EGIPTO - El faraón era una mujer
HALLAZGO | HATSHEPSUT, LA REINA OLVIDADA DE EGIPTO
Tuvo más poder que Cleopatra y Nefertiti. Se vestía como un hombre, llevaba barba postiza y se autoproclamó faraón. Murió de una infección hace 3.500 años y su legado fue destruido. Una reciente investigación ha demostrado que la enigmática momia encontrada en 1902 por Howard Carter en el Valle de los Reyes es la reina Hatshepsut. Se trata del hito arqueológico más importante en Egipto desde el descubrimiento de la tumba de Tutankamon. Una pareja de investigadores españoles cuenta a Magazine cómo llevaron a cabo el hallazgo. Su trabajo se podrá ver el próximo 3 de diciembre en el documental «La reina perdida de Egipto», de Discovery Channel.
Por Francisco J. Martín y Teresa Bedman
Más poderosa que Cleopatra o Nefertiti, Hatshepsut tomó posesión del trono durante la minoría de edad de su joven hijastro, vistiéndose como un hombre y llegando a proclamarse «Señora de las Dos Tierras» mediante ofrendas a los dioses en el templo de Karnak, como hacían los reyes. En una actuación política sin precedentes, se declaró a sí misma como faraón a los 22 años de edad. Provenía de un linaje de mujeres política y socialmente fuertes, no en vano, su abuela Amosis-Nefertari, influyó poderosamente en el reinado de su marido, el faraón Amosis I. Aunque su poder alcanzó todos los lugares de Egipto y su reinado fue muy próspero, el legado de Hatshepsut fue sistemáticamente borrado de la historia de Egipto. Los registros históricos fueron destruidos, los monumentos derribados y su momia retirada de su tumba. Su muerte también está rodeada de misterio.
La reina perdida. La búsqueda del cuerpo se inicia en el Valle de los Reyes, lugar donde se encuentra la tumba original de la reina (en nomenclatura KV20), a 300 pies bajo el suelo, el equivalente a 35 pisos. Nos adentramos en ella de la mano del veterano arqueólogo egipcio Zahi Hawass, y nos encontramos que está en muy mal estado y a punto de derrumbarse. Durante dos días, los operarios egipcios trabajan cuidadosamente retirando piedra del túnel hasta que de pronto se revela la cámara. Entramos junto a Hawass en la tumba, la primera de las construidas en el Valle de los Reyes, y notamos la dificultad de respirar por la falta de oxígeno. Entrar en la cámara mortuoria de Hatshepsut es impresionante, ya que aquí se depositaron su momia y su sarcófago hasta que sus sacerdotes trasladaron los restos a otro lugar desconocido huyendo de los frecuentes saqueos.
Como en cualquier búsqueda de una persona desaparecida, el equipo de expertos construye un retrato robot de Hatshepsut para facilitar su localización. La reina murió cuando tenía entre 40 y 50 años, tenía grandes ojos con una notable separación entre sí, la nariz aguileña y el rostro en forma de corazón. Debido a su linaje real, debía estar envuelta en lino y tener su brazo derecho doblado hacia el pecho, como signo inequívoco de realeza.
Con estos datos, nos trasladamos junto a Hawass a la tumba KV60, cercana a la tumba de la reina y descubierta en 1903 por Howard Carter. En ella se hallaron dos momias; la niñera de la reina, Sat-Ra, que fue trasladada al Museo del Cairo, y otra sin identificar, en perfecto estado y que pertenece a una mujer de complexión fuerte. Guiado por su intuición, Hawas decide trasladar esta última al Museo de El Cairo para someterla al escáner y comprobar si se trata de Hatshepsut. Su decisión está reforzada por el hallazgo de una máscara en la misma tumba que representa una cara de mujer –originariamente recubierta de un oro que fue seguramente arrancado por ladrones– y en cuya barbilla se encuentran unos agujeros donde iba ubicada la barba ritual de faraón.
Para ampliar la búsqueda, nos dirigimos a la tumba DB320, un gran almacén de momias donde se han encontrado casi todos los parientes directos de la reina: su padre, su marido y sus abuelos. Esta tumba será de vital importancia para realizar las pruebas de ADN que demuestren el parentesco de nuestra momia con sus antepasados. Por ello, Hawas decide trasladar al Museo de El Cairo dos momias sin identificar que fueron encontradas en este lugar, donde además se halló una caja de madera con el nombre de Hatshepsut inscrito en ella y que contiene las vísceras de la reina. Por tanto, nos encontramos con cuatro momias candidatas: dos halladas en la KV60, esto es, la supuesta niñera de la reina, y otra sin identificar de complexión fuerte y muy bien conservada. Las otras dos momias proceden de la tumba DB320; una de ellas tiene el rostro desencajado y la boca totalmente abierta mostrando un intenso dolor, mientras que la otra momia está sumida en un sueño plácido.
El doctor Francisco Martín, director de la expedición española que trabaja desde el año 2000 en Deir-el-Bahari –en la orilla occidental del Nilo, frente a Luxor, donde se encuentra el templo funerario de Hatshepsut– muestra al equipo de Discovery Channel un hallazgo único: una cámara secreta. Se emplaza bajo el templo de la reina donde se esconde el techo astronómico más antiguo de la Humanidad. Nuestras investigaciones nos llevan a creer que en ella se realizó una ceremonia místico-religiosa en la que Sen-en-Mut, consejero, arquitecto de la reina y un hombre de gran poder e influencia, adquiere carácter real y queda unido a su soberana para siempre en el más allá. La interpretación de los bajorrelieves y los jeroglíficos de la cámara secreta, escritos con retroescritura (sólo se pueden leer si se conoce este sistema secreto de los antiguos egipcios que consiste en colocar un espejo y leer la imagen que proyecta en él), nos está ayudando a comprender mejor la historia de una mujer inteligente, carismática y de gran belleza cuyo reinado estuvo sustentado por el apoyo de Sen-en-Mut, verdadero poder en la sombra, que pudo ser rey de Egipto. Creemos que este hombre no sólo asesoró a la reina, sino que la amó profundamente, ya que gozaba de una importancia y privilegios sin precedentes.
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