lo que me pareció una eternidad, llegué a Monte do Gozo, donde teóricamente debían hacer noche los BST. Allí me hice unas fotos frente a un monumento enorme alegórico de una visita del Papa Juan Pablo II, y me volví a encontrar con Leticia. También se unieron en este tramo final José Ramón y su madre, con los que compartí albergue en Melide. Mientras Leticia probaba suerte con un bocata prefabricado, me tomé otro café, el tercero del día, y como los otros dos, DE PUCHERO. Que malo que es el café de puchero cuando estás acostumbrado a café expresso… Yo creo que mi estado de ánimo estaba tocado por culpa de no haber tomado un café en condiciones.

La bajada de Monte do Gozo hasta Santiago es bastante cuesta abajo, pero solamente un par de kilómetros y ya estábamos en la entrada de la ciudad del Apóstol. Y como siempre, siguiendo las señales hasta el destino. En este caso, en vez de flechas se seguían las conchas de latón.

Nos separamos de José Ramón cerca de la Catedral, ya que Leticia y yo no teníamos pensión reservada. Estuvimos andando y preguntando hasta que llegamos al Seminario Menor, en donde nos tuvimos que esperar media hora a que nos dieran cama. En este caso, por 4 € más, en vez de cama en sala compartida, nos dieron una cama en una habitación individual para cada uno.

Ducha, cambio de ropa y a por la comida.

Unos 800 metros nos separaban del casco antiguo. Y allí, después de patear casi una hora buscando un localito que satisficiera las necesidades alimenticias de ambos (el que le gustaba a ella a mi no me acababa de hacer el peso, y viceversa).  Al fin, una terracita consensuada, una comida aceptable  y posterior a ésta, la siesta.

A media tarde, ya estaba dando vueltas de nuevo por las callejuelas del casco antiguo de Santiago, que por cierto, me encantaron. Bares y restaurantes a porrillo entre las tiendas de souvenirs. Allí me encontré con Rufino y su Sra. Ah!, y con Laura y Sabrina.

Habíamos llegado a meta. Con llovizna o calabobos, si, pero habíamos llegado. Por la tarde, justo terminar la siesta, me fui a la Oficina del Peregrino a sellar la credencial y a recoger la compostelana. Las cosas son como son: Me hizo mucha ilusión. Allí también me informaron del horario para sellar por la mañana para que se mencionara a los peregrinos en la misa de las 12 del viernes. Transmitida la info al clan de los sevillanos, ya me sumergí en las tascas para degustar los vinillos de la zona. Y es que “Donde fueres, bebe lo que vieres“, y allí se bebía Estrella Galicia y Vino Ribeiro.

Atrás habían quedado 112 Km, 6 maravillosos días, un montón de pasos correlativos, 17 cervezas, 33 botellines de agua, 2 platos de Pulpo y algún botellón. Ah!,y algún chupito de Orujo de Hierbas entre otras cosas.

Por la noche, la vuelta al Seminario Menor resultó patética, ya que me desorienté totalmente y me perdí y resultó que en vez de ir al Este, terminamos en el Oeste. Y es que de noche todos los gatos son pardos…

Terminó llevándonos en su coche una pareja, conocidos de Leticia. Menos mal, ya que era casi la hora límite para la llegada al Albergue…

Subir 4 plantas a pie y a recapacitar sobre el día.

Lo que había sido una ilusión, un proyecto, una idea, se había materializado. Se había llegado a puerto. Andando, a la antigua usanza, había llegado a finalizar el tramo propuesto del Camino. La verdad es que tenía un subidón de moral que me llevaba a pensar que, como me encontraba muy a gusto, a lo mejor seguiría hasta Finisterra. ¿Empezaba a delirar? No. Había terminado y ya iba siendo hora de tocar de pies en el suelo.

Sobre el viernes, si que mencionaré que la misa fue muy emotiva y excesivamente larga para mi gusto, pero al final los peregrinos de la Denominación de Origen JAMÓN DE TERUEL se rascaron el bolsillo y pudimos ver en funcionamiento el Botafumerio, cosa que solamente había visto en televisión.

En la catedral, una vez finalizado el oficio, me despedí de las señoras inglesas con las que había compartido algunos kilómetros del Camino, de José Ramón y su madre, de la parejita de italianos, del sr brasileño y de algún@ peregrin@ más con los que había cruzado saludos varias veces en los diferentes tramos pero cuyo nombre desconozco. Todo fue muy emotivo y sincero. Apretones de manos y abrazos sabiendo que posiblemente ya no volveríamos a coincidir nunca más, pues al día siguiente todo aparcaríamos  la condición de peregrino y volveríamos a la vida individual. En mi caso, con un gran antes y un después de esta experiencia que ha sido El Camino de Santiago.

La fiestecita del viernes noche con los sevillanos, Sabrina, Laura, Maripuri, Rufino y Sra. quedará en mi memoria y en mi corazón por muchos años y, dado que no tiene nada de espiritual, me reservo el contarlo.

Decir, para terminar hoy, que recomiendo encarecidamente a todos mis amig@s que alguna vez intenten hacer el Camino.

En breve, una valoración sobre el mismo.


5ª ETAPA ARZÚA - ARCA DO PINO

Camino de Santiago — Escrito por ebm @ 18:28

Como cada día, me he despertado antes de que sonara la alarma del teléfono, y a oscuras he empezado a vestirme y a reordenar la mochila. El saco, al se lo más voluminoso y lo que seguramente no deberé usar hasta la noche, es lo que va al fondo. Por eso me toca cada día rehacer la mochila.

El vecino de arriba también ha despertado y asoman sus piernas por el lateral de la litera. Después de los buenos días pertinentes, el lavado de cara y de dientes, cargo la mochila y bajo hasta la primera planta, donde por la terracita de las lavadoras se puede acceder al Bar.

-   Buenos días. Un café por favor.

Y no me lo puedo creer: Me sirven un café. Bendita camarera que me ha hecho caso a la primera!!!

Arranco a caminar atravesando todo el pueblo que es larguísimo. Mientras voy andando, me voy cruzando con los lugares con los que he tenido algo que ver: La masajista, la tienda de quesos y embutidos, el súper, la pizzería, la iglesia, la tienda de deportes, las tiendas de los chinos en las que entré buscando un cinturón de nylon …  Por una tarde he formado parte del quehacer diario de las gentes de por aquí. Pero paso a paso, me voy alejando hacia mi nuevo destino sabiendo que no si no llego lo antes posible no se donde me tocará dormir puesto que no se admiten reservas y en Arca solamente hay dos albergues, uno público y otro privado. Pocas plazas para tanto peregrino.

Hoy se cierne la amenaza de la lluvia según el iPhone y durante la primera hora del Camino, la hora de meditar, los paisajes resultan fantasmagóricos. Una niebla no muy espesa estaba pegada en algunos árboles y prados, pero unido a la ausencia de luz en algún tramo de bosque de eucaliptos, hacía pensar en que “as meigas, de haberlas, hailas”. He intentado sacar un montón de fotos pero la ausencia de luz ha servido para que no quedaran bien. Tendré que esperar a verlas en el PC pasa saber como han quedado. Si no son buenas, creo que esgrimiré esta excusa para repetir el camino a no mucho tardar.

Hoy, por primera vez, me han arruinado el final de la primera hora del Camino. Un grupo de gente, 3 señoras de unos 60 años con un individuo de la misma edad, voceando sin parar. Dado que llevaban mi misma marcha, no he podido deshacerme de ellos. El tipo no callaba ni bajo el agua, a la par que chuleando delante las señoras como si fuese el que más sabe de todo. He estado a punto de ponerme los auriculares para escuchar algo de música, pero si no lo he hecho hasta ahora, no será por un individuo así por el que rompa una de las bases del Camino. Al final, he bajado la marcha y he aprovechado para hacer unas fotos y darles tiempo a que se alejaran. Además, cuando me han adelantado ninguno de los 4 me ha deseado el “buen Camino” aunque yo si lo he hecho.

Al poco rato de haber perdido al chulito, se me pone al paso Leticia, una chica de Madrid con la que comparto unos kilómetros de la etapa de hoy. Más tarde me la he vuelto a encontrar y hemos acabado al etapa a la vez. Cuando se ha ido la primera vez, han aparecido unas sras inglesas con las que he andado casi 6 km, hasta que he parado a comprar un botellín de agua y ellas han seguido. Llevaban andando desde el pasado 25 de junio. Me ha contado que las dos son profesoras y dado que tienen 2 meses de vacaciones, decidieron empezar en Sant Jean Pie, en Francia. Una de las ellas solamente hablaba en perfecto inglés, pero la otra, de aspecto flaco y poco británico, me ha dejado perplejo por su nivel de español. La mujer, al separarnos, me ha dicho que estaba muy feliz de haber compartido el tramo de Camino conmigo ya que durante la mayor parte del camino no había podido platicar en español, cosa que si hizo conmigo. Yo que quería charlar en inglés…

En el tramo de hoy ha habido unas subiditas guapas, jejeje. Cada día me encuentro mejor de piernas y el hecho de que no haya excesivas bajadas, me satisface mucho.

En el PK 20, los BST me han dado alcance y nos hemos hecho una foto del grupo mientras ponían una cinta de la hermandad alrededor del punto kilométrico en cuestión. Los que faltan, que ayer estuvieron en Urgencias, han hecho el tramo en Bus porqué en la foto faltan algunos.

Al final, llegada triunfal a Arco do pino, o Pedrouzo. La población tiene dos nombres parece ser a tenor de las guías. Y andando, andando hasta que encuentro a los BST que están haciendo cola en el albergue. Ayer no pudimos encargar alojamiento porqué el único albergue privado que hay no coge reservas si no por riguroso orden de llegada. Al final, me he colado con el grupo de Sevilla pasando por delante de un montón de gente. El ir en muletas a lo mejor también me ha ayudado.

El albergue, el más bonito de los que he estado hasta ahora, dispone de dos plantas. A nosotros nos ponen arriba porqué el dueño nos comenta que para grupos numerosos es mejor la planta superior, ya que hay una especie de jardín que permite salir para no molestar a los que están descansando.

Una ducha, lavado de ropa y a comeeeer.

Carlos me ha enviado un SMS indicando donde estaban ya que, como en casi todos los albergues, hay pocas duchas ( solamente 2 ) para el gran número de gente que acude a ducharse a la misma hora.

Después de comer me he ido a echar un poco, pero con el cachondeo de un video de Harry Potter El Bananero, no ha sido posible dormir nada.

En el centro del albergue hay una fuente cuyo sonido resulta relajante. Además, tienen música ambiental. Las literas son de madera y lo tienen todo muy cuidado. Ciertamente, el mejor albergue en el que he estado y con diferencia.

En la primera planta duerme la parejita de italianos.

Por la tarde, mientras estaba escribiendo el diario en la terracita de un bar , han pasado de nuevo las dos chicas de Barcelona. Más o menos nos hemos ido encontrando cada día. De paso, pero con la alegría de saludar a alguna cara conocida.

En el pueblo están preparando una especie de fiesta Celta. Están engalanando las calles con unas tiras de ropas de colores y en una plaza he visto que estaban montando unas carpas. Que pena que no esté allí para poder verlo.

No se, pero por la tarde, viendo que solamente queda un tramo del Camino, me da una especie de pena. Ya estoy concienciado que esto, que era una ilusión, ha sido una realidad, mañana será un recuerdo. Si que estoy contento de que la lluvia haya brillado por su ausencia, cosa que de lo contrario me hubiera complicado bastante la existencia, pues en un camino con barro, el andar con muletas habría resultado una tarea complicadísima y peligrosa.

Sobre las 7, a la para sellar la credencial y la misa. Allí me entero que los más tocados de los sevillanos han cogido una pensión para poder acostarse cuando han llegado en bus, ya que el albergue abría sus puertas a las 12:30 y no estaban como para hacer cola. Parece que su estado de salud va mejorando.

Me animo yendo a cenar con Leticia. Me sorprende gratamente el nivel de la conversación que hemos mantenido, que hemos tenido que terminar por no llegar tarde al alojamiento. Una vez dentro, diercto a la segunda planta, donde estaban los BST haciendo un pequeño botellón. Me tocó beberme dos vasos de Valentín con Cola.

Ya acostado, repaso mentalmente el día y lo cierto es que ha sido intenso de verdad. Esto está tocando a su fin. Siento una pena grande ya que me lo estay pasando de aúpa.

Mañana, la refinitiva, y con lluvia todo el día según ELTIEMPO.ES…


4ª ETAPA MELIDE - ARZÚA

Camino de Santiago — Escrito por ebm @ 18:44

Hoy, tras madrugar como de costumbre, salgo todavía de noche para tomar un café con unas madalenas. Y como viene siendo costumbre, me han plantado delante un café con  leche. He estado a punto de bebérmelo sin quejarme pero al final, he decidido que yo quería un café y le pido amablemente a la camarera que me lo cambie. Como es el único bar que hay cerca de los albergues, está lleno de peregrinos.

Subsanado el error de la simpática sra y cuando ya empezaba a clarear el día, arranco a por las flechas amarillas. Hoy voy un poco espeso pero creo que se debe al orujo de hierbas que es un poco cabezón…

Parece mentira pero, pasito a pasito, ya estoy a cerca de 50 km de Santiago. Inmerso de lleno en el camino, lo cierto es que me lo estoy pasando estupendamente.

Y mientras ando y medito durante las primeras horas del día, me viene a la cabeza otra vez a los BST rezando el rosario.

Por cierto, que hoy he atravesado unos bosques de eucaliptos cuyo aroma me gustaría poder envasar para llevármelos a casa y poder olerlos cuando quisiera, de la misma forma que haces con una foto de un paisaje y después lo revives cuando miras la foto posteriormente. Pero no puede tadavía. Está por inventar.

El iPhone me daba agua en Arzúa a partir de las 12 y, por lo que parece, igual será verdad. La parte positiva es que las nubes taparán el sol y será más agradable el caminar.

Al rato de andar, me han adelantado la parejita de italianos que parece que lleven mi misma marcha ya que, aparte de haber dormido en  la misma sala, les he adelantado un par de veces en la etapa. Hay que ver, no hablan nada de español.

También me he cruzado con el brasileño del primer día, que sigue andando lento y fotografiando todo lo que encuentra a su paso. Hemos tenido mucha alegría de encontrarnos de nuevo.

La etapa ha sido cortita y he llegado a Arzúa el primero otra vez. Justo a la entrada de este pueblo (de más de 6000 habitantes), una señora que estaba cogiendo ciruelas de un árbol se ha empeñado en que me llevara una caja.  Yo le he hecho ver que no tenía donde ponerlas pero al final, me he tenido que comer un par de ellas delante de la sra para que quedara tranquila. Dicho sea de paso, eran dulces y sabrosísimas.

Pretendía coger albergue para todos pero resulta que el "Hermano mayor" y "cuñado" ya pidieron 18 camas por teléfono, para ellos,  Rufino con sus amigos y yo. (Corrección efectuada según comentario). Al final, también dormieron en el mismo albergue Laura y Sabrina

Mientras esperaba, tomándome una cervecita en un bar con WIFI, a que llegaran todos he descubierto un centro de fisioterapia. Me dieron hora para por la tarde  con el reto de repararme las piernas. Tengo la sensación que ayer se me metió el orujo en los gemelos y los cuádriceps y así voy yo hoy.

El cielo no amenaza agua pero no se ve el sol. El iPhone no iba desencaminado del todo…

Arzúa es un pueblo largo, muy largo. El albergue está justo a la entrada de la localidad, y para mañana, al salir, me tocará atravesar toda la villa. El Camino se ve claramente porqué la acera tiene un empedrado de otro color con unas conchas de latón cada 10 metros aproximadamente. Esto me recuerda que, durante los tramos de Camino que atraviesan algunas carreteras, éstas cambian el asfalto por un adoquinado marcando la dirección hacia Santiago. Lo tienen bien montado esto del Camino.

Toma de contacto con el albergue, y directos a un 4º piso con ascensor. Que gozada el no tener que subir escaleras. Mis piernas lo agradecen. Una ducha, cambio de ropa y, dado que el cielo amenaza agua, decido poner una lavadora y una secadora. Les pido algo de ropa a los del grupo para optimizar el lavado. No puedo poner una lavadora sólo con unos calcetines, unos gallumbos y una camiseta sudada. Es anti ecológico.

Cerca las 14:00, hemos ido a comer a una Pizzería. Mejor dicho, la pizzería pues es la única que existe en Arzúa. Allí me pido una pizza carbonara que por un error de cocina se retrasa un montón. La camarera explica que habían hecho espaguetis carbonara en vez de pizza. Compartiendo el local con un congreso de moscas, me sabe mal que los comensales no empiecen hasta que no esté mi plato delante, que tarde, pero acaba llegando.

Al pedir una cerveza antes de comer, ha resultado que delante del surtidor tenían un pequeño mostruario de cerveza ROSITA, una cerveza fabricada cerca de Tarragona de la cual una amiga mía es socia fundadora. Cuando la vea se lo contaré.

Ya habiendo comido, acudo al centro de fisios para ver que me pueden hacer. Me atendió una chica colombiana que me reparó bastante bien las piernas pero creo que lo hizo mejor la masajista de Portomarín. Eso si, las dos me arrancaron las lágrimas cuando pretendían deshacer las contracturas del gemelo izquierdo. Y, como la otra vez, el final feliz no entraba en el menú.

Al salir, con las piernas rejuvenecidas, me encuentro que está lloviznando. Dado que no cae mucha agua me decido a ir hacia la iglesia para sellar la credencial y de paso ver el pueblo. El cura, al ver que la credencial es de Tarragona, me manda un saludo para un amigo suyo que es escritor. Si algún día lo veo, se los daré, pero vamos, que no me suena el nombre. Durante el paseo por la localidad, me queda flipando de la cantidad de tiendas de chinos que hay. Y en las calles principales!!.  Esta gente está en todas partes, y a montones además…

De vuelta al albergue, decido parar en una tienda para comprar un pedazo de queso gallego, del de tetilla ahumado. Los quesos de Arzúa son demasiado cremosos para mi gusto según he podido probar al mediodía y el ahumado que tanto me gusta no es habitual en mi zona de residencia.

Al llegar al alojamiento, me encuentro que la señora de Menorca está tumbada con vómitos y diarreas, igual que un par de los sevillanos. Parece que hay una pasa de algún virus. Estamos todos acojonados ya que de los sevillanos ha caído un tercero. A los dos primeros les han llevado a urgencias, y a uno de ellos le han conectado un suero porqué estaba peligrosamente deshidratado. Parece que el camino se está cobrando sus tributos…

Alguien comentó que el pulpo de Melide estaba en mal estado. Yo comí en el primer local, pero en Ezequiel solamente probé un solo pedacito. No las tengo todas, no…

Por ello, decido ir al bar del albergue a comerme el queso regado con un riojilla. El alcohol debería matar todos los viruses que pueda tener. Y allí estaban Rufino con su amigo de Menorca tomando unos vinillos también.

En la terracita donde están las lavadoras y las secadoras, me encuentro con un señor de Vilafranca del Penedés que está haciendo el camino con su chica. Me explica que lo ha ido haciendo a tramos  durante algunos años y que ahora está caminando el tramo final. El tipo es un crac del video. Me enseña una pequeña cámara digital en HD que creo haría las delicias de cualquier video aficionado. Vaya virguería y que resolución que tiene la maquinilla en cuestión. El caso es que he podido hablar en catalán un rato, aunque con las chicas de Valencia también empleo este idioma.

Ya por la noche, mientras unos cuantos sevillanos están cubateando un poco delante del albergue, decido acostarme. Me tocó hacerlo debajo del “Jefe costaleros”. Viendo lo que le rodea y dado que él es el “hermano mayor” del grupo, si intento meterme en su pellejo creo que lo debe estar pasando mal al ver las bajas que está dejando el Camino: A mi derecha, el “torero” al que metido una banderilla en Urgencias. Delante de mí creo que es Joui que también ha pasado por el hospital. Y Juan Romero “el militar” que se ha hecho íntimo amigo del Sr. Roca. "Cuñao" que ya anda pero no puede ir con la mochila por precaución. No veas…

Con este panorama, le pido al Santo del camino que me salve de la enfermedad tal y como está haciendo de momento con mis pies, a los que no le han aparecido ampollas ni por asombro. Con el peso de la mochila y con las muletas, solamente me faltarían vómitos o ampollas en los pies. Ya estoy durmiendo a unos 40 km de Santiago, o sea, dos etapas y a abrazar al santo. Que me vengan las averías cuando ya haya llegado a la meta.

En fin, que sigo valorando muy positivamente la etapa de hoy y el Camino en general. Tantas y tantas vivencias, paisajes, aromas, gentes, sabores, risas… Y un tiempo maravilloso para reflexionar que en mi tierra no he sabido encontrar en mucho tiempo.

Mañana más y mejor.

Ah!, que el diario termina explicando que a media tarde he ido a un Súper a buscar unos bollitos de chocolate para la etapa de mañana y me he alegrado mucho de encontrar botellines de Font Vella, pero al salir y probarla, resultó que no es la misma agua que venden en TGN. O sea, que es de la misma marca pero de otra fuente. Un sabor distinto del todo. No me gustó nada por cierto.

Hoy, pasadas dos semanas del Camino,  no quería transcribir este último párrafo, pero quiero ser  bastante fiel al diario y el día que lo escribí me debió parecer digno de mencionar.

 


3ª ETAPA PALAS REL REY - MELIDE

Camino de Santiago — Escrito por ebm @ 18:10

Después de un descanso plácido, y justo abrir los ojos, toma de contacto con la realidad. Sigo pensando que es un sueño lo que estoy viviendo.

 Para hoy, me esperan unos aparentemente plácidos 15 kilometrillos. Me lavo la cara, los piños, reordeno lo mochila y a desayunar el café solo con un croissant. Parece mentira que la gente no entienda lo que es un café. Ayer ya me pusieron un café con leche cuando yo había pedido un simple café. Debe ser anormal esto de pedir un café a las 6:45 de la mañana…

Empiezo la caminada el primero de todos cuando ya hay luz de día, lo que me demuestra que hoy voy más tarde que los otros días. Incluso más tarde que la primera jornada, justo cuando bajé del tren.

La salida de Palas te hace dar unas vueltas que yo creo resultan innecesarias, pero todo sea por seguir las flechas amarillas.

Una buena cuesta justo salir de Palas y un recorrido muy cercano a alguna carretera nacional a tenor de los ruidos de camiones que se oyen. La etapa parece menos rural que las dos que he hecho de momento aunque discurre buena parte del trayecto por caminos. Pero repito, se escuchan camiones y coches no muy lejos.

Me encanta andar a primera hora de la mañana, cuando el sol está empezando a salir, puesto que disfruto de unos paisajes fotogénicos al 100 por 100. Los aromas también hacen que cada vista del terreno sea distinta, pues se une al sentido de la vista el sello único del olfato. Son 4 dimensiones. 

Uno de los detalles que me chocan es que veo zonas de cereal (trigo) todavía sin segar pero envuelto, perimetralmente en el campo, por maíz. En mi tierra esto no se estila. También veo campos sembrados con patatas pero lo curioso es que hay unos caballones en el que las plantas todavía están verdes y otro entremedio en que las plantas ya están secas a punto de recolectar. Deben sembrarlos en distintas épocas, o bien, distintas especies. (Ya veo que me ha salido la venada de agricultor que llevo dentro, pero debía ser fiel a mi diario).

A medio camino, la avanzadilla de los sevillanos me ha dado caza.

He andado un rato con Yolanda y Eva, dos chicas de BCN.Y también he andado con un trío de belgas que me han permitido perder comunicarme la lengua francesa. Primero lo he intentado en inglés, como de costumbre, pero creo que me desenvuelvo mucho mejor en la lengua de Balzac.

Sigo alucinando con el “Buen Camino “. Tanto costaría que todo el mundo deseara algo bueno al prójimo ??. Me parece estar viviendo algo.

Poco antes de llegar a Melide, he compartido el Camino con dos muchachas, una de San Sebastián y la otra de Australia. Me han comentado que llevan 23 días andando desde Roncesvalles. Menuda marcha que llevan. Para hoy dicen que dormirán en Arzúa, o sea, el doble que lo que pretendo hacer hoy… La australiana tiene unas piernas excepcionalmente largas, y cuando deciden dejar mi ritmo y coger el suyo, me ha dado la impresión de que era Correcaminos. Madre mía que zancadas…

Llego a Melide sobre las 12 horas y, en la primera terraza del pueblo, me encuentro al “Cuñao” y a los dos del BST que me han adelantado. Parada y fonda para tomar un aquarius y reponer sales. Con uno quedo corto con lo cual repito. Hoy se ha sudado mucho por el sol que hacía.

Cuando han llegado todos los sevillanos he asistido, atónito, a lo que yo creía que ya no existía. El “Jefe “ se ha puesto de pie, ha hecho un gesto de círculo con los dedos, y todo el grupo se ha puesto formando un círculo. Y acto seguido, se han puesto a rezar el Ángelus. Me he quitado el gorro en señal de respeto y les he acompañado en la oración. Creo que habrá un antes y un después de hoy. Mi cabeza no daba crédito a lo que veían mis ojos. ¿Cómo puede ser que esta gente, con lo cachondos y bebedores que son, puedan ser tan católicos? Me han dejado fuera de juego…

Mientras íbamos en busca del albergue, hemos pasado por delante de una pulpería y por delante de Casa Ezequiel, otra pulpería que todos dicen que es parada obligada.

Llegamos al albergue y, por no hacer cola en el público, me voy al privado que queda justo delante. Antes no han abierto el público, ya estoy duchado y con la ropa limpia y tendida. Allí me encuentro con una sra que hace el camino con su hijo y que ya habíamos coincidido en una etapa anterior. Dormimos todos en la misma sala. Incluso la parejita de italianos con los que ya compartí habitación la primera noche. Más tarde, apareció también Rufino con su esposa. Hay que ver, con Rufino compartí una fracción del primer tramo, le vi en el segundo y comparto albergue en el tercero.

Siguiendo las instrucciones de Paco el valenciano, “ hay que ir a comer pulpo a casa Ezequiel “, pero vamos primero a otra pulpería, A Garnacha,  en la que nos han ofrecido pulpo al pasar por delante y dicho sea de paso, porqué Ezequiel está lleno a rebosar.

Como ya dije en la etapa del viaje, el peregrino, con tal de satisfacer al Santo, hará lo que haga falta por poder llegar a los pies del Santo, por lo tanto, hay que atacarle al pulpo para que no desfallezcan las fuerzas.

La pulpería se compone de mesas (muchas) para unas 8 personas con bancos en ambos lados en vez de sillas. Me senté con Juan y Pablo ( creo, ya que me lío con los nombres )en una mesa dado que no cabíamos todos en una. Dos raciones dobles de pulpo y unos pimientos del Padrón. Ah! y unas patatas asadas también.  Y un Ribeiro acojonante de frío y bueno.

Todo esto antes de ir a Casa Ezequiel, donde pude comprobar con pena que no valía la pena haber salido de la primera pulpería. Allí invité a los BST a una botella de orujo herbal ( de hierbas ). A la salida, y pasando por delante de un Súper, entramos a comprar; nada de comida, solamente bebida. Yo cogí una botellita de orujo amarillo para no andar haciendo cambios a medio beber.

Ah!, por cierto, que en el Súper donde paramos a buscar algo de beber, pude ver un concurso de Míster camiseta mojada con Nenuco.  Es una modalidad nueva donde, en vez de agua, se emplea Nenuco. Hay que ver a Juan como cambia con el polo pegado a la espalda y atufando a bebé, jejeje.

Y, para colmo, en el botellón a puertas del albergue público, me encuentro a un Mosso d’Esquadre de Reus (localidad un poco rival de Tarragona en según que cosas) que anda haciendo el Camino en bici. Él llegará mañana a Santiago, pero a mi todavía me quedan dos ó tres días. El puñetero se ha engullido un vaso grandote de orujo herbal de un solo trago, haciendo la versión castellana del “ Sant Hilari “…

Al final, después de haber ido a la iglesia a sellar pero no habiendo conseguido el objetivo por estar ésta en obras, me voy a la pulpería  A Garnacha con las dos valencianas y la madrileña del CNP a cenar. Repito de pulpo y ribeiro igual que al mediodía. Que delicia para el paladar …

Una vez en el albergue, me fui a tomar una cerveza con la parejita de italianos.

Por cierto, que a la llegada al albergue cerca de las 11 de la noche, había un individuo quemando palitos de incienso  y que me dijo que había hecho el camino 6 veces. Yo creo que iba pasado de cigarrillos de la risa o de cerveza, pero pretendía venderme que las piedras tenían los mismos derechos que las personas, y que, todas las piedras que había en el muro donde estábamos sentados estaban allí en contra de su voluntad. Que no habían tenido ocasión de decidir si querían o no estar allí, en el muro. No queráis saber lo que le contesté antes de que saliera del albergue público una señorita pidiéndonos que respetásemos  el silencio y el descanso del peregrino…

Ahora, mientras estoy escribiendo este texto me doy cuenta que solamente puedo transcribir una pequeña parte de las experiencias vividas. Hay tantas y tantas sensaciones y vivencias  en un solo tramo que no puedo transmitir al papel el recuerdo de todo lo vivido. Me queda en la mente a mí, que lo he disfrutado.

Os aseguro que este Camino me está dando más de lo que me esperaba.

Bendito camino …

Para mañana, veremos que nos espera. A priori me gustaría hacer unos 25 km, pero veremos que hacemos. Y es que como estoy medio apadrinado por los BST, creo merece la pena pensar en el grupo y no en mi mismo.

Que suerte he tenido en encontrar a tantos y buenos peregrinos. La pena es que Paco, el Valenciano, hoy ha hecho el doble de km y ya debe dormir en Arzúa, como la australiana. Ya no le veré más dado que llegará a Santiago uno o dos días antes que yo.

Al acostarme, y con los ojos cerrados,  un breve repaso a la jornada y llego a la conclusión que el día ha merecido la peña con mucho. No salgo de mi asombro por la religiosidad de los sevillanos. Yo que he trabajado mucho tiempo en un colegio de religiosas y en un convento, y no había vivido algo así en mi vida. Cuantas cosas me está enseñando el camino …!!!!

Por cierto, le pido perdón a Maripili por si mi actitud no fue políticamente correcta. Hay cosas que se pueden atribuir al Ribeiro, o al orujo de hierbas…

En fin, que mucha de espiritualidad, mucha risa, mucho beber y muchas más experiencias…

Camino 100X100

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