En el municipio de Yotoco, por donde se construirá la doble calzada Buga-Buenaventura, se hallaron restos arqueológicos que, según los expertos, datan de unos 1.000 a 2.000 años antes de Cristo.

Los arqueólogos se encontraron con dos tumbas, con dos vasijas completas y con cerca de 3.000 fragmentos de piezas de cerámica que ahora tratarán de dibujar para reconstruirlas.

A la altura del kilómetro 98, por la parte trasera de la reserva forestal de Yotoco, descubrieron  un petroglifo, aquellas representaciones que nuestros antepasados dejaron grabadas en  las rocas. En este caso se vislumbra una interpretación del cosmo.

Hay preocupación porque la doble calzada, que será una variante a Buenaventura, pasará a 30 metros del petroglifo y la idea es preservarlo, que la gente no se baje del auto a tocarlo y en el peor de los casos, a rayarlo.

El hallazgo no es producto de la casualidad. Alexánder Clavijo, arqueólogo del Instituto para la Investigación y la Preservación del Patrimonio Cultural (Inciva), dice que a raíz de las obras levantaron un estudio de prospección  arqueológica en la zona a intervenir.

Determinaron 30 sitios, cinco de ellos clasificados como muy importantes y en diciembre pasado comenzaron con las excavaciones.

 La Ley General de Cultura establece el desarrollo de actividades de arqueología preventiva con todas las entidades que adelantan obras de infraestructura a nivel nacional.

En la Cordillera Occidental, entre los ríos Calima y Dagua, entre el 1500 A.C. y el 1600 D.C. estuvo asentada la cultura Calima de la que se han identificado tres periodos: Ilama, Yotoco y Sonso.

El arqueólogo Clavijo dice que los hallazgos hacen parte de los tres periodos. Encontraron también cuchillos, raspadores, fragmentos de una piedra donde pilaban el maíz y otra piedra para molerlo, elementos que estaban muy cercanos al sitio donde descubrieron las mesetas dedicadas a la agricultura. Lo que, según los expertos, implica que una vez cultivado procedían a moler el cereal y que hacía parte de su dieta diaria.

Otra exploración que tiene asombrados a los arqueólogos son las mesetas, una especie de terrazas precolombianas para el manejo de los cultivos. Sembraban de arriba hacia abajo, haciendo franjas de drenaje.

"Lo detectamos en el piso. De lejos se ven esas zanjas que suben de la parte más baja a la más alta porque esta zona es rica en aguas y así era más fácil drenarla", señala Clavijo.

Algunas de las piezas serán sometidas al C-14. La prueba se realizaráen Estados Unidos para determinar la cronología del sitio.

 

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