HAY QUE SER PRÁCTICA
En el armario de la ropa, tengo dos partes; la ropa que me pongo ahora y la que me ponia cuando pesaba 15 kilos menos. La ropa de antes no pienso tirarla, no pierdo la esperanza de quedarme como mi amiga S., la única mujer que conozco de más de 30 que está flaca, sin celulitis y con la tripa metida para adentro. Unas somos adictas a internet y a la mortadela, y otras al gimnasio y a la ensalada, y claro, se nota. El único motivo que me impide pasar las mañanas entre pilates y spinning es que en realidad, los hombres son más prácticos que nosotras, y valoran más un buen polvo que una cintura sin michelines. Ahora que he visto la luz y he descubierto la quintaesencia de la relación hombre-mujeres, me siento libre para seguir enganchada a internet y comer huevos fritos con beicon. Hay que ser práctica.
