Un punt de vista

29 Jul, 2011


1ª ETAPA: DE SARRIA A PORTOMARÍN

Camino de Santiago — Escrito por ebm @ 13:04

La etapa de hoy tiene su inicio justa bajar del tren, o sea, que lo que me desplace ahora y durante los próximos días, Dios mediante, se hará mediante el primer medio de transporte que existió, o sea, a pie o bien andando, pateando, andandiri o de cualquier sinónimo que se le quiera encontrar. Entro en el bar de la misma estación en busca del sello pertinente no sin antes tomarme un café con un croissant. Después del largo viaje ya empezaba a tener hambre.

Una brisa fresca me roza la cara y me da mucha alegría pues creo que la fresca es buena para andar mucho más que el calor del sol.

Son las 7:15 y empiezo preguntando, ilusamente, como se llega a Santiago. Me indican una carreterita que me hace pensar que me han tomado el pelo ya que todos los otros peregrinos caminan en otra dirección. Le hago caso al indicante y ciertamente, a 300 metros ya empiezo a encontrar las flechas amarillas que me irán acompañando durante toda la jornada. Mientras ando, muchos interrogantes en los primeros kilómetros, dado que la cabeza va pensando: ¿Seré capaz de andar los 110 Km con la pesada mochila más el agravante de tener que emplear las 2 muletas? ¿Encontraré la cantidad de agua que necesito durante la jornada? ¿Encontraré dónde dormir cuando llegue a final de etapa? ¿Aguantaré hoy los más de 20 km que me separan del final de etapa? Menos mal que no me hago mucho caso y sigo andando…

Al rato de empezar a caminar me encuentro con la señal de 110 Km, y según el GPS ya lleva algo más de 2 andando…

Justo al salir de Sarria ya empieza la subida, que he ido encarando con alegría. La pierna me funciona bien pero el sudor empapa ya mi camiseta. Quizás debería habérmela cambiado por una de las técnicas que llevaba en la mochila, pero por no parar, prefiero seguir sudando ya que se me antoja muy lejos Santiago.

En mitad de una cuesta me adelanta un bicigrino y me dice: “BUEN CAMINO, PEREGRINO”.

Al rato, otro, y otro, y después un grupo de caminantes, y otros, etc.; y durante toda la etapa esta ha sido la tónica. Todos los peregrinos se saludan con un “Buen Camino”. Me encanta el nivel de respeto. Si ves a alguien parado, paras a preguntarle si necesita algo, y muchos de los que me adelantan bajan la marcha para preguntar por las muletas. Hay una camaradería que hacía años no vivía. Que pasada… Es emocionante !! Me pasa por la cabeza cuando empecé a trabajar, a la hora del desayuno, cuando todo el mundo que pasaba por delante dejaba ir el “Buen provecho “, a lo que se respondía con un “Muchas gracias, si quiere”…

Paso a paso, se van sucediendo los postes kilométricos por caminos y algún tramo de asfalto. La mochila me pesa y noto en exceso su peso en los hombros. El calor empieza a apretar. Encuentro una fuente, muy espectacular y mediática, donde relleno las cantimploras aunque descubro que no es una fuente natural sino que el agua viene en una tubería de polipropileno. Manda cojones, yo que anhelaba encontrar fuentes por todos lados y lo que hay son máquinas de vending…

Me choca muchísimo la gran cantidad de peregrinos extranjeros que me adelantan. Con mi inglés chapurreado de Salou les voy preguntando de donde son, de donde vienen andando y, a la que me preguntan algo a mí, me las veo y me las deseo para contestarles satisfactoriamente. “My English is little and bad …”

En el poste de 100 km hasta Santiago le hago una foto a un señor brasileño que anda más despacio que yo porqué parece que se esté empapando de todo el paisaje, de cada detalle que se encuentra. Lo fotografía todo el tío. De paso, le pido que me haga a mí una foto también, pero con mi cámara no se acaba de aclarar del todo.

Voy compartiendo camino con gente que va a mi ritmo y con los que se cruzan pequeñas conversaciones, pero que dado que yo ando más lento, acaban adelantándome. Tengo claro que la clave de mi éxito estará en ir a m i ritmo y no sobrepasarlo. De momento estoy caminando a unos 4 Km/hora según el GPS aunque puedo lolegar a los 5 sin demasiada dificultad.

Los paisajes son bonitos y el camino atraviesa parajes muy lindos, entre bosquecillos y laderas. Nada que ver con mi tierra, pues aquí todo es verde, aquí tienen la riqueza del agua. Hay kilómetros sin pueblo o casa alguna, en cambio, los campos se ven conreados.

Al final, con un sol de justicia, se ve a lo lejos Portomarín. Pero quedaba la peor parte del trayecto: Unas bajadas de aúpa que me han dejado hecho polvo de verdad. A 1 km de la llegada he tenido que cambiarme el calzado y ponerme las zapas de “relax”. Me he quedado sin agua y he sufrido para llegar a meta.

La entrada, a Portomarín se consigue después de atravesar un largo puente sobre el río Miño y subir un montón de escaleras que hay a la entrada del pueblo. Sobre éstas, una arcada, que se me antojó como pasar por un arco de triunfo como hacían los romanos.

Lo cierto es que estaba tan jodido que me metí en el primer albergue que encontré. Y allí comí, pero antes, me bebí dos enormes jarras de cerveza fresquita de verdad. La primera de ellas toda de un tirón, sin respirar!! Pero antes de todo esto, en el cuadro de corcho que había a la entrada en donde había carteles varios colgados, llamé a una masajista que se anunciaba para pedirle que obrara el milagro de repararme las piernas, cosa que finalmente haría a las 6 de la tarde. Decir también que comí una ensalada de pasta y una chuleta de ternera y que, para desilusión mía, era carne congelada. Tanto ver ganado toda la mañana y resulta que la carne me la colocan congelada !!

Me toca dormir en una de las habitaciones del albergue que tienen 3 literas. En mi caso hay 2 peregrinos Italianos de unos 60 y pico años y a última hora llegan dos más ( una parejita) también de la misma nacionalidad. O sea, que no pillo nada de lo que hablan entre ellos.

Después de ducharme y lavar la ropa del día, me voy a la Calle General Franco para ver si Lydia me da el masaje, eso si, sin “final feliz”. 

Ya con las piernas milagrosamente nuevas, me encuentro con los Blackberry Sevilla Team (BST), pues todos ellos van con este tipo de teléfonos, y después de sellar la credencial en la Iglesia, hacernos unas fotos e hacer unas compras, me voy sugieren de ir a cenar con ellos a su albergue, donde acabarán en la calle haciendo un botellón después de negociar con la encargada del local que no les permite quedarse mucho rato ya que tiene que cerrar puertas.Esta gente se bebe hasta el agua de los floreros me parece a mi, jejeje.

En el mismo albergue también están unos sres de Madrid que ya vi en el vagón bar mientras y con los que, con uno de sus miembros, he compartido hoy un tramo del Camino.

Pero antes de la cena,  mientras escribía la crónica en la terracita del bar, las chicas de Valencia que también iban en el tren, se estaban metiendo entre pechos y espalda una fabulosa hamburguesa. Me han comentado que estaban cansadas y que se acostarían pronto hoy. Están en el albergue de los BST.

 Yo me encuentro nuevo. No me lo puedo creer después de lo mal que he llegado.

Finalizada la cena, breve repaso a la ruta de mañana y a dormir, que el día ha sido largo. Ya he perdido el recelo de que nadie toque nada, pues había un montón de móviles cargando en los enchufes sin que nadie estuviese cerca para controlarlos, y las mochilas están todas esparcidas por las camas y nadie toca nada. Hay un buen ambiente. Incluso los italianos me preguntan si me molestará que se levanten a las 5:30...

En fin, que la valoración del día es positiva al 100 por 100. El sueño, o lo que era un sueño, es ya una realidad. He vivida tan intensamente el día que, solamente es sábado y ya me parece que lleve una semana fuera de casa. Es durillo, si, pero sin duda merece la pena.

A dormiiiiir !!!

 

Comentarios

  1. M.gusta..
    Pd.Si cada masaje k da mi fisio tiene k acabar con final feliz........je.je

    Escrito por angela — 27 Abr 2013, 18:10


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