COSAS DE LA VIDA

Vivo en un pueblo pequeño, pero tenemos farmacia. Una cuando va al médico, espera cierta cofidencialidad, que el médico no cuente en el café con la enfermera tu historial clínico refiriéndose a ti como "fulanita, la tia con pinta de madre soltera marginal". ilusa de mi, pensava que los farmaceuticos son iguales. El día que fui a comprar un test de embarazo a la farmacia, la mujer se puso a gritar "ay, que bien! que vas a por la niña, ay que bien!". Me subió un calor por toda la cabeza y no pude decir una palabra. No, una noche me emborraché y me fumé un porro. Soló pude sacar un billete de 20 euros y plantárselo delante de la sonrisa.

A la farmaceútica le deben gustar los niños y por eso se pusó a gritar, pero la mujer debe ser discreta. El día que se me acabó el tranquimazin fui desesperada a la farmacia. Llevaba varios meses enganchada a los psicofármacos, tenia hasta después de comer para empezar a encontrarme mal y notar los efectos del sindorme de abstinencia. Fui con mi receta (esta vez sí). Hora punta en la farmacia, llena de gente. La chica en prácticas no encontraba las pastillas, y como la farmaceútica estaba en el almacén, se pusó a gritar desde la farmacia, "donde está el tranquimazin? no, no es la fulanita, es la menganita, que también lo toma. Sí, hoy trae receta, no viene como el otro día".