MEXICO - Vestigios señalan ruptura entre sitios mayas en Yucatán. 05.11.08
México, 5 Nov (Notimex).- Restos de una muralla construida sobre el
antiguo camino de Aké, en el Clásico Temprano (300-600 d.C.) sirvió
como vía de comunicación con Izamal, una de las urbes mayas más
importantes del centro-norte del actual estado de Yucatán, lo que llega
a inferir que a fines de ese período ambas urbes interrumpieron su
relación.
La arqueóloga Beatriz Quintal Suaste, del Instituto
Nacional de Antropología e Historia (INAH), informó sobre esta
institución, que como parte del Proyecto Aké, se "registró parte de la
fortificación que rodea la zona central del sitio y que ya había sido
reportada con anterioridad, en los años 60, por los expertos Lawrence
Roys y Edwin Shook".
Señaló la experta que el "camino blanco" o
calzada que une a Izamal y Aké, mide 32 kilómetros, trayecto en el cual
se encuentran además los sitios de Sitpach, Yemná y Citilcum.
Agregó
que a pesar de los vínculos con Izamal, Aké fue, en la primera fase del
Clásico Temprano, una entidad política independiente, lo cual se supo
en 2005 tras localizar el glifo emblema del sitio, inscrito en la
pirámide conocida como Estructura II.
De acuerdo con la
arqueóloga, antes del levantamiento del plano del sitio, se calculaba
que Aké (en maya, "Lugar de bejucos") comprendía un área de dos
kilómetros cuadrados, no obstante, "con base en nuestros recorridos
para el mapeo detectamos que el asentamiento se extendió a lo largo de
cuatro kilómetros cuadrados".
Asimismo se han ubicado alrededor
de 500 estructuras en el área, de diferentes formas y tamaños:
circulares, absidales (de uno a tres metros de diámetro),
rectangulares, además de otros basamentos que alcanzan 45 metros por
lado, y más de un metro de altura.
Este tipo de construcciones señalan que existía estratificación social dentro de la misma.
Las
labores en la zona arqueológica inmersa en la Ex-hacienda Ruinas de
Aké, a unos 33 kilómetros de la ciudad de Mérida, se han enfocado
principalmente en la consolidación de las edificaciones distribuidas en
la plaza principal, la que abarca alrededor de 25 mil metros cuadrados.
En
2003 fue intervenida la fachada del edificio conocido como "Pilastras"
o Estructura I, en el que trabajó el arqueólogo Rubén Maldonado, en la
década de los 80.
Con base en los recursos presupuestales
procedentes del INAH, del Patronato de las Unidades de Servicios
Culturales y Turísticos del estado de Yucatán, y de la Secretaría de
Desarrollo Social, en lo que resta de 2008 continuará la restauración
de la Estructura II, localizada al oeste de zona central de monumentos
de Aké.
"Para 2009 tenemos planeada la intervención de la
Estructura 13 (que delimita la plaza por el este) y la cual tiene 72
metros de lado por 45 de ancho, así como una altura de ocho metros. Por
sus características consideramos que es similar a uno de los edificios
más importante de la zona arqueológica de Dzibilchaltún, también al
norte de Yucatán", acotó Quintal Suaste.
Aké sobresale por su
arquitectura megalítica, es decir, hecha con grandes bloques de piedra
que estuvieron estucados o recubiertos. El trabajo de construcción se
vio facilitado por la cercanía de más de 300 sascaberas, las cuales
fueron utilizadas como fuente de material, para la edificación y el
mantenimiento de los conjuntos habitacionales prehispánicos.
Para
fines del Clásico Tardío (600/1000-1200 d.C.) Aké decayó. "Lo que
sugerimos es que el sitio se convirtió en centro de peregrinación para
el Posclásico, sólo se venía a ofrendar, hemos encontrado únicamente
material cerámico de ese período, pero no arquitectura", concluyó la
especialista del Centro INAH Yucatán.