NO SIN MI RED
Mi amigo C. es un poco friki, está todo el día enganchado al móvil y a internet, tiene un blog y se pasa las noches en el facebook. A veces pienso que es un tio muy raro y que tiene problemas psicológicos, entonces me doy cuenta de que yo hago lo mismo, y me siento una criticona que ve la paja en el ojo ajeno pero no en el propio.
Hace poco, C. se quedó sin internet en casa. Las visitas al locutorio se le hacían cortas, y un día se levantó que no podía respirar. El médico le dijo que era ansiedad, que tomara las pastillitas de turno y que fuera al psicólogo, a ver de que viene esa ansiedad. Por supuesto, C, ya lo sabe. Estuvo tres días sin comer nada, y hasta que no se arregló la avería apenas comía, ahora esá más flaco y parece un yonqui.
El asunto es que hasta Julio no tiene hora con el psicólogo de la seguridad social, y entre medio están las vacaciones de semana santa, con viaje a París incluido para estrenar el nuevo TGV. Claro, como se va a ir una semana sin internet y que le vuelva a dar el yuyu. Así que está agobiado por el asunto, mirando si en París hay locutorios. Cuando me lo cuenta me rio, pero en el fondo me alegro de no tener vacaciones.
