HAY OTROS MUNDOS, Y ESTAN EN VENDRELL
Hay una frase de Isaac Asimov que me gusta, "hay otros mundos, pero están en este". La verdad es que para una persona observadora, hay muchas realidades. Una población que me fascina por este motivo es El Vendrell. Es un pueblo donde nadie dice la palabra forastero, aparentemente todo el mundo es igual, pero la sociedad se divide en la gente "de toda la vida" y los otros, que se pueden decir nouvinguts, pero ese término también es una manera fina de decir moros, así que yo los llamo "los nuevos", otros los llaman "los de barcelona". Ambos grupos están juntos, pero no mezclados. Van a tiendas diferentes, sobretodo en lo que respecta a ropa y carniceria. La tienda Regina, de ropa de niños, es un claro ejemplo. Hay una regla no escrita que dice que ese es territorio de los de toda la vida, y para entrar hay que seguir unas normas de comportamiento. Si no las sigues, simplemente te encuentras con una dependienta que te escupe a la cara. Lo divertido es jugar, ahora entro en una tienda de toda la vida, me comporta así, luego a otra para los nuevos, me comporto asá, son diferentes registros. Las personas somos tan gilipollas que nos guiamos por unos códigos y unas apariencias que se pueden cambiar.
En los medios de comunicación también hay gente de toda la vida, el pepito y el juanito te los encuentras en la tele vendrell, la radio, y la prensa local. Casi todo se hace entre un grupo de unas cien personas, cogidas en diversas combinaciones. La rádio vendrell está formada por dinosaurios, hombres aburridos y creidos de esos que se escuchan cuando hablan y tienen un orgasmo. Pocas mujeres y poca gente joven. Se creen tan maravillosos que son maleducados, solo les falta una copa de brandy en la mano e invitar al obispo a divagar. Alguno que lo hace con pasión y tiene alma y mirada joven se salva.
Otra cosa típica del vendrell son las agrupaciones folklóricas, que en los últimos años se han multiplicado como setas. Creo que se han debido recuperar todos los bailes habidos y por haber, y se habrán inventado o importado otros, que no me creo que hace 100 años tuvieran tantisimo baile en un mismo pueblo. Es la moda de las administraciones locales, fomentar el bailoteo popular para tener a la gente entretenida y crear un sentimiento de pertenencia que haga que la gente no se rebote mucho contra el ayuntamiento. La gente se apunta a estos grupos por sentimentalismo y por tener una calçotada, cena de verano, de navidad, y un grupo de madres con las que hablar de faldas de flores y espardenyas. Las cenas y las espardenyas deben de ser muy interesantes, porque hay lista de espera para entrar en algunos de estos grupos de baile popular. Ahora dicen que pondrán un sistema de puntuación para entrar a bailar bastons o ball de gitanes, y que tener familia dentro dará puntos. Una amiga que es nueva se queja de que eso perpetua que la gente de toda la vida sea la que forme estas comparsas. Si, es así, que en este país todos somos iguales, pero unos son más iguales que otros. Yo mientras me voy mirando esta sociedad tan graciosa.