PATRIMONI HISTORIC i ARTISTIC

Obreros municipales que realizaban trabajos en el centro de este cantón encontraron ayer restos arqueológicos que estaban enterrados a una profundidad de 1,5 metros.
En ese lugar se hallaron huesos humanos, piedras talladas, pedazos de cerámicas, entre otros vestigios, cuya antigüedad aún no ha sido determinada por especialistas.
Según moradores, hace un mes se produjo otro hallazgo en las calles Eloy Alfaro y Guayaquil, a pocos metros de la iglesia central de la ciudad. “Estaban haciendo unos huecos para colocar unas tuberías de la red de agua potable y cuando la retroexcavadora sacó un poco de tierra salieron unos huesos”, dijo Monfilio Aguilar Gonzales, de 86 años de edad, quien tiene un taller de ebanistería al frente del lugar del hallazgo.
Washington Cabrera, jefe del Departamento de Recursos Humanos del Municipio de Arenillas, indicó que en esa oportunidad los trabajadores avisaron a la Alcaldesa para que se paralicen los trabajos y ver de qué se trataba.
En medio de una tarea rústica se trasladaron los vestigios hasta una bodega de propiedad del Municipio local.
Tras el último hallazgo han surgido comentarios, especialmente de personas de la tercera edad que viven en la zona. “Se puede tratar de una masacre que hubo en la guerra del 41 cuando este territorio fue invadido por los peruanos”, dijo Miguel Aguilar.
En la zona hay una veintena de casas que tienen una antigüedad de unos 140 años aproximadamente.
Estos inmuebles son considerados patrimonios culturales de Arenillas. En sus construcciones destaca la destreza de los artesanos en la decoración y acabados en madera fina.
Algunos huesos ya no resisten la manipulación y se rompen con facilidad, mientras que otros están firmes. Se trataría de tres cadáveres, entre los cuales estaría un niño.
“Hay huesos pequeños y estaban uno sobre otro”, señaló Cabrera.
La alcaldesa de Arenillas, Karina Torres, cree que hay más vestigios en el lugar. “Puede tratarse de restos que pertenecerían a la cultura Machalilla”, señaló la autoridad local, al tiempo que dijo que una delegación del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) hizo una inspección para examinar el hallazgo.
Torres aspira a que el Gobierno y el INPC den paso a una petición del Cabildo para crear un museo arqueológico, donde se puedan exhibir estas antigüedades y otras reliquias que tiene el cantón.
“Tenemos un proyecto para reconstruir una de las casas antiguas y convertirla en museo, pero eso cuesta más de un millón de dólares y no tenemos esos recursos”, enfatizó.

Antigüedades: Hallazgos

En bodega

La alcaldesa de Arenillas, Karina Torres, indicó que ante la falta de un lugar adecuado para conservar las piezas arqueológicas se ha destinado una bodega en el Municipio. No obstante, persiste el riesgo de que las antigüedades se deterioren.
ImportanciaLa autoridad municipal indicó que hace varias décadas se registraron hallazgos arqueológicos, pero nunca se les dio un valor cultural.

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Los restos de colibrí, que era llamado por los mexicas huitzitzilin, fueron localizados en el lado sur del Templo Mayor de Tenochtitlan, dedicado a Huitzilopochtli

 EFE
El Universal
Ciudad de México Viernes 28 de noviembre de 2008
09:05 Los aztecas relacionaban al colibrí con Huitzilopochtli, su dios de la guerra, por su actitud agresiva al defender a su hembra de otro macho, aseguran expertos después de estudiar restos de la pequeña ave en ofrendas prehispánicas descubiertas en 1994.

Los restos de colibrí, que era llamado por los mexicas "huitzitzilin", fueron localizados en el lado sur del Templo Mayor de Tenochtitlan (centro de la capital mexicana), dedicado a Huitzilopochtli, señaló el Instituto Nacional de Antropología e Historia en un comunicado difundido hoy.

La fuente agregó que se trata de dos únicas ofrendas con restos de colibríes hasta el momento registradas.

Estas ofrendas fueron descubiertas en 1994 cuando se realizaban trabajos de remodelación del edificio de las Ajaracas -frente al sitio arqueológico- para reforzar los cimientos dañados en el sismo de 8,1 grados Richter que en 1985 sacudió a la capital del país.

Después de los hallazgos, los materiales arqueológicos fueron sometidos a investigación, la que ha determinado que las ofrendas pudieron haber sido depositadas entre 1502 y 1521, es decir poco antes de la conquista española.

En una de las ofrendas fueron hallados los restos de un colibrí, dos águilas, un ibis espatulado (un tipo de garza), caracoles marinos, moluscos, la cabeza de un pez sierra, un disco de turquesa con la imagen de Huitzilopochtli, puntas de proyectil de pedernal y de obsidiana.

En otra ofrenda, los expertos encontraron 16 esqueletos de colibríes, un águila, una tortuga, moluscos, serpientes de cascabel, restos de flores, cascabeles de cobre y tejido de canastos.

Los huesos de colibríes estaban en buen estado y los especialistas estiman que las aves fueron preparadas para ser depositadas en las ofrendas al dios de la Guerra.

Los colibríes pertenecían a las distintas especies, algunas de las cuales se les localiza en todo el país, otras desde el norte de México hasta Honduras y otras hasta Nicaragua.