Abejas y avispas

04 Enero, 2008 19:29
Escrito por jmdf, General

Por Josep Maria Dalmau   jmdf@menta.net   www.fondoimagenes.com   

Amables lectores que todavía estáis siguiéndome en este intricado viaje que hemos emprendido a través de nuestra naturaleza cercana. En esta ocasión, vamos a tratar de unos pequeños amigos que en ocasiones tienen una cierta mala fama. Nada más lejos de la realidad. Abejas y avispas.

Cuenta un conocido personaje de nuestra fauna Hispánica, que en esta vida, todo es como un toro. Lógicamente el susodicho personaje vive de tan hermosos, maltratados y torturados animales. “Con esto dejo aclarada mi postura respecto a la fiesta nacional, también llamada “La gran corrida”, extraño nombre.”

Bien, fotografiar abejas y avispas, es como un toro, hay que entrarles sin miedo. Entonces, no pican; “casi nunca.” Si pican, un buen fotógrafo de la naturaleza debe saber si es alérgico y a que cosas. Si es alérgico a la belleza de la natura, al aire puro, al suave murmullo del aire entre las hojas o a los buenos pensamientos por todo aquello que nos rodea y debemos conservar en su estado natural, mejor dedicarse a otra cosa.

  

Si no es así, una modesta picada de algún bichito que de natural son amables e inmejorables se arreglara con una pomada que siempre debemos llevar en un pequeño botiquín de emergencia.

Como ya he explicado en capítulos anteriores, mi primera juventud la pase en una masia y tuve muchas horas para observar el comportamiento de mis diminutos vecinos, a través de una serena contemplación, aprendí que si no los molestaba podía tener un rico dialogo con ellos, pero en alguna ocasión, mas por exceso de vitalidad juvenil que por maldad “de esto creo que nunca he usado” me atreví a acercarme con precipitación a un panal de abejas; el resultado fue que aprendí en propia carne que pican y las picaduras duelen un poco. En aquellos tiempos, la cosa no tenía mayor importancia, la sabiduría popular enseñaba que había que orinar en la tierra y aplicar un poco de fango bien amasado en las picaduras. Funciona muy bien.

Después de esta introducción conozcamos someramente a nuestros alados insectos. Son del orden de los himenópteros, del griego hymen “membrana” y pteros “ala”. Los dividiremos en dos clases, los véspidos “avispas” carnívoros, especialmente en la nutrición de sus larvas y los apidos “abejas” vegetarianas se alimentan del néctar y el polen de las flores.

La abeja tiene el cuerpo cubierto de pelos que aprovecha para transportar el polen. Su aguijón en forma de sierra permanece en el sitio en caso de picadura provocándole la muerte. No así las avispas cuyo aguijón es liso y puede picar varias veces.

Las abejas viven en grandes colonias muy organizadas, solo la abeja reina pone huevos; las obreras no son fértiles. Se alimentan del néctar de las flores del que más tarde producen la miel.

Las avispas viven en pequeñas comunidades, forman sus nidos en desvanes o paredes, también entre los arbustos. Si las abejas son útiles por su acción polinizadora y por producir miel, las avispas al ser carnívoras mantienen a raya la población de arañas y otros insectos perniciosos a los que inmovilizan con una picada de su aguijón venenoso.

Son fáciles de distinguir por sus rayas negras y amarillas.Tanto abejas como avispas no son agresivas con el hombre, atacan cuando se sienten amenazadas, también están mas irritables en las horas de máximo calor estival. Mejor no acercarse en estos momentos.

 

Después de estas someras indicaciones, ya advertí que este no es un libro de entomología, si no de fotografía vamos a lo que nos interesa. Como obtener magnificas fotografías de tan útiles animalitos observando escrupulosamente nuestras normas básicas de no perturbar, molestar ni modificar el medio por el que nos movemos.

En la senda virtual que nos hemos creado para nuestras excursiones en la que ya tantas cosas hemos encontrado, principalmente en primavera verano hallaremos a nuestros modelos de hoy.

Los encontraremos en las grandes masas florales, lo mejor es situarse en medio y pasar un buen rato de observación. Como en el caso del toro, comprobaremos que no es tan fiero el león como lo pintan. Podemos estar cerca de abejas y avispas pacíficamente sin que nos piquen. Repito, casi nunca. Asegurase de no ser alérgico a tales picaduras, si es así; mejor no se acerque.

Al cabo de un rato de observación, ya sabremos cuales son las flores que mas visitas reciben.

 

Es el momento con la cámara preparada de ir acercándose muy lentamente. Si estando al lado de una flor con una abeja esta emprende el vuelo, no se preocupe, mantenga el sitio; volverá y esta vez con más seguridad podrá obtener una magnifica fotografía de más cerca. Si usamos una cámara reflec con una lente de 105 mm. Macro, la distancia prudencial a la que nos acercaremos será de unos 15 cm. Mas el cuerpo físico de la cámara, nuestras manos y cara estarán a unos 25 o 30 cm. del insecto, bastante seguro. Con un diafragma medio de F8 por ejemplo y una velocidad de 1/500 tenemos la toma asegurada.

 

Si por el contrario usa una pequeña compacta provista de súper macro a un centímetro, aquí si que hay que entrar como a un toro. Sin miedo y con decisión. Sabemos que normalmente no son hostiles al hombre. Son pequeñas criaturas que Dios ha puesto en el jardín para sernos de utilidad.

La naturaleza nos proporciona la armonía necesaria para convivir en ella con total beatitud. Ahora es el momento de demostrarlo. Si vamos a ella sin ningún pensamiento hostil, respetamos y amamos a todas las criaturas grandes y pequeñas que nos rodean, ellos lo sabrán; nos dejaran acercar y compartir este pequeño mundo.

Con todos los años que llevo paseando por el campo, rara es la vez que me ha picado un insecto, y cuando lo han hecho, les pido perdón pues creo que no me he acercado con el suficiente respeto a su medio natural del cual yo soy su invitado.

Resumiendo este capitulo, la técnica es la misma para toda la fotografía de insectos. Ropa usada y de colores neutros, pantalones largos, camisa manga larga. Aunque les caigamos maravillosamente bien a la mayoría de insectos, siempre quedan los malditos dípteros “mosquitos” que pasan de todo lo que aquí he explicado. Nada de colonias ni desodorantes; el sudor es un excelente repelente de mosquitos.

Dispare muchísimas fotografías de las que solo guardara una muy pequeña parte. Sea selectivo y muy riguroso en su análisis, salve solo lo mejor.

Al principio fotografiara los insectos enteros y a una cierta distancia, con el paso del tiempo, conforme avance su técnica llegara a fotografiar solo la cara de nuestros amigos. Cuando vea una fotografía suya editada en un libro de texto, sabrá que ya es un buen fotógrafo de la naturaleza.

 

 

2 Comentarios | 0 Retroenlaces