Restos romanos de Cristòfor Colom –hoy cubiertos– que serán
desmontados en 2010. Foto: LLUÍS MILIÁN
Si
la semana pasada fueron el Partido Popular y Convergència i Unió
quienes denunciaron que ‘algo no cuadra’, ahora es el responsable de la
empresa Cota 64 quien habla de ‘zonas oscuras’
El arqueólogo Albert Vilaseca,
responsable de la empresa Cota 64, ha manifestado que la intervención
arqueológica que se lleva a término en el interior y entorno del Mercat
Central por encargo de Espimsa «se merece, como mínimo, una
investigación por parte del Ayuntamiento de Tarragona».
Vilaseca
coincide con las declaraciones realizadas la semana pasada los
concejales del Partido Popular y de Convergència i Unió José Luis
Martín y Maribel Rubio, respectivamente, quienes afirmaron que la
intervención arqueológica que afecta a la reforma del Mercat Central
tiene un coste «sobredimensionado». Estas formaciones expresaron la
conveniencia de crear una «comisión de investigación».
La
prospección que Espimsa adjudicará en próximos días para ejecutar en
2010 rondará 1,2 millones de euros, cifra que, sumada a intervenciones
que se han realizado desde 2004, situará el coste de las excavaciones
en 1,8 millones (300 millones de pesetas).
Un secreto a voces
El
arqueólogo ha declarado al Diari que «el concurso público abierto por
Espimsa es un reflejo de lo que en el entorno arqueológico de Tarragona
es un secreto a voces o, mejor dicho, no es ni un secreto: las
excelentes relaciones de la empresa Codex con los dos responsables de
la arqueología municipal, que prácticamente toda su vida laboral ha
estado vinculada a la citada empresa».‘El presupuesto será mayor'Albert
Vilaseca afirmó que «tras la lectura del proyecto, estoy convencido de
que el presupuesto final será superior a 1,2 millones de euros, puesto
que no incluye la extracción de pavimentos y de las tierras aportadas
para el cubrimiento de los restos, el rebaje mecánico ni la carga y
transporte de tierras a un vertedero».El proyecto «tampoco incluye la
excavación de los restos que se puedan localizar durante el seguimiento
arqueológico, para lo que debería hacerse un nuevo proyecto, ni el
desmontaje de los elementos que se pudieran encontrar».Contrariamente a
lo declarado el pasado jueves por el presidente de Espimsa y concejal
de ERC, Sergi de los Rios, con relación al concurso público y a raíz de
una denuncia del Partido Popular, Vilaseca afirma que el documento que
fue colgado en la web de la empresa de mercados «no es una memoria,
sino un proyecto de excavación en toda regla, que sigue el índice
marcado por la ley de 2002:a este proyecto sólo le falta el nombre del
director y las fechas de ejecución».
En cuanto a la
manifestación de De los Rios en el sentido de que «la memoria la hizo
Codex por ser la empresa que realizó los trabajos de excavación
arqueológica y es lógico que sea la que los continúe», el responsable
de Cota 64 opina que «de ser correcta esta apreciación, se debería
mantener el mismo criterio en todos los proyectos, algo que no sucede».
Vilaseca
apoya su comentario en su experiencia en el sector como arqueólogo
profesional. «En 1999 mi empresa inició la excavación de los sillares
del Mèdol (que afectaron a la construcción de la autovía A-7); años más
tarde la Generalitat se la encargó a Codex, posteriormente la continué
yo y, finalmente, la acabó Codex».
También se refirió a
intervenciones en el Anfiteatro «que inició Cota 64 y las concluyó
Codex, o en Constantí, donde se construye el trazado del tren, cuya
intervención arqueológica la comenzó Codex, hasta que la empresa
constructora decidió no contar con sus servicios y contrató los míos,
si bien actualmente y por motivos que no alcanzo a comprender la hace
nuevamente Codex».
En este ámbito, Vilaseca recordó que «en
1999 y 2005 excavé en Casa Castellarnau, sede del Museu d'Història, una
intervención que, por decisión municipal, continuó otra empresa».
"No es la practica habitual"
Albert
Vilaseca se declara partidario de que el Ayuntamiento «investigue el
concurso público de Espimsa. La ley dice que quien hace el proyecto no
se puede presentar y Espimsa ha elaborado las bases a partir de un
proyecto de la empresa Codex».
El arqueólogo se pregunta:
«¿Cómo es posible que en el proyecto y en las bases del concurso
aparezca el mismo presupuesto?». Se reafirma en la apreciación de que
«no es posible que en el pliego de condiciones del concurso figure el
proyecto de intervención». «A lo largo de mi carrera de más de veinte
años he acudido a diversos concursos públicos y nunca me he encontrado
en esta situación».
En este contexto, el arqueólogo añade que
«no encuentro ético que la mesa de contratación que decide qué proyecto
se llevará a término pueda acudir al arqueólogo municipal para
asesorarse, cuando resulta que ha trabajado para una de las empresas
que concurren, en este caso Codex».
«El proceso de contratación y
la concentración de excavaciones que el Ayuntamiento da a una misma
empresa, una cuestión que nunca hasta ahora se había producido en
Tarragona, me produce extrañeza y veo muchas sombras, algo que en el
sector de la arqueología de la ciudad se comenta desde hace tiempo».
‘Desmontar es más fácil'
La
intervención arqueológica que Espimsa contratará para el desmonte
-sacarlos del lugar donde fueron encontrados- de los restos de época
romana y de otros períodos históricos hallados en el entorno e interior
del Mercat Central, presupuestada como punto de salida en las bases de
licitación en 1,2 millones de euros, «está económicamente
sobredimensionada», dijo Vilaseca, quien explicó que «en el proyecto
figura la planimetría, cuando la ley establece que ya tiene que estar
hecha: es lo normal en cualquier memoria de excavación».
El
arqueólogo puso especial énfasis al subrayar que «desmontar unos restos
como los hallados en el Mercat Central es, en principio, más fácil y
reduce el volumen de excavación que se tiene que hacer, puesto que ya
se conoce la existencia de las estructuras antiguas y su localización».
http://www.diaridetarragona.com/tarragona/036897/la/excavacion/mercat/
merece/investigacion/ayuntamiento