PORS

18 Jul 2009

Quants cops deixem de fer coses per por.   Quants somnis s’han escapat per pors.   Quantes paraules s’han esborrat per por.   Quantes coneixences hem perdut per por  

 

Aquells racons del record ens envolten de pors. De les pors continuades que em tingut, que no em sabut superar.

Pors, sempre pors   

 

Pensem que sense aquestes pors la nostra vida seria millor, al menys diferent.   I sempre el diferent es millor, això creiem.  

 

Potser no som nosaltres els diferents?.   Potser no som nosaltres millors?.   Potser.... les nostres pors.... son decisions.    Potser fins i tot son encertades. 

Potser no es por, es saviesa.   

 

Decidim. Decidim per nosaltres.


 

Premio Relato Corto 2005- el hij..put....

17 Jul 2009

Corre esta leyenda urbana por internet, del premio de relatos cortos de 2005. No he encontrado que premio se llevó, seguramente ninguno. El mejor premio es la inserción del relato en infinidad de blogs y correos electrónicos. Hace poco, grácias a un amigo, regresó a mi bandeja de entrada. Es una reflexión a la sociedad actual, donde los valores y la educación brlla por su ausencia.

EL HIJO PUTA

Estaba sentado el otro día delante de mi ordenador cuando me acordé que tenía que llamar por teléfono a un compañero. 
Descolgué el auricular y marqué el número de memoria. 
Me contestó un tipo con muy mal humor diciendo: 

 -'¿Qué quiere?'. 
 -'Soy Ignacio Martínez, ¿podría hablar con Roberto Espárrago?' dije amablemente. 
- 'Te has equivocado, gilipollas', me respondió y acto seguido  colgó. 

No daba crédito a lo que me estaba ocurriendo. Cogí mi agenda  para buscar el número de mi compañero y comprobé que,  efectivamente, me había equivocado.  
Pero como aún recordaba el número 'erróneo' que había marcado  anteriormente, decidí volver a llamar a aquel tipo y cuando me  cogió el teléfono no esperé a que contestase y le dije:
 - 'Eres un  hijoputa', y colgué rápidamente. 

Inmediatamente apunte aquel número en mi agenda junto a la  palabra 'hijoputa'.  
Cada dos o tres semanas, cada vez que estaba cabreado porque me  llegaba una letra inesperada, o un aviso de multa, o discutía  con mi mujer, o alguna situación por el estilo volvía a llamarlo  y sin dejarle contestar le decía: 'Eres un hijoputa'.  
Esto me servía de algún modo como terapia y me hacía sentirme  mucho más relajado.  Unos meses después, la maldita Telefónica introdujo el servicio  de identificación de llamadas, lo cual me deprimió un poco  porque tuve que dejar de llamar al 'hijoputa'.  

Pero de repente, un día se me ocurrió una idea: Marqué su número  de teléfono y cuando escuché su voz le dije: 'Hola, le llamo del  departamento de ventas de Telefónica para ver si conoce nuestro  servicio de identificación de llamadas'. 

- 'No'- me dijo el tío grosero, y me colgó el teléfono.  
Rápidamente lo volví a llamar y le dije: 'Eres un hijoputa'. 
Un mes después, estaba yo esperando con mi coche a que una  anciana saliera de la plaza de aparcamiento del Hipercor. Esta  lo hacía muy lentamente y cuando terminó la maniobra y me  disponía yo a ocupar la plaza libre, apareció un Golf GTI negro  a toda velocidad y se metió en el hueco que iba yo a ocupar. 
Comencé a tocar el claxon y a gritar:  


- '¡Eh, oiga!, ¡que estaba yo esperando!, ¡no puede hacer eso!'. 


El tipo del Golf se bajo, cerró el coche y se fue hacia el  centro comercial ignorándome como si no me hubiera oído. Yo me  quedé completamente frustrado y pensé: 'Este tío es un hijoputa.  El mundo está lleno de ellos'. 

Justo en ese momento vi un letrero de 'SE VENDE' en el cristal  de atrás del Golf. Lógicamente anoté el número y me fui a buscar  otra plaza de aparcamiento. 
A los dos o tres días, vi en mi agenda el número del 'hijoputa'  y me acordé que había anotado el número del tipo del Golf. 

Inmediatamente le llamé y le dije: 

- 'Buenos días. ¿Es usted el dueño del Golf GTI negro que se  vende?'  
- 'Sí, yo mismo'  
- '¿Podría decirme donde puedo ver el coche?'  
- 'Sí, por supuesto. Yo vivo en la calle de Don Ramón de la Cruz  esquina con Montesa, es un bloque amarillo y el coche está  aparcado justo enfrente de la casa'  
- '¿Cómo se llama usted?' 
-Enrique Juárez'  -'¿Que hora sería la mejor para encontrarme con usted y  discutir los detalles de la operación, Enrique?'. - 'Pues yo suelo estar en casa por las noches'.  - '¿Puedo decirle algo, Enrique?' - 'Si, claro' 
 - 'Enrique, eres un hijoputa de la hostia', y colgué el teléfono. 

Inmediatamente después de colgar anoté el número en mi agenda al  lado del otro, pero en este puse el nombre de 'hijoputa II'. 
Ahora tenía dos 'hijoputas' para llamar y así estuve durante dos  o tres meses, llamando ahora a uno, ahora a otro; hasta que  comenzaba a aburrirme un poco. 
Me puse a pensar en serio sobre como resolver este problemilla y  al cabo de un par de whiskys se me ocurrió algo. Primero llamé  al 'hijoputa I':  


 - 'Dígame' 
 - 'Hola hijoputa' - pero esta vez no colgué. 
 - '¿Estas ahí todavía, verdad, cabrón?' 
 - 'Si, hijoputa'. 
 - 'Deja ya de llamarme o...' 
 - 'Noooooo'. 
 - 'Si supiera quien eres te rompía la boca', me dijo. 
 - 'Me llamo Enrique Juárez y si tienes cojones vienes a  buscarme. Vivo en la calle Don Ramón de la Cruz esquina Montesa,  en un bloque amarillo, justo en la puerta donde hay aparcado un  Golf GTI negro, so hijoputa' 
 - '¡¡¡Ahora mismo voy para allá!!! Tu sí que eres un hijoputa y  ya puedes ir rezando todo lo que sepas. Te voy a matar a  hostias' 
 -  '¿Sí?. ¡Que miedo me das, hijoputa!' y colgué el  teléfono. 

 Inmediatamente llame al hijoputa II: 
 - 'Dígame' 
 - 'Hola hijoputa' y no colgué. 
 - 'Como te pille algún día...' 
 - '¿Que me vas a hacer, hijoputa?' 
 - 'Te voy a patear las tripas, pedazo de cabrón' 
 - '¿Sí?, pues a ver si es verdad, hijoputa. Ahora mismo voy  hacia tu casa' y colgué. 
 Por ultimo, cogí el teléfono y llame a la policía. Les dije que  estaba en la calle Don Ramón de la Cruz esquina con Montesa y  que iba a matar a mi novio homosexual en cuanto llegara a casa. 

 Luego hice otra llamada rápida a 'Madrid directo' y les dije que  iba a haber una pelea de pandillas en la calle Don Ramón de la  Cruz esquina Montesa. 

Y entonces me monté en mi coche y me fui para allá a toda leche.  Te juro que es una experiencia que nunca olvidaré. La mayor  pelea que he visto en mi vida. Hasta los cámaras de Telemadrid  se llevaron lo suyo. 

 En fin, después de esto espero que cuando te llame por teléfono  me contestes en tono amable. 

 Ya sabes, no es bueno que yo me irrite.

 


 

El hijo preferido y los padres de hoy

7 Jul 2009

HIJO PREFERIDO   Cierta vez preguntaron  a una madre cuál era  su hijo preferido,  aquel que ella  más amaba.Y ella, dejando entrever  una sonrisa, respondió:  
Nada es más voluble que  un corazón de madre.
Y, como madre, le respondo: E hijo dilecto, aquel a quien  me dedico de cuerpo y alma...Es mi hijo enfermo, hasta que sane El que partió, hasta que vuelva. El que está cansado, hasta que descanse El que está con hambre, hasta que se alimente. El que está con sed, hasta que beba El que está estudiando, hasta que aprenda El que está desnudo, hasta que se vista El que no trabaja, hasta que se emplee. El que  se enamora, hasta que se case. El que se casa, hasta que conviva. El que es padre, hasta que los críe. El que prometió, hasta que cumpla. El que debe, hasta que pague. El que llora, hasta que calle.  Y ya con el semblante bien distante de aquella sonrisa, completó: El que ya me dejó...hasta que lo reencuentre...    

LA NUEVA GENERACION DE PADRES DE FAMILIA    Somos de las primeras generaciones de padres decididos a no repetir con los hijos los mismos errores que pudieron haber cometido nuestros progenitores. Y en el esfuerzo de abolir los abusos del pasado, ahora somos los más dedicados y comprensivos, pero a la vez los más débiles e inseguros que ha dado la historia. Lo grave es que estamos lidiando con unos niños más "igualados", beligerantes y poderosos que nunca existieron. Parece que en nuestro intento por ser los padres que quisimos tener, pasamos de un extremo al otro. 

Así que, somos los últimos hijos regañados por los padres y los primeros padres regañados por nuestros hijos.Los últimos que le tuvimos miedo a nuestros padres y los primeros que tememos a nuestros hijos. Los últimos que crecimos bajo el mando de los padres y los primeros que vivimos bajo el yugo de los hijos. Lo que es peor, los últimos que respetamos a nuestros padres, y los primeros que aceptamos que nuestros hijos no nos respeten. En la medida que el permisivismo reemplazó al autoritarismo, los términos de las relaciones familiares han cambiado en forma radical, para bien y para mal.  En efecto, antes se consideraban buenos padres a aquellos cuyos hijos se comportaban bien, obedecían sus órdenes y los trataban con el debido respeto. Y buenos hijos a los niños que eran formales y veneraban a sus padres.Pero en la medida en que las fronteras jerárquicas entre nosotros y nuestros hijos se han ido desvaneciendo, hoy los buenos padres son aquellos que logran que sus hijos los amen, aunque poco los respeten. 

 Y son los hijos quienes ahora esperan el respeto de sus padres, entendiendo por tal que les respeten sus ideas, sus gustos, sus apetencias, sus formas de actuar y de vivir. Y que además les patrocinen lo que necesitan para tal fin. Como quien dice, los roles se invirtieron, y ahora son los papás quienes tienen que complacer a sus hijos para ganárselos, y no a la inversa, como en el pasado.Esto explica el esfuerzo que hoy hacen tantos papás y mamás por ser los mejores amigos de sus hijos y parecerles "muy cool" a sus hijos.  Se ha dicho que los extremos se tocan, y si el autoritarismo del pasado llenó a los hijos de temor hacia sus padres, la debilidad del presente los llena de miedo y menosprecio al vernos tan débiles y perdidos como ellos.Los hijos necesitan percibir que durante la niñez estamos a la cabeza de sus vidas como líderes capaces de sujetarlos cuando no se pueden contener y de guiarlos mientras no saben para dónde van.   Si bien el autoritarismo aplasta, el permisivismo ahoga. Sólo una actitud firme y respetuosa les permitirá confiar en nuestra idoneidad para gobernar sus vidas mientras sean menores, porque vamos adelante lidereándolos y no atrás cargándolos y rendidos a su voluntadLos hijos necesitan percibir que durante la niñez estamos a la cabeza de sus vidas como líderes capaces de sujetarlos cuando no se pueden contener y de guiarlos mientras no saben para dónde van.   Si bien el autoritarismo aplasta, el permisivismo ahoga. Sólo una actitud firme y respetuosa les permitirá confiar en nuestra idoneidad para gobernar sus vidas mientras sean menores, porque vamos adelante lidereándolos y no atrás cargándolos y rendidos a su voluntad.

¿Como lo veis?


 

Solución para la crisis

3 Jul 2009



Es agosto, una pequeña ciudad de costa en plena temporada; cae una lluvia torrencial hace varios días, la ciudad parece desierta.

Todos tienen deudas y viven a base de créditos. Por fortuna, llega un ruso forrado y entra en un pequeño hotel con encanto. Pide una habitación. Pone un billete de 100€ en la mesa del recepcionista y se va a ver las habitaciones.

El jefe del hotel agarra el billete y sale corriendo a pagar sus deudas con el carnicero.

Éste coge el billete y corre a pagar su deuda con el criador de cerdos.

A su turno éste se da prisa a pagar lo que le debe al proveedor de pienso para animales.

El del pienso coge el billete al vuelo y corre a liquidar su deuda con la prostituta a la que hace tiempo que no paga. En tiempos de crisis, hasta ella ofrece servicios a crédito.

La prostituta coge el billete y sale para el pequeño hotel donde había traído a sus clientes las últimas veces y que todavía no había pagado. Entrega el billete de 100€ al dueño del hotel, y liquida sus deudas.

En este momento baja el ruso, que acaba de echar un vistazo a las habitaciones, dice que no le convence ninguna, coge el billete que había dado antes, y se va de la ciudad.

Nadie ha ganado un duro, pero ahora toda la ciudad vive sin deudas y mira el futuro con confianza!



MORALEJA: SI EL DINERO CIRCULA SE ACABA LA CRISIS.

 

 


 
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