FOTO.- http://www.arqueomex.com/S2N3nCEMENT83.html
La
investigación forma parte del proyecto “Cementerios Acuáticos Mayas”,
encabezado por la especialista del INAH, Carmen Rojas, quien afirmó que
para esclarecer incógnitas, se planeó nueva temporada de exploraciones.
México, DF.-Un total de 118 esqueletos humanos de
la antigua civilización maya, encontrados en un cenote de Quintana Roo,
serán objeto de estudio por parte de un equipo interdisciplinario del
Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
La idea es determinar el contexto bajo el cual se originó el espacio
funerario, aunque las primeras hipótesis señalan que pudo tratarse de
una cuestión bélica entre linajes, rebeliones en contra del gobierno
español o la exhumación de cadáveres que eran colocados en cuerpos de
agua.
Esta investigación forma parte del proyecto “Cementerios Acuáticos
Mayas”, encabezado por la especialista del INAH, Carmen Rojas Sandoval,
quien afirmó que a fin de esclarecer incógnitas, se ha planeado una
nueva temporada de exploraciones, a realizarse en el segundo semestre
de este año.
Se pretende también, con esto, emprender acciones para la
conservación del cenote, del cual se decidió no hacer pública su
localización para evitar saqueos. En comunicado, Rojas Sandoval indicó
que el cementerio sumergido fue registrado en 2003 e incluido en el
Atlas Nacional Arqueológico, tarea durante la cual, se contabilizaron
los restos esqueléticos y se recolectaron algunos cráneos para su
estudio, confirmándose que se trata de individuos mayas de la época
prehispánica.
Añadió que la intención es hacer una reconstrucción del contexto
para determinar cómo se formó este depósito en el cenote, si fueron
arrojados a modo de sacrificio o si fue resultado de algún conflicto
entre linajes a manera de vendetta. “O bien si el material óseo fue
exhumado y redepositado, creando así un cementerio intencional e
inclusive producto de las rebeliones de grupos mayas en contra de los
españoles”, refirió.
La arqueóloga dijo creer que no se trata de sacrificios, porque los
118 esqueletos corresponden a adultos y generalmente para este tipo de
prácticas dedicadas a la deidad acuática maya, Chac, prefería a
infantes. ” Además no hemos encontrado ni una sola ofrenda, aunque
también hay que analizar si hay huellas de violencia en los huesos”,
abundó la especialista en dicha cultura.
En esta nueva temporada de campo que podría iniciar en septiembre,
se pretende también identificar quiénes eran estos personajes, aunque
las pruebas preliminares de ADN ya efectuadas, no han permitido un gran
avance porque no cuentan con la suficiente materia orgánica.
“Tampoco hemos podido determinar una temporalidad porque además
carecemos de estratigrafía y de material cerámico. Entonces representa
un reto metodológico muy grande para nosotros como arqueólogos y habrá
que ser muy minuciosos”, destacó Rojas Sandoval.
La especialista adscrita a la Subdirección de Arqueología
Subacuática del INAH, aseveró que la investigación también tendrá que
hacerse en superficie para hallar las tumbas de las que se extrajeron
los esqueletos para colocarlos en el cenote.
“La práctica de redepositar restos de ancestros en el área maya es
conocida principalmente en cuevas, un ejemplo donde también se ha
detectado la remoción de esqueletos durante la Época Clásica, es el
sitio arqueológico El Caracol, en Belice”, afirmó.
Arqueólogos, antropólogos físicos, restauradores y estudiantes de la
Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) que se están
formando en la especialidad de arqueología subacuática, conformarán el
equipo interdisciplinario que buscará desentrañar las incógnitas que
guarda este cementerio sumergido.
Rojas Sandoval añadió que el proyecto de investigación, patrocinado
por National Geographic, incluye un programa de conservación del cenote
con la participación de la sociedad civil e instancias de los
diferentes niveles de gobierno, a fin de diseñar una estrategia de
protección de este depósito de agua.
“Con ello se pretende evitar que estos sitios sean para el usufructo
de una sola persona, toda vez que se trata de un patrimonio cultural
que debe redituar en su investigación y protección, no en su
destrucción que impide el conocimiento histórico”, concluyó.
Notimex
http://www.milenio.com/index.php/2007/06/06/77322/