Enfadada amb la vida
24 Abril, 2006 22:36
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Avui estic enfadada amb la vida. Ja ho sé... són coses que no s’han de verbalitzar. La malalatia, la mort forma part del més íntim, del món més privat. A ningú li agrada que li parlin de la mort, és incòmode, resulta poc educat, no toca, ens fa replantejar massa coses. No queda bé parlar de la mort. Però jo avui no me’n puc estar.
Tinc un germà que s'en va. Un germà de 35 anys, amb síndrome de Dow. Un home feliç, que ens ha fet feliços a tots durant tots aquests anys. Ara ja no ho és, el seu món s’enfonsa per moments, es “desmorona” (no conec cap paraula en català que vulgui dir el mateix) i el nostre, el dels que l’estimem, també.
És un home fantàstic....que marxi ara és injust....previsible, esperable, inevitable però injust.
No queda bé parlar de la mort, però avui em dol el cor i he d’explicar-ho al món. I el món, ara mateix, ets tu perquè necessito fer-li un homenatge a ell.
¿Quién es el incapaz de amar a su prójimo?
21 Abril, 2006 00:10
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Retomo el apunte del domingo pasado, el de la noticia de la mujer de 40 años que llevaba muerta dos años sentada frente al televisor sin que nadie se percatara, y al hilo de los dos comentarios recogidos en el blog reabro la reflexión sobre los peajes de esta sociedad nuestra. ¿Es superable la soledad? ¿Podemos realmente vivir sin anclajes emocionales a nuestro alrededor?
Yo no podría, lo reconozco. Sería incapaz de llegar, como el Doctor Pasavento, a la renuncia absoluta al entorno, a pasar totalmente desapercibida, a que nadie piense en mi.... Yo necesito de ese entorno, y por eso también me siento comprometida con él. Me gusta la proximidad, la interacción, por eso siempre me he considerado una militante social, por eso apuesto por la construcción colectiva de un hábitat mejor desde el compromiso personal, por eso decidí ser periodista y contar historias y ayudar a otros a interpretar la realidad que nos rodea.
Mi enfoque, obviamente, no es ni tiene porqué ser mayoritario. En cualquier caso, ese mismo enfoque es el que provoca que intente humanizarme hablando de las cosas que pasan o me pasan, como hago en este blog. Y lo hago porque, tal como afirma la politóloga alemana Hannah Arendt, “sólo así, hablando de lo que sucede en el mundo y a nosotros, aprendemos a ser humanos” y tenemos la disposición de “compartir el mundo con otros hombres”.
Por eso hoy me planteo porqué los cambios en la condición humana de esta sociedad nuestra provocan que haya ciudadanos o ciudadanas que opten a vivir como extraños en todos los planos de su vida. ¿Inseguridad, miedo al prójimo o quizá miedo a los riesgos que genera contactar con el otro?
Quién es el que ha hecho la opción, quién es el sujeto incapaz de amar a su prójimo: ¿quien muere solo o quien deja morir?
La culpa, de la Generalitat?
20 Abril, 2006 01:22
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Resulta increíble però sembla que la culpa de tot el que passa en la meva santa ciutat, Tarragona, és de la Generalitat. Que hi ha mosquits, culpa de la Generalitat, que hi ha restes d’un accident al voral d’una carretera que és de l’Estat, culpa de la Generalitat, que els núvols cobreixen la ciutat, segur que també és culpa de la Generalitat.
No podeu ni imaginar el que costa desmentir reiteradament un cop i un altre les coses que es diuen des de la plaça de la Font, sense fonament. No és un tema polític, és un tema de pures competències perfectament reglades. Cadascú ha de fer el seu paper, en això no m’hi poso, però a força de repetir una no veritat hi ha temes que al final la gent els entén com una veritat absoluta. I no em sembla just, per això ho explico.
El tema dels mosquits al riu Francolí n’és un exemple. L’Agència Catalana de l’Aigua, com a autoritat hidràulica, té competències en vetllar i eliminar la contaminació, però no en fumigar les larves dels mosquits. Tots els ajuntaments dels món les tracten ells mateixos. Vila-seca, que ho fa juntament amb Port Aventura, n’és un exemple. Però apa! Cada any per aquestes dates estem igual. L’equip de govern de Tarragona diu que és culpa de la Generalitat.
Confio en que aquest apunt al meu bloc personal serveixi per clarificar-ho, a més de més de la nota oficial que hem fet avui des de la Delegació del Govern i que suposo que demà podreu consultar a Tinet Digital.
El retorno del sarampión y de como alguien puede ser un verdadero extraño
17 Abril, 2006 23:49
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El largo puente de Semana Santa que hoy acaba nos deja dos noticias que me han impactado especialmente, sin desmerecer el resto de las que me han preocupado o motivado.
La primera de ellas, publicada ayer en el País, es el retorno del sarampión, una enfermedad que yo, madre de familia con dos hijas, consideraba erradicada y que según parece vuelve a causar estragos sin que la sociedad europea, tan preocupada en cambio por la gripe aviar, de muestras de la más mínima preocupación colectiva.
La segunda es la aparición de una mujer de 40 años, muerta sentada frente al televisor en un apartamento de Londres. Lo alucinante es que llevaba nada menos que dos años muerta... Nadie la echó de menos, se dieron cuenta de su fallecimiento cuando se le acabó el dinero de la cuenta corriente y la fueron a buscar por no pagar el alquiler. ¡Increíble!
Según El País, que se refiere a datos de Unión Europea y la Sociedad Internacional de Enfermedades Infecciosas (ISID, en inglés), más de 25.000 europeos de ocho países han sufrido la enfermedad del sarampión desde el pasado verano, casi la mitad de los cuales han sido hospitalizados y al menos 13 han muerto. El artículo relata que “La clave de la propagación del virus está en estas bolsas de población no inmunizada. En España, (....), las forman personas de entre 20 y 40 años, a las que no alcanzaron las primeras campañas de vacunación universal (iniciadas en 1981) y que tampoco enfermaron de niños (como casi todos los mayores de 40). Aunque existe una excepción. Se trata de los bebés mayores de seis meses (cuando pierden efecto los anticuerpos recibidos de la madre) y menores de 15 o 18 meses (cuando reciben la primera dosis de la triple vírica, que protege además contra rubeola y paperas)”.
Lo dicho, 13 muertos es poco comparándolo con los fallecidos en accidentes de tráfico, pero son muchísimos si hacemos lo propio con la incidencia de la gripe aviar. Ello me lleva a abrir una reflexión sobre la alarma social que generan determinados sucesos sin que seamos capaces de racionalizar su repercusión real.
Sobre la segunda noticia, no tengo palabras para transmitir la tristeza que me produce que alguien pueda llegar a ser un auténtico extraño para su entorno, tanto que nadie lo eche en falta durante nada menos que dos años. Ni la familia, ni los vecinos, ni en el trabajo....Realmente triste. No era una persona mayor, caída en el olvido, !era una mujer de 40 años! No es menos grave, pero si mucho más sorprendente.