Cuando se producen plagas, es por que el hombre en su inmensa tontunez ha alterado el medio ambiente y alguna especie se ha reproducido de manera anómala. La naturaleza sabe “pues lo ha hecho durante millones de años” mantener el equilibrio natural de las especies. Solo el hombre que tan poco espacio de tiempo lleva sobre la corteza terrestre, ha sido capaz de destruir tanto en tan poco tiempo.

Hemos hablado de las libélulas, fantásticos animales que han sobrevivido millones de años casi sin variar apenas su morfología. Mariposas y abejas han pasado delante de nuestros objetivos. Es el momento de seguir con las hormigas.

Obreras, su único objetivo es la recolección de alimentos y mantenimiento del hormiguero. Algunas también son soldados.

A poco observadores que seáis de la naturaleza, habréis visto en verano estas filas interminables de hormigas cargando gruesas semillas muy a menudo de un tamaño muy superior al suyo llevando alimento a la despensa para el invierno. Que magnifico espectáculo y lección nos dan estos humildes insectos con su previsión que les permite al finalizar la buena estación cerrar sus nidos e iniciar una cómoda y caliente hibernada.

¿Por que fotografiar humildes hormigas? Pues por que son animales fascinantes y cuando los tenga a la vista ocupando todo el fotograma descubrirá un mundo nuevo que ya no abandonara.

Recordemos que con estas focales la profundidad de campo es muy pequeña.

Conclusión, para fotografiar hormigas o insectos muy pequeños, yo he usado tanto la cámara reflex con tubos de extensión, “si no los tiene, son relativamente baratos” como pequeñas cámaras compactas. Como ya he indicado anteriormente, mi edad ya no es la más conveniente para ir tirado por el suelo campestre y menos en verano que puede estar lleno de garrapatas.

Para acabar este capitulo, aunque la finalidad de este libro es convertirnos en el perfecto fotógrafo de la naturaleza, no olvidemos que nos movemos en un ambiente muy frágil  que debemos conservar y defender. Es nuestro deber ayudar a la difusión de la cultura del medio ambiente. Ya de muy joven, me gustaba observar la fauna y la flora especialmente en Primavera, cuando los primeros polluelos han roto el cascaron vigilemos por si alguno ha caído del nido, si es así hagamos lo posible por reponerlo al mismo. Es la época en que las primeras flores rojas y amarillas empiezan a teñir el paisaje de colores, el romero inunda el aire de exquisitas fragancias después de las primeras lluvias primaverales. Las larvas de pequeños insectos empiezan a abandonar sus nidos para empezar una nueva andadura.

 El ciclo de la vida, empieza una nueva etapa. Desgraciadamente, en cada nueva Primavera este ciclo es mas pequeño, campos destruidos para crear nuevos edificios, pequeños ríos contaminados por culpa de la polución industrial. Aquella masia en la que yo crecí y pase mi primera juventud observando la naturaleza, hace ya muchos años que ha desaparecido por la presión de los especuladores urbanos. Donde antes había árboles y flores, ahora hay cemento.Si queremos seguir fotografiando la naturaleza, debemos luchar para que no nos quiten los últimos espacios naturales que quedan cerca de las ciudades. Cuando conseguimos arañar a los especuladores y políticos contentadizos un pedazo de tierra cercano a la urbe, es una bocanada de oxigeno que le damos a nuestro mundo.

                                                         jmdf@fondoimagenes.com