COSAS DE LA VIDA

Siempre he pensado que las locuras más fuertes son las hechas por amor, porque no se es capaz de evaluar las consecuencias, y por amor una se vuelve kamikaze.  Podría hacer un libro con las que he hecho o me han contado.

Mi primo L., que es guardia civil en Algeciras, me contó una que me pareció bastante bárbara. Las madres de algunos chicos con problemas, muchos de ellos yonquis, van a Ceuta a buscar chocolate. Van al principe, un barrio de moros que hay a las afueras de Ceuta, casi rozando la frontera con Marruecos. Allí compran las tabletas de cuarto kilo, que se calientan con vapor en las ollas del cuscus, y se las amoldan a la cintura. Luego se las aseguran con esparadrapo, suben al ferry y cruzan la frontera. Por este viaje Ceuta-Algeciras, cobran unos dos mil euros. Suficiente para sacar al hijo de algún problema o seguir pagando la desintoxicación. Las pobres se deben pensar que son las únicas sesentonas que lo hacen. La policia, en cuanto ve una señora mayor sola y nerviosa, ya sabe lo que hay. Todas se ponen a llorar como niñas cuando las pillan. En España, te cae más cárcel por llevar un kilo de hachís que por matar a alguien. Es digno de llamarlo locura por amor.