PREJUICIOS Y CONDENAS

21 Set 2009

Una joven pareja llevaba varios años casada y nunca pudieron tener hijos. Para no sentirse solos, compraron un cachorro y lo amaron y cuidaron como si fuera su propio hijo. El cachorro creció hasta convertirse en un gran y hermoso pastor alemán. El perro salvó a la pareja en más de una ocasión de ser atacada por ladrones. Se colocaba en los pies de la cama cuando estaban enfermos. Siempre fue fiel, muy fiel.


Despues de siete años de tener al perro, la pareja engendró el hijo que tanto anhelaban. Estaban muy felices con su bebe y disminuyeron las atenciones que tenían con el perro. Este se sintió relegado y comenzó a tener celos del pequeño. Ya no era el perro cariñoso y fiel que tuvieron durante siete años. Ya no dormia a los pies de la cama, ni les acompañaba pausadamente en los paseos.


Un día, la pareja dejó al bebe durmiendo plácidamente en su cuna y fueron a la terraza a preparar carne asada. Cual fue su sorpresa cuando al dirigirse  al cuarto del bebe para darle su biberón, se toparon con el perro en el pasillo, con la boca ensangrentada y moviéndoles la cola en señal de alegría.
El padre del niño, casi sin pensar, buscó su arma y en el acto mató al perro con un certero disparo entre los ojos. Luego corrió al cuarto del bebe y encontró una gran serpiente degollada a los pies de la cuna. Con la cara desencajada comienzó a llorar gritando: ¡He matado a mi perro fiel!

 
¿Cuántas veces juzgamos injustamente a las personas? Lo peor es que, las juzgamos y condenamos sin investigar a que se debe su comportamiento, cuales son sus pensamientos y sentimientos.
 Muchas veces las cosas no son tan malas como parecen, sino todo lo contrario. 


La próxima vez que te sientas tentado a juzgar y condenar a alguien, recuerda por favor esta historia..