El centro de Lisboa cede por falta de agua del subsuelo
TEXTO Y FOTO BELÉN RODRIGO CORRESPONSAL
LISBOA. ¿Qué pensaría el marqués de Pombal, ilustre
primer ministro portugués del siglo XVIII, si saliese de su tumba y
viese el estado de su querida Baixa lisboeta? La zona pombalina, que
hace honor a su nombre, fue diseñada por el que ha sido uno de los
políticos más significativos de la historia lusa, para recuperar la
capital portuguesa tras sufrir un intenso terremoto en 1755.Un cuarto de siglo después, las casas pombalinas están
cediendo en altura, hay riesgo de que los sustratos romanos se
pulvericen y, de forma continua, se parten las tuberías de los
edificios. La falta de humedad bajo tierra está causando un daño
irremediable a la ciudad de las siete colinas, un hecho que parece
pasar inadvertido a quienes tienen su control.
Casas abandonadas
Un paseo por el Rocío, Rua Augusta o la Plaza del
Comercio es uno de los grandes atractivos de la capital portuguesa.
Para quien anda por estos lugares llama la atención el abandono de
muchas de las casas, el mal estado de las mismas y la falta de vida a
partir de las siete de la tarde, hora de cierre de los comercios.
La que fuera la parte esencial de la ciudad, a donde
llegaban los grandes señores con sus barcos cargados de especies y
piedras preciosas procedentes de la India primero y de Brasil después,
es hoy motivo de preocupación por varias razones. La principal, y la
que peores consecuencias puede traer, es el problema del agua.
Gonzalo Ribeiro Telles, pionero de la arquitectura
ambiental en Portugal, lanza un grito para alertar acerca de esta
situación: los sustratos se encuentran secos y la falta de humedad está
provocando que los edificios vayan cediendo en altura. Puede parecer
contradictorio, al tratarse de una ciudad ubicada junto al mar, pero
«el lodo que se encuentra en los sustratos ha absorbido todo el agua
que corría por la ciudad».
La Baixa pombalina fue construida sobre los escombros de
la Lisboa que se evaporó con el terremoto. «Esta falta de agua provoca
que los espacios que existen entre las ruinas vayan desapareciendo, hay
una comprensión de espacio y los edificios van cediendo para abajo».
Uno de los efectos inmediatos, que sufren muchos lisboetas, es el de la
rotura de las tuberías. «Estos movimientos de las estructuras de los
edificios, al ceder, provocan muchas averías, especialmente las
tuberías», aclara el arquitecto. Además en las primeras capas del
subsuelo se encuentran todavía hoy ruinas romanas, en piedra, «que sin
humedad se convierten en polvo». Se puede comprobar perfectamente en el
edificio del Banco de Portugal, que está cediendo, «y existe una gran
preocupación al respecto».
Avisa sobre la urgencia de elaborar un nuevo plan de
ordenamiento urbanístico que debía haber sido renovado, por ley, en
2004. «En Lisboa, como ocurre en muchas otras ciudades, los políticos
actúan en función de las siguientes elecciones y nunca ha habido
posibilidad de incorporar una estrategia y un plan para salvar la
ciudad». Todos los proyectos que aparecen para recuperar la Baixa se
olvidan del problema de la circulación del agua. Tanto que hasta
incluyen construcciones nuevas que empeoran la situación. «Si se
construyen todos los estacionamientos que están previstos en la Avenida
da Liberdade, este problema va a agravarse muy rápidamente». Debería de
ser prioritario la elaboración de un plan de ordenamiento urbanístico
que contemplase esta problemática, así como encontrar un equilibrio
entre el agua de la lluvia y el agua dulce de los valles.
Además está otro problema añadido, el de la estación de
metro que se empezó a construir hace años, junto a la desembocadura del
río y que ha tenido que ser continuamente interrumpido por la dudas
sobre su viabilidad.
La cuestión es saber si los movimientos del mar,
inconstantes y difíciles de prever, pueden provocar un derrumbamiento
de los diques. Y por si fuera poco, acaban por impedir el paso de la
poca agua que se infiltraba por el suelo.
Algunos edificios históricos están perdiendo altura por
la sequedad del nivel freático y muchos inmuebles se han agrietado _ El
barrio fue construido sobre los escombros del terremoto de 1755
Una vista del barrio lisboeta de la Baixa
http://www.abc.es/20061226/cultura-patrimonio/centro-lisboa-cede-falta_200612260253.html