La investigación se desarrolló durante varias temporadas de campo registradas entre marzo del 2003 y junio de 2005.
México, D.F.- Investigadores del INAH, en las
inmediaciones donde se construirá la termoeléctrica más grande de
América Latina, en Tamazunchale, San Luis Potosí, localizaron cuarto
asentamientos prehispánicos.
Asimismo recuperaron 15 toneladas de material cerámico y lítico, en
el marco del Proyecto de Salvamento Arqueológico El Clérigo, informó el
arqueólogo Javier Martínez González, del Instituto Nacional de
Antropología e Historia.
Martínez, responsable de dicho proyecto, recordó que la
investigación se desarrolló durante varias temporadas de campo
registradas entre marzo del 2003 y junio de 2005, en una superficie
aproximada de 400 hectáreas, a la margen izquierda del río Moctezuma,
en terrenos de la empresa Protama, S.A.
Actualmente, la información recabada en los sitios denominados El
Clérigo, El Cedro, Las Chacas y Cuixcuatitla, así como los restos del
material cerámico y lítico encontrado en esos lugares, “se procesa y
clasifica”, dijo.
Ello sirve para determinar de mejor manera la actuación de los
huastecos a través del tiempo en la región” y se busca profundizar en
los aspectos temporales “para entender mejor este desarrollo, ubicar
los rasgos que le pretenden dar una unidad y conjeturar sobre cómo se
dio paso a la consolidación de los huastecos como grupo dominante.”
En su memoria arqueológica, Martínez considera que a lo largo de la
historia antigua, colonial y contemporánea, “la gente de la región ha
sufrido muchas adversidades y se ha levantado una y otra vez, pues nada
ha podido doblegarlos, ni aniquilar su forma de vida.
“La gente huasteca se ha adaptado y sobrevivido, apoyada en sus
mitos que permean todo lo cotidiano, en sus costumbres y organización
social, en su respeto por la naturaleza, su trabajo agrícola, su
música, sus festividades, sus ciclos, su comida”, agrega.
Aseveró que esa gente cambió la canoa por el caballo y a éste por la
bicicleta, pero conserva su machete y su perro, compañeros inseparables
con los que enfrenta la vida.”
Al referirse a los conjuntos arqueológicos, delimitados y de
naturaleza diversa, tanto por su época como por el espacio que
utilizaron, explicó que son asentamientos que tienen una antigüedad que
abarca desde la etapa temporal del Clásico medio (400 a 650 de nuestra
Era), hasta el Postclásico tardío (1200-1520 de nuestra Era).
Ese lapso da evidencia de la importancia de la zona que hizo posible
un desarrollo social, por lo menos durante once siglos de historia del
México antiguo, puntualizó Martínez.
Destacó que en El Clérigo y El Cedro se encontraron estructuras
monumentales, con funciones cívico ceremoniales que ocupan grandes
extensiones y se integran por complejos arquitectónicos de más de diez
metros de altura, plataformas de hasta 100 metros de longitud, plazas e
incluso un juego de pelota.
También están presentes los asentamientos residenciales, cuyos
edificios son de hasta dos metros de altura, construidos con materiales
selectos y guardando una ordenada disposición espacial, aunque ocupando
extensiones menores que los anteriores, mientras que el sitio de Las
Charcas es considerado como residencial.
En El Clérigo y El Cedro se recuperaron varios enterramientos
humanos en sitios variables. Se detectaron tumbas elaboradas con techo
formado por enormes lajas de arenisca. Algunas se hallaron al centro de
los patios y varios más al exterior de los muros.
Presentan ofrendas sencillas de una o dos vasijas y están asociados
de manera común con fragmentos de cristales de calcita, algunos en
forma de cuentas con perforación bicónica. Sin embargo, es en
Cuixcuatitla en donde se localizó la muestra más grande de
enterramientos humanos, 24 en total.
Se encontraron restos óseos extendidos, en decúbito dorsal; otros
flexionados en forma lateral y algunos más flexionados e irregulares.
Todos estaban bajo lajas de arenisca o con varias rocas cubriéndolos.
Los materiales cerámicos presentes en los conjuntos excavados son
principalmente restos de ollas, cajetes pulidos de silueta compuesta,
comales, molcajetes, tecomates, platos, fragmentos de sahumerios y
vasijas de pasta fina.
También hay vasos con soporte de botón, molcajetes con soportes
sólidos, vasijas con forma de calabaza y algunos fragmentos de sellos
con representaciones zoomorfas. Se encontraron no más de 10 figurillas
completas.
Aunque no hallaron grandes esculturas, encontraron figurillas de tipo realista, tanto antropomorfas como zoomorfas.
En algunos casos de las primeras, muestran brazos articulados. De
las últimas, se tienen varias representaciones de aves en forma de
silbato, y de cánidos.
Los artefactos líticos recuperados son, básicamente, puntas de
proyectil de pedernal u obsidiana, así como lascas de bordes cortantes,
principalmente de pedernal y, en menor medida, de obsidiana.
Muy escasa resultó la presencia de navajillas prismáticas de
obsidiana; asimismo se recuperaron metates de basalto en cantidad
mínima.
Martínez consideró que hace falta mucho trabajo, por ejemplo,
entender el papel que jugaron las cuencas de los río mayores, como el
Moctezuma, a manera de límite cultural o a modo de vía de comunicación
por la que fluyeron tanto recursos como ideas.
“Esta comprensión se logrará con el estudio sistemático de los
sitios en las márgenes de los sistemas fluviales de la Huasteca,
pendientes aún de localizar, adelantando de paso hipótesis sobre por
qué se presentan asentamientos monumentales tan cercanos unos de otros.”
Hacerlo -dijo-, permitirá confirmar o desechar lo que las fuentes
históricas bosquejan en cuanto a la organización social antigua en La
Huasteca, donde se asegura que los habitantes de esta región no
reconocían a un señor principal, ni formaban una nación homogénea, sino
estaban organizados en núcleos relativamente autónomos.
Por las peculiaridades de los restos materiales que existen a lo
largo del área de investigación, Martínez señaló que los habitantes de
la huasteca potosina tenían una organización, una arquitectura y unos
materiales propios, en fin, una forma de vivir propia y original, con
relación a lo que existía en otras zonas de Mesoamérica.
Martínez adelantó que los sitios arqueológicos localizados, se encuentran en proceso de donación al INAH.
Notimex
http://www.milenio.com/index.php/2007/06/28/86455/