Arqueólogos
de la Universidad Hebrea de Jerusalén han descubierto en el norte de
Israel la tumba
de una mujer chamán, que incluye los caparazones de 50
galápagos, la pelvis de un leopardo y un pie humano
de 12.000 años de
antigüedad./EFE / Naftali Hilger
Jerusalén, EFE Arqueólogos de la Universidad Hebrea de
Jerusalén han descubierto en el norte de Israel la tumba de una mujer
chamán, que incluye los caparazones de 50 galápagos, la pelvis de un
leopardo y un pie humano de 12.000 años de antigüedad.
El
hallazgo, que corresponde al período Neolítico, se cree que es uno de
los más primitivos que se conocen del enterramiento de un chamán en
toda la región, según un comunicado difundido por la universidad
jerosolimitana.
Leore Grosman, del Instituto de Arqueología del
centro académico y que dirige la excavación en Hilazon Tachtit, en la
Galilea occidental, cree que los preparativos y el ritual empleados
para el enterramiento, así como el método para sellar la tumba,
sugieren que la sepultada tenía un papel destacado en la comunidad.
La
tumba contenía restos de varios animales, raramente encontrados en
enterramientos del período Neolítico, como cincuenta caparazones
completos de tortugas, la pelvis de un leopardo, la punta del ala de un
águila dorada, la cola de una vaca, los esqueletos de dos hurones, y el
antebrazo de un jabalí salvaje, que apareció alineado con el húmero
izquierdo de la mujer.
Asimismo, fue descubierto un pie humano de
un individuo considerablemente más alto que la sepultada, que era de
pequeña estatura y tenía 45 años en el momento de fallecer, según
análisis de sus huesos.
La chamán también tenía una apariencia
asimétrica debido a un problema vertebral que podría haber afectado su
modo de andar, lo que pudo causarle cojera.
Grosman considera que
el enterramiento responde a lo que los expertos asocian con las tumbas
de chamanes, pues generalmente los enterramientos reflejan el papel que
desempeñaba el individuo, y suelen aparecer junto a los animales y
otros objetos con los que se relacionaron en vida.
El método de
enterramiento también es peculiar: La mujer reposaba de lado, con su
columna, pelvis y fémur derecho contra la pared curva de la tumba, que
es de forma ovalada, y sus piernas aparecieron separadas y dobladas
hacia dentro a la altura de las rodillas.
El arqueólogo menciona
que sobre la cabeza, la pelvis y los brazos de la mujer fueron
colocadas diez piedras en el momento de su sepultura, y que tras la
descomposición del cuerpo su peso provocó la desarticulación de algunas
partes del esqueleto, como la separación de la pelvis de la columna
vertebral.
Se cree que una de las razones de esta práctica fue
evitar que la fallecida fuera comida por animales, o porque la
comunidad trató de salvaguardar su espíritu dentro del ataúd.
También
se presume que los cuerpos de las tortugas pudieron haber sido comidos
como parte del funeral, ya que muchos de los huesos indican que la
mayor parte fueron arrojados a la tumba junto a los caparazones tras su
consumo.
"Claramente se ha invertido una gran cantidad de tiempo
y energía para la preparación, arreglo y sellado de la tumba",
manifestó Grosman, quien agrega que el cuerpo también recibió un
tratamiento especial antes de recibir sepultura.
El período
Neolítico existió en la región del Creciente Fértil entre 15.000 y
11.500 años atrás, y el arqueólogo explica que el descubrimiento podrá
arrojar luz sobre los cambios ideológicos que se produjeron durante
este período de transición a la agricultura.
Las excavaciones se
llevaron a cabo en una pequeña cueva donde han sido desenterrados los
cuerpos de al menos 28 individuos de distintas edades del período
Neolítico.
http://www.eldia.es/2008-11-04/cultura/cultura4.htm